Falta cada vez menos para que Luis Miguel inicie la serie de diez presentaciones que dará durante agosto en Buenos Aires. A partir de la noche de este jueves 3 tomará el escenario del Movistar Arena y para esta faena, El Sol de México -que nació en Puerto Rico- llegó esta semana a la capital argentina en un vuelo privado proveniente de proveniente de Ecuador. En compañía de su novia Paloma Cuevas, el ídolo estuvo muy custodiado en su trayecto desde el aeropuerto de Ezeiza hasta el Hotel Faen: ese será su hogar, el de su pareja y parte de su equipo en lo que dure la prolongada estadía en la ciudad, siendo el último show de esta saga el próximo viernes 18.
El romance de los argentinos con Luis Miguel comenzó en 1982, cuando el artista tenía apenas 12 años y acababa de lanzar su primer disco, 1+1= 2 enamorados. En aquella ocasión se presentó en el programa Sábado de Todos, que se emitía por ATC (hoy TV Pública). A partir de allí el vínculo se fue haciendo cada vez más estrecho y el público creció a la par de Luismi: desde fines de los años ochenta y durante buena parte de la década siguiente hizo incontables shows en el Luna Park, en Vélez Sarsfield, más presentaciones televisivas y hasta giras que incluían paradas en Córdoba, Rosario, Mar del Plata y Mendoza, entre más ciudades del país.
La última vez que el hijo de Luis Rey y Marcela Basteri cantó en Argentina había sido en 2019, cuando se presentó en Córdoba y Buenos Aires en el marco de la gira México por Siempre, en coincidencia con el nuevo furor que había generado con su figura e historia a partir del estreno de la biopic de Netflix. Ahora, la abstinencia de sus fans locales está por llegar a su fin y para esta ocasión prepararon un recibimiento a la altura de la leyenda del Micky.
Tal como se lo habían adelantado a Teleshow los integrantes de Tengo todo excepto a ti, el fan club oficial de Luismi en la Argentina, llegaron al Faena en un “trencito de la alegría” plotteado con una figura de Lionel Messi levantando la Copa del Mundo. Y desde el mediodía concentraron en las afueras del hotel para darle comienzo a la previa de la primera gran noche ahí, en las calles de Puerto Madero, mientras escuchan y cantan a los gritos los hits del reconocido intérprete. Para agregarle calor a la tarde fresca del jueves, convocaron a la comparsa SambaTelmo, quienes acompañaron con ritmo y colorido.
También se lo vio por allí a Guillermo Elías, el doble de Luis Miguel que se gana la vida animando shows y eventos relacionados al artista. Y se sacó fotos con las fans, hizo sonar los tambores de la comparsa y hasta se animó a cantar y bailar como el ídolo.
En otro momento de la tarde, a esa zona de Puerto Madero también arribó un micro proveniente de la provincia de Córdoba, el cual fue copado por las fans agrupadas en el club llamado Simplemente Luis Miguel. Con mucha alegría y también cantando canciones del artista, se sumaron a la previa con las expectativas altes de poder gozar esta noche en el Movistar Arena.
La idea de los seguidores del cantante es quedarse en las cercanías del hotel hasta que se haga la hora de partir rumbo al estadio ubicado en Villa Crespo, también con la ilusión de poder ver aunque sea de lejos a Luismi antes de que cante en este primera noche.
Mañana, viernes 4, las fans de Tengo todo excepto a tí saldrán desde Lanús en un colectivo de la Línea 45 que será conducido por Hugo Robles, popularmente conocido como el chofer de colectivos que canta temas de Luis Miguel. Durante el recorrido, harán diferentes paradas con todo tipo de festejos a modo de previa también.
El sábado 5 la cita será nuevamente en el hotel. Allí le brindarán al artista una serenata con los Mariachis Mexicanismo. “Y así poder agasajar a nuestro Rey”, sostienen desde el club de fans. “El domingo cerramos la semana con todo”, anunciaron sobre las actividades que planificaron para el día 6. Nuevamente se reunirán en el hotel en el que está hospedado el artista y subirán a dos limusinas que contrataron para que las traslade hacia el Movistar Arena. Durante el recorrido, claro, entonarán canciones a modo de previa hasta llegar nuevamente a disfrutar otro recital.
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