Instalada en Nueva York, según se puede ver en sus redes sociales, Soledad Fandiño inició una nueva vida junto a su hijo Milo, de nueve años, fruto de su exrelación con René Pérez, conocido como Residente. Desde la ciudad neoyorkina, la actriz lleva acabo una vida más espiritual, con prácticas de yoga, meditación y mucha respiración consciente.
En esta oportunidad, hace unos días, Soledad realizó una profunda reflexión en donde contó algunas de las insólitas exigencias que le hicieron en sus trabajos en la televisión para que cambie su aspecto físico. Mientras se la pudo ver en un carrete de fotografías sin maquillaje, con granitos en la piel, con ojeras, sin nada de pintura y con el pelo sujetado hacia atrás con una vincha, la ahora instructora de yoga relató el dolor que le causaron aquellas experiencias.
“Una vez en un programa en el que estaba trabajando, me dijeron que no me preocupe por estudiar, que era tan linda que de lo único que tenía que preocuparme frente a cámara era de sonreír. También me nombraron con nombre y apellido a una colega, que según ellos, nunca iba a ser “exitosa” porque para ellos y la sociedad… ella era ‘fea’”, comenzó detallando mientras abría su corazón.
Más adelante, la actriz continuó con otras anécdotas de sus trabajos en la pantalla chica. “En otro lugar le exigieron a mi estilista que me vista más sexy, con más colores, más ajustada. Y en distintos momentos de mi carrera, me han pedido infinidad de cosas: que adelgace, que me cambie el color de pelo para parecer ‘de barrio’, que algo tenía que hacerme, porque no daba ‘latina’”, escribió junto a las selfies.
Después agregó: “Me acuerdo que una vez hasta me ‘aconsejaron’ que me ponga hombreras dentro del corpiño, se imaginaran para qué. Me han pedido que no use tacos para no ser más alta que el protagonista y seguramente que si hubiera sido posible, también otros me hubieran pedido que crezca varios centímetros de altura. Algunos de estos comentarios, cuando era chica no me llamaban la atención, la repetición hacía que pareciera normal lo que pedían, hacían que me lo creyera, que lo incorpore a mi cabeza como algo cierto, sin embargo, no era feliz cuando los escuchaba, me generaba mucha ansiedad no poder ser como ‘debía’ para poder trabajar, para poder ser ‘exitosa’”.
Antes de finalizar con su descargo, Soledad expresó lo que sintió con todas esas exigencias y cómo pudo hacerles frente a lo largo de su carrera. “Otros de estos comentarios los escuché en un tiempo no muy lejano, me dolieron, me hicieron llorar y una vez más me generaron ansiedad, pero ahora era diferente, “yo quise ser como los hombres quisieron que yo fuese, un intento de vida; un juego al escondite con mi ser” como escribió alguna vez Julia de Burgos. Pero ya no. Tuve que reconocer con dolor, el mundo que me rodea, reconocer que yo no quería eso, tomar decisiones que me cambiaron la vida, conservar mi poder, poner límites, elegirme y abrazarme. Abrir los ojos. Espero que sigamos abriendo los ojos. Que se elijan. Que se abracen, que sean como ustedes quieran ser”, concluyó de manera muy sentida junto a un emoji de un corazón rojo.
Cabe destacar que hace un mes se la pudo ver a la actriz con un cambio de look. Con el cabello corto por encima de los hombros, siempre rubio, Soledad compartió su nueva apariencia en sus redes sociales. Y en ese momento, junto a sus fotos agregó un texto del escritor Miguel Gane: “Ella es caótica e impredecible. Nunca sabes si te va a amar o a odiar, si va a huir o te va a pedir que no te vayas nunca. Y es por eso por lo que hay que amarla, porque en sus idas y venidas, puede ofrecerte todo, o dejarte sin nada. Tenía una tristeza que dolía, sin embargo,no vi a nadie, jamás, reírse tan fuerte de la vida. Por eso la amé, porque era lo más parecido a la felicidad que había encontrado”.