Ocurrió a finales de julio, en el escenario principal de Tomorrowland, el festival de música electrónica más importante del mundo. Cientos de miles de jóvenes de diferentes culturas vibraron al ritmo de lo más profundo del corazón de América Latina. “Gracias a la vida”, original de la chilena Violeta Parra, inmortalizado por la argentina Mercedes Sosa desde que la grabó en 1971, reproducida en un sinfín de versiones y más de medio siglo después, todavía resuena entre la vanguardia del tecno europeo, en los ecos de una inolvidable noche en Bélgica.
La responsable es la española Indira Paganotto, una de las DJs más importantes de la escena del psy-trance y el tecno. Nacida hace 31 años en las Islas Canarias, con raíces italianas y una formación musical y de vida en la India más profunda, fueron constituyendo su ADN global que es parte central de su propuesta. Lo otro tiene que ver con una curiosidad por los nuevos sonidos y un respeto por las culturas que confluyen en su obra, de lo que la cita a “Gracias a la vida” es apenas una muestra.
Su anclaje con la Argentina se remonta a sus dos visitas anteriores, una en Lollapalooza 2018 y otra el año pasado en el festival KNTXT en Mandarine Park, que la enamoraron del público pero la dejaron con ganas de más, y que empezó a saldar desde el escenario principal del festival belga. “En Lollapalooza suspendí una fecha por la tormenta y la última vez no pude pinchar sola y el horario no fue muy bueno. Igualmente tengo muchísimos fans ahí, gente súper dada que quiero un montón, que aprecia mi música, mi estilo, entonces fue como un gesto que tuve hacia ustedes”, cuenta en diálogo con Teleshow.
La llama la mantiene viva a través de las redes en el intercambio con sus fans -“mis warriors” argentinos”, como los llama- y que alimentó con el material que viaja por las redes. “Parte de mi corazón desde la última vez que pinché está ahí con ustedes”, agrega la DJ antes de contar su historia de vida, su vínculo con la world music y la emoción que sintió al interpretar a su manera a la tucumana.
La DJ fue tanteando “Gracias a la Vida” en sus producciones anteriores y vio que encajaba perfecto en lo que quería transmitir. “Poder mezclar algo tan épico y tan histórico ha sido un experimento que parece que ha salido bien”, resume, a semanas de su actuación en el megaevento de Bélgica pero todavía con las emociones a flor de piel.
—¿Por qué elegiste esa canción de raíz tan folklórica?
—La verdad es que si bien yo toco psy-trance y techno, en mi casa escucho flamenco, ópera, música clásica, fados portugueses... Me gusta la música india, la música árabe y si escuchan mis sesiones siempre tienen un punto ligado a lo tradicional y uno de los tracks más conocidos que he hecho se llama “Handboy”, que es una mezcla de cantos flamencos, guitarra española y trance. Estamos en un momento de unión de lo tradicional con lo conceptual, como por ejemplo ha hecho Rosalía. Siempre me dicen que tengo gustos de señora mayor y la gente no cree que haya pinchado en Tomorrowland, pero me hace más sano al espíritu.
—Sé que tuviste un intercambio con familiares de Mercedes y con la fundación Mercedes Sosa.
—Sí, fue increíble porque me escribieron por Instagram y me dijeron que me agradecían un montón por mantener su música y su voz viva en todos los jóvenes. Y fue muy emocionante porque al final la música se trata de eso, yo creo que nada es eterno pero el arte sí, y la memoria también. Me gusta poder comunicar algo a un público más joven que a lo mejor no la conocen. Y es un tema que realmente llega al corazón de todos, entonces para la familia tuvo que ser algo muy bonito que todo el mundo conozca la magia que tuvo esta mujer.
—¿Cómo percibiste esa energía particular desde el escenario?
—Creo que cada país tiene su esencia y yo conecto desde la música a lo más intrínseco de cada cultura. Me gusta mucho investigar y mezclar lo tradicional con lo moderno, porque los jóvenes, aunque parezca que solo van a la fiesta o al desmadre, también han crecido escuchando esas canciones tradicionales y cuando lo escuchan en un DJ le trae recuerdos bonitos de su familia. Entonces, vivo mi música para recrear memoria, buenos sentimientos y sonrisas.
En esta forma de abordar su arte tienen mucho que ver con su historia personal. Con su padre, DJ y médico, cuyo espíritu solidario lo llevó durante diez años a vivir en la India como parte del equipo de Médicos sin Fronteras. Allí conectó con la obra de la Madre Teresa de Calcuta, trabajó en campos de refugiados y en sus tiempos libres pinchaba en las míticas fiestas en la playa de Goa. Y también en su madre, oriunda del norte de Italia, que le transmitió su gusto por la ópera y la música clásica. La curiosidad de Indira hizo el resto. “Crecí con esa locura de ensaladas de género y por eso tengo la mente tan abierta. No tengo miedo a mezclar cosas tan puras, hay gente que no se atreve porque puede parecer un sacrilegio. Se trata de hacerlo bien, y cuando se hace con cariño y respeto hacia ambos géneros, sale algo mágico como ha salido”, asegura.
Antes de profundizar su camino como DJ, Indira se inscribió en la carrera de Medicina, un poco para seguir las sendas de su padre. “Siempre lo he respetado mucho, como ser humano, como pensador que parece que está muy loco, pero en realidad está cuerdo”; reflexiona. A los 17 produjo su primer vinilo en el reconocido sello de Ian Pooley, todavía como un hobbie hasta que su sensibilidad al arte se fue imponiendo. La niña que se emocionaba con el ballet, la que se conmovía ante cualquier manifestación artística se hizo cada vez más fuerte en el cuerpo de la adolescente. Cuando la música la atrapó definitivamente, le planteó a su familia que iba a dejar la carrera. No cayó del todo bien, pero ella lo tenía decidido y se fue a Madrid con 200 euros y mil ilusiones. “Al principio fue pinchar en afters de mala muerte por nada. Al mes fui residente de uno de los mejores clubs de Madrid. Y ahí empezó la aventura que tuvo un punto cúlmine en Tomorrowland”, rememora.
—¿Cómo imaginás el después de una fecha tan importante?
—Como el comienzo de otra aventura y como la mejor parte, donde puedes saborear todo lo que has trabajado tantos años. Después de escuchar tantos “no vas a llegar porque tu música no es aceptada”, es el tiempo de desarrollarme como artista, de comunicarme con el público a través del arte que es el fin de mi obra. Y el futuro lo veo siempre muy positivo desde siempre, me levanto sonriendo, siempre digo que sí a todo. Soy muy solar y ahora sigo más que nunca en ese sentido, con mi sello Artcore Records, incorporando nuevos talentos y proyectando con mi team actuaciones en los mejores venues y festivales del mundo. Creo que se viene lo mejor, que es poder crear un legado.
Esta energía solar de la que habla Indira se traslada a su vida cotidiana, donde campo-ciudad y noche-día dejan de ser polos opuestos para convivir en perfecta armonía. “Mi team dice que soy tripolar”, suelta con una sonrisa, y explica. “Soy súper dada al trabajo y desde muy chica soy híper perfeccionista con mi trabajo y también con mi ser. No me gusta la noche en cuanto a salir de fiesta, de andar de after. Hice surf, muay thai, me encanta cocinar, estar en el campo los animales, hacer vida de casa, pero también tengo como muchísima energía creativa. No me dejo llevar por influencias ni por los malos hábitos, siempre he tenido las ideas muy claras de lo que me gusta y lo que no”, señala con firmeza la artista que tiene más ganas que nunca de reencontrarse con sus fans en Argentina.
—Aunque apenas te presentaste aquí dos veces, tenés una gran legión de seguidores. ¿Cómo explicás la conexión con el público argentino?
—Hoy en día estamos muy conectados con todo lo que es media: YouTube, Soundcloud, Spotify y sobre todo Instagram, que es una manera de hacerte conocer. Es como en la conexión más directa que tengo con la gente de allí, llevo yo misma mis propias redes y hablo directamente con mis warriors. Sé que tengo el público más loco y más dado no solo allí, también en Brasil, en Colombia. Yo soy canaria, también tengo esa sangre caliente, esa pasión y por eso creo que estamos tan conectados.
—¿Cuando te tendremos actuando en Argentina?
—Mi team ya está trabajando para el año que viene, no hay nada confirmado, pero me tendréis ahí, solo es cuestión de meses.
—Va a sonar “Gracias a la vida”, imagino...
—Sí, claro, y estoy estoy investigando bastante en la cultura musical de allí, así que tendré sorpresas para mis warriors argentinos.
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