Después de varios días de silencio, María José Favarón, pareja del médico Aníbal Lotocki, tomó la palabra en representación de su esposo y brindó unas palabras desde la puerta de su domicilio, en momentos en que pidieron la detención del médico por dos causas diferentes: una fue solicitada por el fiscal Lucio Herrera, en el marco de la denuncia iniciada por el actor uruguayo Raphael Dufort, mientras que su colega Sandro Abraldes lo hizo por la causa que abarca a Silvina Luna, Pamela Sosa, Gabriela Trenchi y Stefy Xipolitakis.
Desde el exterior de su residencia en Olivos y acompañada de sus mascotas, Favarón intentó, una vez más, defender la integridad y la reputación de su esposo ante las cámaras y micrófonos. Con evidente emoción, expresó: “Estamos mal. Nadie se merece lo que nosotros... me refiero a la persecución, a las amenazas, esto no está bien. Él siempre se presentó donde se tenía que presentar, declaró donde tenía que declarar. Siempre habló, siempre estuvo a derecho. Él hizo todo lo que tenía que hacer, lo que la ley dice. Me parece muy injusto todo esto”.
Sin embargo, aclaró: “No digo con esto que no me duela en el alma lo que le pasó a Silvina Luna, porque me duele en el alma realmente. La conocí porque la he visto en la clínica, me acuerdo cuando se fue a hacer los tratamientos. De hecho, yo declaré en las indagatorias”. Además, aclaró que al hermano de Silvina, Ezequiel, no lo conocía, pero que entiende lo que es perder un hermano: “Y la gente festeja que yo haya perdido un ser querido, hay una locura social muy grande. y realmente pienso en Ezequiel desde el punto de perder a una hermana y me duele mucho. Ojalá algún día, no sé en qué momento y en qué situación, pueda sentarme con él”.
Visiblemente conmovida, incluso aseguró que leyó el libro Simple y consciente, el escrito editado en diciembre último, para el que Luna abrió su corazón, detallando su pasado y presente. “Lo leí, me sensibiliza mucho, las similitudes de lo que le pasó a la madre con lo que le pasó a ella. ¿Ustedes no lo leyeron? Bueno, léanlo”, expresó, a la vez que reveló que aún no lo había terminado.
Sobre las jornadas vividas y el trato con los vecinos, aseguró que por la noche es el momento en que pasa gente gritando cosas en la puerta de su domicilio: “Los gritos no me asustan, pero no me siento cómoda viviendo así”. Luego de que se asegurara que estaba todo definido para una próxima mudanza, Favarón aclaró: “Por lo pronto no lo tenemos pensado, he visto fotos que incluso sacaron de una casa que si me preguntás, no sé qué es”.
Otra de las cuestiones por la que fue consultada tenía que ver con la forma en que se sustentaban económicamente, a lo que destacó que alquilan a otros profesionales los equipos con los que atendía Lotocki. Sobre el día a día y en qué ocupan el tiempo, explicó que ambos se dedican a estudiar psicoanálisis.
En relación con las denuncias adicionales presentadas contra Lotocki por supuestas malas prácticas médicas, las cuales se dieron a conocer en el útlimo tiempo, Favarón, con evidente indignación, señaló: “Hay muchas pacientes de Aníbal que yo las he visto hace un mes y medio atrás, y ahora las veo en la televisión, y son cosas que no entendés. A mí no me plantean disconformidad, las veo en la televisión”.
Uno de los cuestionamientos más recurrentes hacia el profesional se basaba en que los pacientes ingresaban con la intención de realizarse algún retoque estético en una zona determinada del cuerpo, pero luego eran intervenidos quirúrgicamente en otra parte del cuerpo sin su consentimiento. Ante ello, Favarón aclaró: “Se dijeron muchas cosas, pero como lo dije, tienen que probarlo. Porque resulta que después los consentimientos aparecen después en las prácticas que realmente se iban a hacer. Si querés, me refiero al caso puntual de Gabriela Trenchi, que dice que se iba a poner hilos, y no, ella sabía muy bien el procedimiento que se le iba a hacer. Eso ya está juzgado y está en los expedientes. Y en la historia clínica de ella, confirma que se iba a poner grasa con polimetilmetacrilato”.
“Dijeron que sí, pero yo nunca estuve en el momento de las intervenciones. Sí en una sala previa, estoy en contacto con los familiares o dejar los análisis”, también se defendió sobre otra de las cuestiones que se ventilaron en los últimos días por parte de algunas de las personas que fueron atendidas por Lotocki. Para finalizar, e intentando dejar en claro otro de los puntos sobre los que se cuestiona al profesional, destacó: “Escuché que Aníbal tenía pedido de captura en Chile, pero nosotros hemos ido en 2019 y para nada”.