En una madrugada marcada por un intenso temporal, diversos barrios de la ciudad de La Plata se vieron afectados por las fuertes tormentas. La abundante caída de agua y del granizo generaron inundaciones y daños materiales en varias zonas de la ciudad. De acuerdo a registros oficiales, cayeron más de 100 milímetros de agua entre la noche de ayer y la madrugada de hoy.
En este panorama, los canales de noticias mudaron sus móviles a la capital provincial para reflejar las anegaciones que habían causado las fuertes lluvias. Paula Bernini, cronista de TN, recogía los testimonios de los vecinos de un barrio que manifestaban la problemática de que no hay un buen sistema de drenaje para el agua caída.
Equipada con botas de lluvia y campera impermeable, la movilera caminaba mostrando las dificultades del caso, entre las precipitaciones que no amainaban y el fuerte viento que soplaba de frente. Y en medio de esta recorrida, mientras su voz en off relataba los peligros de transitar en estas circunstancias y la cámara mostraba el reflejo del agua en la calle, se escuchó un grito, luego una fritura y su voz se cortó.
“¡Ay!”, atinó a decir la cronista y de inmediato, desde el piso quisieron saber qué había pasado intuyendo que había caído al agua. En cuestión de segundos, la cámara la tomó mientras buscaba incorporarse, con el agua que la cubría casi por completo y la asistencia de uno de los vecinos. “Es lo que decíamos que podía pasar. Es tan inestable la calle, hay pozos y se cayó”, relató desde los estudios Dominique Metzger mientras buscaban restablecer el contacto con su compañera.
Después de unos segundos, la cámara volvió a tomar a Bernini, visiblemente afectada por lo que acababa de ocurrir. El pelo y la ropa completamente mojados, el gesto todavía en shock por lo sucedido y sin contacto con el piso, ya que el agua había atentado contra el micrófono y el retorno de la comunicación.
Con ayuda de los vecinos, conocedores de la zona, Paula logró evitar la zanja y cruzar la calle para acercarse al resto del equipo. Por más que hablara, su voz no se escuchaba hasta que la cámara la tomó con el micrófono del sonido ambiente. En tanto, le acercaban abrigo y toallas en medio de la situación caótica.
Cuando le alcanzaron un micrófono nuevo, la cronista logró retomar su testimonio al aire, aunque el retorno seguía sin funcionar por lo que no podía interactuar con los periodistas del piso. “Esto es una locura. Es muy peligroso, como me caí en un zanjón se puede caer cualquier persona. Me di un golpe tremendo”, señaló la periodista, y expresó su deseo de regresar a la unidad móvil para poder acomodarse para continuar con la comunicación.
Ya desde el vehículo de exteriores, la cronista pudo salir con más nitidez al aire: “Hay cables por todos lados, esto es muy peligroso”, relató. Sin embargo, esto no atentó contra su intención inicial de recorrer la zona más castigada por las tormentas: “Ahora que estoy mojada por completo voy a ir hasta el final del barrio, como sea”, afirmó.
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