Para saber un poco más de la película Volver al futuro necesitamos volver al pasado. La historia oficial cuenta que en 1980 el guionista Bob Gale, husmeando en la biblioteca de la casa de sus padres, se topó con un anuario escolar y descubrió con sorpresa que su simpático progenitor había sido presidente de su curso de graduación. “Al verlo, recordé al presidente de mi clase, un idiota completo, y pensé: ‘¿Mi padre era uno de esos tipos rectos que nunca soporté? De haber ido juntos al colegio, ¿habríamos sido amigos o no habría tenido nada que ver con él?’”. Se lo comentó a su amigo Robert Zemeckis, que no supo la respuesta pero sí supo que se encontraba ante el germen de una buena historia.
Gale y Zemeckis escribieron el guion de Back to the Future, que en tres años y medio recibió 44 rechazos. La suerte cambió cuando Steven Spielberg, amigo de ambos, leyó la historia y le gustó tanto que decidió sumarse como productor. Los presentó en Universal Studios, que a finales de 1984 dio la luz verde o dólares -que sería algo parecido- para comenzar.
Cuando Zemeckis inició el proyecto, solo un actor le parecía adecuado para el papel de Marty: Michael J. Fox, que era la estrella televisiva de la serie Enredos de familia. “Michael Fox es un gran actor, tiene un fabuloso sentido de la sincronización de la comedia”, explicaba Zemeckis. “Será perfecto para el papel. Él es un hombre común. Es accesible como actor. Es simpático. Es chistoso”, convencía a todos.
Al que no logró convencer fue a Gary David Goldberg, el productor ejecutivo de la serie, que no autorizó a Fox a participar porque quería que solo se enfocara en su programa. Descartada la primera opción se abrieron las pruebas para buscar un nuevo protagonista, tarea nada sencilla. John Cusack, Charlie Sheen, Robert Downey Jr., Jon Cryer, Johnny Depp y Ben Stiller audicionaron, pero no gustaron. El que sí gustó fue Ralph Macchio, que en 1984 había protagonizado Karate Kid, pero el muchacho rechazó el proyecto: evaluó que la historia fracasaría ya que apenas se trataba de “un chico, un auto y pastillas de plutonio”, o sea, como adivino, Macchio jamás podría haber ganado un dólar.
El estudio impuso a Eric Stoltz, un actor con aspecto rebelde que había logrado bastante reconocimiento. Según el documental Las películas que nos formaron, de Netflix, Sidney Sheinberg, ejecutivo de Universal, había quedado tan maravillado con Stoltz que desafió a Zemeckis y Gale: “Si no lo hace bien, ponen a otro actor y empiezan de nuevo la película”. Sheinberg también pidió cambiar el título Volver al futuro por Spaceman From Pluto, algo así como El astronauta de Plutón. Argumentó que ninguna película exitosa llevaba la palabra “futuro” en el título. Pero director y guionista se plantaron y rechazaron la idea demostrando que ellos sí como adivinos quizás hubieran ganado un dólar.
Con el protagonista elegido, la película se empezó a rodar, pero cuatro semanas después no se escuchó un “Houston, tenemos un problema” pero si un “Stoltz es el problema”. No era malo actuando, ni un tarambana que llegaba tarde todos los días, mucho menos un divo insoportable con exigencias extrañas, pero estaba arruinando a Marty Mc Fly. Una tarde Zemeckis llamó a Gael y al productor Neil Canton y les lanzó un cachetazo de realidad: “Creo que tenemos un problema. Miren esto y me dicen lo que piensan”. Los tres observaron 40 minutos de escenas filmadas con Stoltz y llegaron a la misma conclusión. El actor destrozaba a Marty, no porque no se tomaba su papel en serio, sino porque se lo tomaba ¡demasiado en serio!
“Actuaba su papel de manera muy dramática y creía que el filme en realidad era una tragedia, no una comedia”, explicaría Gale. Stoltz era un buen actor pero le faltaba ese guiño divertido, picaresco y caradura que precisaba su personaje. “Eric tenía intensidad. Veía dramatismo en las cosas. No era realmente un comediante, y para la película se necesitaba un comediante. Aunque era súper divertido en la vida real, no enfocaba su trabajo de esa manera, y los productores necesitaban a alguien que tuviera esas habilidades”, justificaría Lea Thompson, que interpretó a Lorraine, la madre de Marty. “Era una época en la que salíamos de los años 70. Todos los jóvenes actores querían ser como De Niro y Pacino, lo cual fue bueno en muchos sentidos. Ahora muchos actores jóvenes son como hombres de negocios, pero aquel era un tiempo diferente”.
La actuación de “método” de Stoltz incluía que nadie lo llamara por su nombre, Eric, sino Marty. “Creíamos que era una tontería, pero pensamos que si lo ayudaba a hacer su trabajo, era inofensivo. Había algunas personas en el equipo que habían trabajado en Mask y lo llamaban Rocky, como su personaje en esa película”, contaría Gale en un artículo en el portal Vulture. Thomas Wilson, que interpretó al insoportable Biff, reveló que mientras filmaban una escena en una cafetería terminó llenó de moretones porque Stoltz, compenetrado con su personaje, lo empujó con demasiada violencia. “Fue con fuerza contra mi clavícula, me estaba empujando de verdad. Y yo le decía durante el corte: ‘Marty, esta es una película’, pero él hacía como que no me escuchaba”, reveló años después, y calificó a su compañero con un grosero pero gráfico “era un grano en el culo”.
Zemeckis y Gale estaban casi convencidos de prescindir de Stoltz, pero la decisión final llegó de alguien que sabía y mucho de cine: Steven Spielberg. Luego de ver el material grabado, el creador de E.T. sentenció: “Hay que reemplazarlo”. Todos coincidieron en el despido pero mientras se lanzaban a buscar nuevamente a Fox, siguieron rodando escenas con Stoltz. El problema fue que quizás por la cara de los productores o porque se intuía que algo andaba mal, pronto se corrió el rumor que alguien sería despedido, y eso generó un clima de tensión y temor.
Stoltz recordaría que vivió esas semanas como “un largo invierno”. Llegaba al plató e iba sin demora a la peluquería y después a maquillaje. Luego se ponía frente a las cámaras sin saber que su suerte ya estaba echada, pero con algunos indicios. Filmaban una toma desde el ángulo del personaje del Doc, pero no del de Marty. Cuando los asistentes preguntaban sobre el plano que faltaba, el director respondía: “Tranquilos, no se preocupen por eso”.
Las escenas se acumulaban. Cada día los actores se acercaban a observar una planilla donde se anotaba si se los necesitaba para esa jornada. El 10 de enero de 1984, el jefe de producción Dennis Jones tomó la lista de actores y junto al nombre de Stoltz escribió la letra “F”. “La letra era la inicial de ‘finished’ (‘terminado’), pero también podría haberlo sido de otros términos: ‘fired’ (‘despedido’) habría sido el más amable”, explicó el periodista Caseen Gaines en el libro We Don’t Need Roads: The Making of the Back to the Future Trilogy.
El comunicado formal se produjo durante el almuerzo. “Tenemos un anuncio”, dijo Zemeckis por su megáfono, junto a Gale y Spielberg. “Probablemente será impactante, una especie de buenas noticias o malas noticias”. El silencio era tan grande como las expectativas y el director siguió: “Las malas noticias son que tendremos que volver a filmar la mayor parte de la película porque hemos cambiado el elenco y habrá un nuevo Marty: Michael J. Fox”. Ante el anuncio, y según detalla el portal Vulture, uno de los presentes gritó: “¡Esas no son malas noticias!”, a lo que el director respondió aliviado: “La otra buena noticia es que vamos a continuar. Así que solo son buenas noticias y buenas noticias”.
El cambio de actor provocó que se aceleraran los tiempos de rodaje, para recuperar las seis semanas perdidas con Stoltz. Además, trajo consigo el cambio de la compañera del personaje principal, ya que Melora Hardin, la actriz elegida originalmente para el rol, era demasiado alta para ser novia de Fox. Claudia Wells fue convocada para ponerse en la piel de Jennifer.
Con la fecha de estreno soplándole la nuca a los realizadores, muchas escenas que Stoltz había hecho no se volvieron a filmar, sino que se rodaron por separado con el nuevo protagonista solamente y se pegaron las imágenes. Como Fox durante el día trabajaba en Lazos familiares, solo podía filmar de las seis de la tarde a las dos de la mañana. Durante esas semanas durmió apenas cuatro horas diarias. Gale reconoció que “reemplazar al protagonista es la decisión más difícil y dura que se puede tomar. Pero en la primera escena que filmaron con Christopher Lloyd quedó claro que la química entre ellos era la indicada”.
Volver al futuro fue un exitazo que se convirtió en trilogía y un clásico que marcó generaciones y nos hace soñar con patinetas voladoras. Pasaron 38 años de su estreno y Stoltz todavía es recordado como “el actor que no fue Marty McFly”, pese a haber actuado en más de 40 películas entre las que están Pulp Fiction, Mujercitas, Jerry Maguire y Anaconda.
En una entrevista al sitio estadounidense especializado MovieHole, habló de su paso fallido por Volver al Futuro: “Rara vez miro hacia atrás, si es que lo hago, pero en retrospectiva, creo que solo atravesar ese período difícil me ayudó a darme cuenta de cuán liberador fue realmente”.
Con el paso de los años su salida del proyecto no lo frustró, sino que le sirvió para afrontar nuevos desafíos. “Regresé a la escuela de actuación, me mudé a Europa, hice algunas obras de teatro en Nueva York y de hecho invertí... de una manera que era mucho más saludable para mí”. Además, especuló con que “si me hubiera convertido en una estrella masiva, no sé si no hubiera entrado en terapia”, y se atrevió a bromear: “Por otro lado, habría sido extremadamente rico, ¡lo que hubiera sido maravilloso!”.
A casi cuatro décadas del estreno nos quedará la incógnita sobre si Volver al futuro sería lo que es sin Michael Fox, o si Stoltz hoy podría megafamoso y millonario. Pero como dicen por ahí, ya sabemos que el pasado es impredecible.
Seguir leyendo: