Daniel Casalnovo está atravesando un duro momento a nivel personal. Por este motivo, el diseñador decidió contar a sus seguidores de las redes sociales que sufre ataques de pánico y toma medicación. Sin embargo, no parece encontrar consuelo frente a esta situación compleja.
El modisto aseguró que su decaimiento comenzó en 2021 cuando se contagió covid-19 y tuvo algunas consecuencias como “daños en el corazón, los riñones, la piel y en el cerebro”. Mientras que estuvo internado, su mamá murió, no pudo despedirse y fue un golpe durísimo para su vida. “Ella quiso que me quede, yo la verdad no”, admitió muy dolido por esta perdida.
Cansado de llevar una mochila tan pesada, Daniel abrió su corazón y admitió que tiene un cuadro depresivo: “¡Nunca dije lo que sentía! Hoy sí puedo desahogarme y contarles lo mal que estoy pasando. ¡Me pueden ver feliz en mis redes sociales! ¡Es solo producto de mi mamá, no mío! Ella me da fuerza yo no tengo ganas... vivo con ataques de pánico y agotado de medicación, ¡basta!”. Este posteo generó gran preocupación entre su entorno y recibió muchos mensajes de apoyo.
En el ciclo Socios del espectáculo (El Trece) lo fueron a buscar a su atelier para charlar y entender un poco más la situación por la que está pasando. “Me derivaron a un psiquiatra que me medicó, eso me hace dormir, pero yo tampoco quiero eso. Me siento mal, creo que ya hice todo lo que tenía que hacer en esta vida, incluso pagar por aquellas cosas que hice mal. Extraño a mi mamá y me quiero ir con ella”, señaló, con la voz quebrada.
Además, el diseñador explicó que no tiene una buena relación con sus hijos mayores, lo que le genera una enorme tristeza. “Estuve 22 años casado y ya hace 12 que no me hablo con mi exmujer. Mis hijos mayores se fueron a vivir a Costa Rica y no quieren saber nada conmigo. De hecho cuando falleció mi mamá, su abuela y la persona que los crio, ni me llamaron”, se lamentó Casalnovo.
“Todos me ven en las redes sociales que estoy divino acá, me ven en la Torre Le Parc, que tengo un Audi 5, un local en Quintana y Callao, otro en la Plata, en Rosario. Pero me voy de acá y estoy solo. Me contienen mis amigos, mis dos hijas, mi nieta, mi hermana. Hoy ya hice todo lo que tengo que hacer, estoy pagando cosas que hice mal en mi vida. Entonces, si yo no creo más en Dios y extraño a mi vieja, me quiero ir con mi mamá. Acá ya hice todo lo que tenía que hacer, me da lo mismo vivir que no vivir, no le tengo miedo a la muerte”, cerró, con la voz quebrada.
Si usted, o algún familiar o allegado suyo, está atravesando una crisis emocional de cualquier tipo, siente que nada tiene sentido o se encuentra atrapado en una situación a la que no le encuentra salida, llamar al 135 (línea gratuita desde Capital y Gran Buenos Aires) o bien al (011) 5275-1135 (desde todo el país).
Seguir leyendo: