Probablemente sean dos de las mujeres más ocupadas de la industria televisiva en este momento. Lolo Rossi y Eugenia López son las jefas de coaches de ShowMatch y están en la recta final, ultimando detalles para el inminente regreso del Bailando, ahora por la pantalla de América.
Al estar a cargo del cuerpo de baile estable del programa, la conformación de los equipos y la espectacular apertura de cada año, ambas conocen todos los secretos del show más grande de la tevé.
—¿Cómo llegó cada una de ustedes a ser parte de este programa?
Eugenia: —Yo empiezo a trabajar de coreógrafa con Marcelo más o menos en 2001. En esa época no estaba el Bailando, estaba El Show del Oso Arturo, los actores que hacían musicales. Y de repente llega este formato, creo que fue en 2006, y hubo que empezar de cero a armar un equipo con un montón de coreógrafos. En ese momento no había tantos, y menos de televisión. Era juntar gente con experiencia, bailarines súper profesionales. Ahí ya Lolo estaba trabajando con nosotros y le asignamos ser la coach de Dady Brieva. Desde entonces medio como que hicimos una dupla y no nos separamos hasta el momento en el que yo me fui por temas personales, y después volví.
—¿Te fuiste mucho tiempo?
Eugenia: —Sí, diez años. Seguí trabajando en otros lugares, pero el Bailando siempre fue un programa muy demandante de tiempo. Es 24x7 y yo tenía los dos niños muy chiquitos, recién nacidos. No la estaba pasando bien. Hice los primeros cuatro Bailando y después, me tomé una pausa.
Lolo: —Euge fue un poco la que me llevó a este programa, y cuando decide irse nos quedamos con Hugo Ávila, que era otro coequiper suyo. Ella nos dio la posibilidad de elegir: yo decidí quedarme y para mí fue un gran crecimiento.
—¿Antes fueron bailarinas en el programa?
Eugenia: —Claro, las dos. Yo era bailarina y luego empecé a trabajar como coreógrafa. Incluso estuve los últimos tres meses de Ritmo de la Noche. Fui una de Las Tinellis. De ahí Marcelo pasa al formato chiquito de VideoMatch y yo empiezo a trabajar como coreógrafa.
—Las Tinellis en ese momento eran furor. ¿La pasaste bien?
Eugenia: —No mucho porque eran épocas donde a las bailarinas de televisión sobre todo, nos tildaban de “rapiditas”, viste, esas cosas. Era feo.
—Las bailarinas siempre fueron bellísimas en el programa. Hay algo ahí también del estereotipo. ¿Cómo lo llevaban antes y ahora?
Lolo: —Hay que mediar todo el tiempo. Obviamente, lo físico hay que cuidarlo porque trabajamos justamente con el cuerpo, pero sí hay un estereotipo de mujer que se busca para la tele y creo que no es solo en los bailarines. Digo, en general pasa en la tele. Sí tratamos (como jefas de coaches) de pelear o de negociar todo el tiempo la calidad del bailarín.
Eugenia: —Ahí es donde somos bastante intransigentes. De todas maneras, hoy el bailarín, en general, se cuida mucho. Sobre todo acá, en Argentina. Entonces nos ha pasado que en estos últimos castings venían, tanto el varón como las chicas, súper estilizados y no hemos tenido que mediar mucho con ese tipo de cosas. A veces tenemos necesidades específicas pero son pavadas. Este año nos pasó que tenemos muchas mujeres famosas altas, y los bailarines varones no son altos. Y ahí sí hemos tenido que cambiar. Y no es solamente estética: es que la figura se tiene que sentir contenida, más allá de que el bailarín debe tener fuerza y técnica para hacer trucos, etcétera.
—El formato fue cambiando, ya no es solo el famoso sino también lo que pasa con el bailarín, el coach, peleas dentro del equipo...
Eugenia: —Porque todos empiezan a tener un papel importante. Los primeros Bailando por un sueño acordate que eran…
Lolo: —Eran bailarines pero tenían otro perfil personal. Eran soñadores.
—¿Ya no hay más sueños?
Lolo: —Este año, no. Hubo problemas con todo eso. A veces para las figuras, cuando llegaban al final del programa y el sueño no se cumplía como se esperaba, era difícil. Había como todo un tema con eso.
Eugenia: —Yo creo que era porque los que recibían el “sueño”, algunos, no todos, de alguna manera presionaban al famoso para que les cumplieran ese sueño, ganaran o no.
—¿Cómo venimos con la apertura? Porque todos los años se sube la vara y hay que sorprender.
Eugenia: —El tema es ese: que ya se ha hecho tanto que, bueno… Primero, va a ser un poco más corta. Y vamos por cositas diferentes.
Lolo: —Sí, artistas invitados. Siempre que hay una figura, a nosotros nos enaltece, porque es como la venta de la apertura. Y después va a haber un cuadro de un artista plástico; cosas así, que salen un poco de una coreografía.
—¿En estudio o van a hacer cosas en exteriores también?
Lolo: —Alguna grabada y otra en el estudio. Porque requiere que lo grabemos sí o sí, no hay forma que vaya en vivo. Va a durar entre 12 y 15 minutos.
—Vamos a los equipos. ¿Cuántos hay este año?
Lolo: —Mirá, ahora armados hay 28.
Eugenia: —Marcelo dijo 16, 18. Y después, bueno: 20, 22, 24, 26... Yo creo que vamos a llegar a 30.
—Pero estamos arrancando a final de agosto, vamos a terminar en marzo.
Eugenia: —Puede pasar eso, como puede pasar que se empiecen a ir de a cinco parejas. No, mentira (risas). Pero es una posibilidad que se extienda...
—Sería una novedad eso.
Lolo: —Sí, la primera vez.
—¿Los equipos van a poder decidir qué ritmo bailan?
Lolo: —Nosotros les armamos una lista de ritmos, todos tienen el mismo listado, y cada pareja va a poder elegir dentro de ese listado qué ritmo va a hacer gala a gala. Y se le tacha ese ritmo. Son 18 en total.
—¿Va a haber duelo este año?
Eugenia: —No va a haber duelo pero sí sigue todo el formato, en el sentido que está la sentencia, el voto secreto. Pero la diferencia es que este año no van a volver a bailar los sentenciados. El jurado los salva por la razón que les parezca.
—¿Y ustedes cómo se llevan con que el jurado opine a veces sobre la coreografía que se eligió?
Eugenia: —Ellos están para eso, para opinar. A veces no estamos de acuerdo, ponele.
Lolo: —Pero entendemos que es un show y que a veces nos peleamos. Nosotras, obviamente, siempre estamos del lado del coreógrafo y del bailarín.
—VAR no tenemos este año. ¿Hay una pareja elegida por la gente?
Eugenia: —Sí. Tiene su coach y su posible bailarín, pero todavía no está definido quién es. Tenemos posibles bailarines, porque aún no sabemos si es un chico o una chica.
—A lo largo de estos años ¿hay gente con la que digan “nunca más”?
Lolo: —Sí, quizás no tan así, pero hubo gente que no tenía la dinámica de ensayar, que le cuesta más: no llegan a horario, no entienden que son tres horas diarias que las tenés que hacer, porque no hay otra forma. Son cinco veces a la semana, tres horas diarias. Eso es parte del contrato.
—¿Hay una lista negra? Aunque ustedes no me van a decir quién está...
Eugenia: —Yo en lo personal lista negra no tengo. No nos influye para nada en nuestro laburo. ¿Sabés lo que sí está? La reunión de los coaches: cuando te tocó Fulano, todos aplaudiendo, deseándole suerte.
Lolo: —Pero sí es verdad que hay gente más difícil para trabajar. Eso sí es real.
—¿Qué tipos de problemas se presentan?
Lolo: —Está el que no llega a horario, que no es respetuoso con el equipo, que no es profesional, porque más allá de la profesión que tengas: vos a tu trabajo llegás a horario.
Eugenia: —Y los que se encaprichan con algo que a veces la producción no se lo puede dar, porque significaría abrir un abanico para todas las parejas por igual. Y eso a nosotras nos desbarajusta un poco el resto de los equipos.
—¿Cuál es el mayor divismo que les pidieron en estos años?
Lolo: —Sacarle un tema musical a alguien. Esas cosas nos han pasado. Y tener que explicarle que no puedo sacarle el tema.
—¿Cómo se eligen los temas?
Lolo: —La música es propuesta por los coreógrafos o el equipo, digamos y obviamente Marcelo está atrás de todo eso, y un poco consensuamos. Que esa música sea conocida es la gran premisa. Y que sea para el show.
—¿Y cómo hacés para que no se pisen?
Lolo: —¿Una música con otra? El que pide primero.
—¿Qué pasa cuando te piden cambio de coach?
Lolo: —En principio tratamos de mediar, ver cuál es el problema. Si es personal, si es porque no compatibilizan. Cuando es coreográfico vemos qué es lo que no te gusta, porque te podés sentir incómodo con lo que te está marcando, y vemos cómo lo podemos modificar. Pero cuando no encajan como personas, que puede pasar porque se ven todos los días, se le cambia.
—¿Ustedes tenen favoritos?
Lolo: —Yo por ejemplo me encariñé mucho con Fede Bal y Laurita (Fernández). Con Cachete Sierra, Carmen Barbieri.
Eugenia: —A mí, Charlotte Caniggia me puede: es encantadora, una ternurita. Pero en general me encariño con el laburador: el que propone, el que está, el que ensaya. No el que pide el doble ensayo.
—Hay muchos ex Gran Hermano este año. ¿Cómo estamos con ellos?
Lolo: —Hay dos que vi ya, uno no baila tanto pero le pone mucha onda. Y después Romina Uhrig también, y Juliana.
Eugenia: —Sí, Romi se mueve bastante bien. La que me sorprendió es Juliana.
Lolo: —Y la que baila también pero es más niña, Coti.
—¿Qué cosas toleran? ¿Cuál es la Biblia a respetar?
Eugenia: —Que bailen fuera de tiempo. Eso me desespera. Peor: que lo hagan creyendo que están bailando a tiempo. (Risas).
Lolo: —También, que se metan para adentro, como que miren el piso. Pero bueno, eso es un proceso, ¿no?
Eugenia: —Otra cosa es que se equivoquen y se anulen. Pero no sé si ha pasado mucho. Porque al tener un partenaire, ha habido equivocaciones y parates blancos que vos te das cuenta, pero el partenaire inmediatamente te trae, te agarra, te sube, te revolea, te hace el showcito, y zafa.
Lolo: —Luli Salazar me acuerdo que tuvo como un vahído. Creo se olvidó la coreo. Que nos puede pasar a cualquiera. Pero para mí la zafó con: “¡Ay, creo que me desmayo!”.
Eugenia: —Sí para mí también.
—Para cerrar, ¿qué es ShowMatch para ustedes?
Eugenia: —Bueno, en mi vida profesional, fue lo mejor que me pasó. Yo crecí mucho, con los bailarines, con mis compañeros. Crecí a nivel productora, porque pasé de ser una coreógrafa que ponía pasos de baile a producir un show desde lo artístico, que eran miles de parejas y había que ir a miles de ensayos ayudando a los coaches que en ese momento. Y es mi familia laboral, mi segunda familia.
Lolo: —Para mí ShowMatch también tiene que ver con el crecimiento, con la familia. Muchos de los que estamos ahí trabajamos hace mucho. Y yo lo vivo como algo muy propio. Siento que muchas de las cosas que pasan ahí las hicimos nosotros. Que la gente sepa lo que es la vida de un bailarín, todo eso, enaltecerlo, me encanta. Es un programa al que quiero profundamente.
—¿Y Marcelo?
Lolo: —Marcelo es una persona de la que aprendés mucho porque es muy dedicado y puntual con lo que quiere, y eso a mí me hace aprender un montón.
Eugenia: —Para mí es un gran jefe, un gran líder y una persona que me despierta admiración porque lo he visto, en momentos difíciles de su vida, estar como si no pasara nada, y sacarle agua a las piedras.