Soledad Solaro, íntima: “No tengo apps de citas ni salgo con hombres que no conozco”

La modelo atraviesa un momento muy especial de su vida, en el que se permite aceptar con profunda honestidad lo que tiene ganas de hacer y lo que no. En ese contexto, habla de la maternidad postergada, del amor de pareja y de su nuevo presente

Guardar
Entrevista a Soledad Solaro - No tengo apps de citas ni salgo con hombres desconocidos

Disciplinada y metódica, Soledad Solaro comenzó una nueva etapa en su vida. Después de haber asumido responsabilidades a una edad en la que las chicas salían a bailar y a divertirse, mientras ella se iba a dormir temprano para prepararse para un desfile o una producción de fotos, desde hace un tiempo pudo dar un vuelco, pararse desde otro lugar y mirarse hacia adentro. Según contó en una charla íntima con Teleshow, “está pasando un momento de mucha introspección y a la vez de encontrar cosas que la hacen feliz”.

Si bien hace casi 10 años que trabaja como notera del ciclo Turismo de Carretera, se define más como modelo que presentadora. “Me inicié en el mundo del automovilismo y descubrí que hay muchas mujeres que son apasionadas del tema. A mí no me costó entrar a ese ambiente considerado de hombres”, asegura, “pero sí recibí críticas la primera vez que aparecí en pantalla porque pensaron que al ser modelo no tenía que saber nada de autos”. Segura de sí misma, también cuenta que a ella no la contrataron para hablar de automovilismo. “La idea fue que le diera un poco de glamour a la categoría, que hablara con los sponsors, con las autoridades en las fechas finales, que hiciera notas de color. De entrada marqué esa diferencia para que nadie se sintiera herido”, confiesa.

Soledad nació en Realicó, un pueblo de 8 mil habitantes de la provincia de La Pampa. De ese lugar, que extraña todos los días un poco, añora el sonido del campo, los silencios, la vida tranquila.

—¿Cómo fue que viniste a vivir a Buenos Aires?

—Porque mamá es nacida en Buenos Aires pero cuando se casa con papá se va a vivir a La Pampa, y él, al revés, es de allá pero vivió y estudió en Buenos Aires, y después por el campo se fue allá. Sin embargo, mamá quería que mi hermano y yo hiciéramos la secundaria acá. En realidad, nos vinimos cuando yo empezaba 7° grado, así que terminé la primaria e hice hasta 2° año en Quilmes. Mi hermano fue a un colegio agropecuario en La Pampa y después todos nos vinimos para Buenos Aires.

—¿Y se extraña algo del pueblo?

—Mirá, yo lo extraño, cuando de más grande empezás el desarraigo lo empezás a extrañar mucho más. Yo hoy extraño no tener el campo porque papá lo perdió. Extraño el silencio, los sonidos del campo, esa parte la extraño un montón.

—¿Cómo ocurrió que te fuiste a vivir sola?

—El cambio vino a raíz de una tragedia, porque se incendió mi casa. Es muy loco porque antes yo le decía a mamá que a cierta edad me iba a ir a vivir sola y ella no quería saber nada, pero por algo pasan las cosas, en este caso trágicamente. Se incendió el departamento por un cortocircuito en el televisor y en el equipo de música, por una zapatilla de electricidad.

Entrevista a Soledad Solaro - La tragedia que marcó su vida y la de su familia

—¿Y estaban ustedes?

—Siempre digo que el de arriba existe, cuando no es tu hora no es tu hora. En ese momento yo había ido a desfilar a un lugar que se llamaba Buenos Aires News, me va a delatar la edad, - dijo entre risas -. Yo era chica, no había llevado nada, porque pensaba desfilar esa noche y volver enseguida a casa. Me acuerdo que me fue a buscar un hombre de seguridad del lugar y yo pensé que me estaban haciendo una cámara oculta porque en esos momentos había unos programas que hacían esas bromas. Pero el señor de seguridad me miró con una cara tajante y me dijo que fuera a la barra a hablar con su mujer que ella me iba a decir lo que había pasado. En ese momento me explicaron que estaban todos bien pero que no fuera para mi casa. En el departamento estaban mi abuela y mi mamá. Ella abrió la puerta del cuarto, se le empezó a propagar todo el fuego y ahí entró en la duda si yo estaba adentro. La agarró a mi abuela y bajaron los cuatro pisos por la escalera.

—Fue una situación muy límite la que viviste

—Muy límite para todos, pero yo tuve la suerte de que muchas marcas de ropa y de zapatos me regalaron cajas y cajas para que pudiera recuperar parte del guardarropas y pudiera vestirme. Pero las cosas tampoco las reemplazás, y eso es lo que más cuesta. De repente cuando tenía que ir a un casting y me pedían determinadas prendas, no las tenía. Tenía un jeans, un sweater, un par de bombachas y pará de contar.

—¿Y perdiste tus recuerdos?

—Hay una etapa mía que si se la quiero mostrar a alguien, no la tengo. La del colegio, de cuando era chica, yo por ejemplo tenía una pared de corcho con fotos, no me quedó nada de eso. Y para colmo mi papá hacía poco que me había mandado un montón de fotos mías de chiquita y bueno, se quemó todo. No quedó ni un picaporte. Fue una tragedia con suerte porque la pudimos contar y porque no hubo otras víctimas. Pero a partir de ahí se dispersó la familia.

—¿Qué cambios te trajo en tu vida?

—Si bien ya antes estaba trayendo mucho cambio, después de esa tragedia a mí me tocó un poco ser más responsable, aunque no sé si esa es la palabra. Tuve que tomar un rol que quizás no era acorde a una chica que estaba estudiando a punto de terminar la secundaria. Yo siempre fui muy correcta, muy estructurada.

—¿Y viene la parte incorrecta en algún momento?

—(Risas) Más ahora de grande pero soy estructurada, estoy un poquito menos pero soy estructurada.

—¿Ahora hacés cosas que te gustan? ¿Te divertís?

—Tengo una amiga, que la conocí de grande, que el otro día le dije: ‘No sé si sacaste lo mejor o me descarrilaste’. Se llama Juli, y con ella viví uno de mis mejores veranos. Fue justo antes de la pandemia, viste que todo se relaciona, antes y después de. Fue tanto lo que nos reíamos que la gente nos miraba y se preguntaba qué habíamos tomado, pero yo no tomo nada de alcohol, cero, no fumo, soy súper sana. Me acuerdo que me acompañaba a eventos y nos mirábamos y ya nos reíamos, no sabíamos de qué pero nos reíamos, entonces ella logró soltar una Sole distinta.

—Una Sole más lúdica sin tantas responsabilidades

—Yo tuve muchas responsabilidades desde chica, porque mientras mis amigas se iban a bailar a mí me tocaba ir a hacer una producción de fotos y como siempre fui muy responsable, me iba a dormir temprano. Cuando arrancás los primeros momentos en la moda te dan el ABC para cuidarte la piel, entonces tenía que descansar para no tener la cara hinchada o por las ojeras. Al menos era así en esa época, éramos todas mucho más responsables. Antes hacer un desfile de Roberto Giordano, por ejemplo, te marcaba el próximo año laboral.

—¿Cómo te llevás con las redes sociales?

—Mmm... (risas). Me amigo y me enojo. Cuando de repente estoy aprendiendo a hacer algo, ya cambió todo. Pero también me gusta, el streaming me parece genial, me gusta, me divierten las radios, pero, bueno, cuesta.

Entrevista a Soledad Solaro - Su incursión en el mundo del automovilismo

—¿Y el corazón cómo está?

—El corazón está tranqui, estoy sola, no estoy en pareja.

—¿Hace mucho que no estás en pareja?

—Y... hace mucho, que ni yo sé (risas)

—¿Pero lo estás pasando bien?

—Sí, tengo momentos mejores y peores. A veces uno va creciendo y también va costando un poco más.

—¿Vos habías congelado óvulos?

—Sí, congelé óvulos de grande igual, a los 37, 38 años, pero no estaba en pareja igual cuando lo hice.

—¿Serías mamá soltera?

—No, no. Esa es una etapa que ya la cerré. Hoy digo esto y por ahí una semana atrás decía: ‘la estoy cerrando’, pero hoy me animo a decir que la cerré. Siento que necesito cerrarla porque psicológicamente también me hace bien. Hace poco Sofi Macaggi me hizo una nota que dio mucho que hablar de este tema. Tuvo mucha repercusión y recibí un montón de mensajes de mujeres a las que les cuesta tanto ser mamá, que están en la lucha, que algunas lo lograron pero otras no, y otras que están en la misma que yo, que no saben si ser mamás solteras, o se están animando a serlo y otras mujeres que dicen: ‘no, yo también quiero un compañero’.

—También están los mandatos sociales de tener que ser mamá

—En mi caso cuando era más chica no me interesaba la maternidad. Voy a contar algo que me pasó sacando conclusiones. Yo de más chica estuve en pareja con varios hombres que estaban divorciados con hijos y yo creo que ahí bloquee mucho lo mío. ¿Y sabés por qué? Por la crítica, mala crítica o los malos comentarios de la gente que lastima y que entonces bloquee. Porque me criticaban y decían: ‘Ojo, porque ella si no tiene hijos va a querer tener uno’. Y ahora me di cuenta, en este momento, hablando en esta entrevista. No me da pudor decirlo, hasta que una vez una persona me dijo: ‘Pero pará Sole, está buenísimo que vos quieras ser mamá, si vos amás a tu pareja’. Es increíble cómo me di cuenta que bloquee ese deseo por el qué dirán, por la opinión de los otros. Entonces hoy me paro desde otro lugar y me doy cuenta que frené eso quizás por los comentarios de otras personas, equivocadamente, por supuesto.

—¿No te queda una asignatura pendiente con ser mamá?

—No, porque no se me dio, porque con ninguna pareja lo busqué, y eso hubiese sido distinto, hubiera tenido otro dolor si no se me daba. Pero en mi caso, con ninguna pareja se me dio por buscar. Pero sí creo que por una cuestión de edad llega un momento en que uno tiene que decir: ‘Ok, yo quiero ser mamá más allá de estar soltera, pero ¿quiero ser mamá a estar edad?’. Yo ya estoy pisando los 45 y no es lo mismo a los 30 que a los 45, no es lo mismo. Más alla de la juventud, tengo a toda mi familia en el interior, tampoco voy a ser mamá solo por mi deseo, tengo que pensar en un montón de factores, pero es tan personal y se lo digo a todas las mujeres que me mandan un montón de mensajes amorosos.

Soledad Solaro, íntima, confiesa sus nuevos proyectos
Soledad Solaro, íntima, confiesa sus nuevos proyectos

—¿Con los hombres te animás a las apps de citas o a las citas a ciegas?

—(Risas) Imaginate, ¡recién me estoy amigando con la tecnología, ¿voy a estar con una app?. No, no me animo, por ahí es prejuicio eh y lo reconozco. Si yo no conozco a la persona no me acerco a nadie. Traté de animarme a las citas a ciegas, no a las aplicaciones. Pero igual me cuesta bastante, soy súper tímida aparte aunque no se note. Soy de la vieja escuela, me gusta que el hombre sea caballero, me gusta que me invite, esas cosas sí me gustan.

—Si una chica de 15 te pidiera un consejo para ser modelo a esa edad, ¿qué le recomendarías?

—Te voy a marcar una diferencia de mis 15 años a los de ahora. Creo que las chicas de ahora saben muy bien a dónde quieren ir. Pero lo que les digo a todas, en cualquier rubro, es que vayan despacio, sobre todo porque es muy fácil marearse en nuestro ambiente. Piensan que porque las llaman para un evento o para una acción ya está y no es así. Yo soy de la vieja escuela donde me enseñaron que a una producción de fotos hay que ir con el pelo limpio, con una bombacha color nude, y me he enterado que ahora no pasa así.

—¿Te queda algo pendiente?

—En lo laboral me hubiera gustado grabar un videoclip. Con un cantante como Alejandro Sanz, no cantando yo eh, que no puedo cantar ni el arrorró. Pero después hice todo en el modelaje y sigo haciendo cosas, pero eso me hubiese gustado haberlo hecho, me parece que tiene cierto encanto.

Seguir leyendo:

Guardar