Este jueves falleció Silvina Luna a sus 43 años luego de estar casi tres meses internada en el Hospital Italiano y resulta imprescindible viajar al pasado para recordar la primera imagen que tuvo la audiencia televisiva de ella, momento en el que conquistó los corazones de todos para siempre. Su salto a la fama fue gracias a su participación en Gran Hermano en el 2001, reality al que llegó por un casting que anunció Telefe buscando voluntarios para un nuevo formato que si bien triunfaba en el mundo, en Argentina solo había tenido una sola edición.
Allí se presentó la rosarina cuando tenía 21 años, buscando ingresar a los medios y sobre todo, para tener garantizados por unos meses “techo y comida”, como contó años después en varias entrevistas. “Soy muy sensible, soy muy frontal. Demasiado. A veces me trae problemas. En realidad no sé si es un defecto o una virtud. Tendría que manejarlo un poquito más. Por la poca edad que tengo, viví muchas cosas. Tengo mucho para compartir. Soy divertida”, comenzó diciendo Silvina frente a la cámara para el video que quedó registrado en su ficha de participante.
Además, Luna explicó: “Hace seis meses que estoy acá, en Buenos Aires. Empecé a trabajar en un restaurante como recepcionista y de relaciones públicas”, sostuvo Silvina sobre su profesión y concluyó: “Tengo amigas que son como hermanas, porque hace mucho que las tengo, pero extraño mucho a mi familia. A mi mamá y a mi hermano. Me gustaría tenerlos acá. Soy una mina que lucha bastante, eso es lo que mis amigas y amigos admiran de mí”.
La llegada de Silvina Luna a la casa de Gran Hermano
La espera terminó y el sábado 4 de agosto de 2001, la segunda edición argentina de Gran Hermano se ponía en marcha otra vez con la conducción de Soledad Silveyra y con catorce nuevos participantes. Una era Silvina quien hasta el momento no sabía lo lejos que iba a llegar en la competencia.
Su llegada al reality show fue en un automóvil y antes de ingresar a la casa, la recibió Mariano Peluffo. “Acá está Silvina. Hola Silvina, ¿cómo te va?”, anunció quien entonces era el movilero de exteriores. “Muy bien, nerviosa, ¡súper nerviosa!”, fueron las primeras palabras de la modelo junto con una sonrisa entre radiante y sorprendida por las luces. “¿Por qué nerviosa? Contame, a ver”, indagó Peluffo. “Porque tengo muchas expectativas de conocer a mis compañeros y porque, bueno, quiero entrar ya...”, respondió ella, con sencillez y del otro lado del auto.
“Querés entrar ya a la casa de Gran Hermano... Bueno, sabés que te tenes que quedar arriba del auto y te vas a bajar cuando yo te lo indique, ¿sí?”, agregó el movilero como para aclarar las reglas y despidió a la participante. “Gracias Silvina, subí la ventanilla y adelante por favor”, le indicó al chofer del auto. “Ella es Silvina, Silvina Luna. muy mona, ojos azules... Una boca así, divina”, la presentó Peluffo al público, ya sin ella en plano y haciendo un gesto con las manos, como destacando su voluptuosidad. “En el barrio dirían un caramelo”, definió luego.
El reencuentro de Silvina con su familia en la final del reality
Después de estar varios meses encerrada, Silvina conquistó los corazones de la audiencia televisiva y resultó ser la subcampeona del juego por detrás Roberto Parra. A fuerza de simpatía y carisma todoterreno, la modelo rosarina fue la gran triunfadora de la gente. Una de sus mejores anécdotas fue que producto de la mala alimentación dentro dentro la casa, Luna había sumado algunos kilos -más bien, una inflamación abdominal- que en lugar de sufrirlos, decidió aceptarlos y divertirse con ellos. Así fue como La Chivi, tal como le decían, inventó un bailecito al ritmo de “El meneaito” en el que se levantaba la remera, frotaba sus manos por su panza y hacía mover a todos los “hermanitos”.
Tras salir de la casa, la recibió nuevamente Mariano Peluffo, el público en las gradas del estudio no paraba de ovacionarla y de entregarle cartas, y en un momento pidieron el ingreso de sus familiares más cercanos. Allí se pudo ver el cariñoso abrazo con su hermano Ezequiel, también estaba su mamá Roxana Cheri que se emocionó hasta las lágrimas cuando se reencontró con su hija y sorprendió la ausencia de su papá Sergio Luna de hecho se puede ver en el video con Silvina preguntaba por él.
En 2008 cuando la modelo tenía solo 28 años, su padre Sergio murió de un paro cardíaco con 50 años de edad. A los cinco meses de este hecho, muere Roxana a sus 49 años por un problema gástrico. Lo que generó mucha conmoción en la vida de la modelo y de su hermano Ezequiel.
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