El furor por la presencia de Luis Miguel en Buenos Aires es total y son muchas las personas que quieren ver aunque sea de lejos a su ídolo. Pero él, muy celoso de su imagen y de su privacidad, permanece recluido en el Hotel Faena y seguido muy de cerca por su numerosa custodia.
El Sol de México llegó a la capital argentina este martes al mediodía, arribando al aeropuerto de Ezeiza en un avión privado proveniente de Ecuador: el artista se prepara para dar inicio al tour mundial 2023, a partir de este jueves 3 con la presentación de una serie de 10 shows en el Movistar Arena en Buenos Aires. Según pudo saber Teleshow, el artista y su novia Paloma Cuevas se embarcaron en la noche del lunes desde Cabo San Lucas con destino a Buenos Aires. En el tramo, debieron hacer una escala en Guayaquil para cargar combustible y arribaron a la Argentina con tres horas de demora.
Apenas llegaron a Buenos Aires, Luismi y Paloma salieron en una camioneta blindada, mientras que en otra viajaba su seguridad. Los vehículos fueron escoltados por seis motos de la policía hasta el alojamiento que servirá de residencia en estos días tanto para el cantante como para su troupe. A tono con las costumbres argentinas, el ídolo se sintió tentado por las carnes asadas y tuvo un antojo de asado. Es por esto que en la noche del martes lo esperaban en Don Julio, la más famosa de las parrillas porteñas, acaso una parada obligada para todo turista célebre.
Para agasajar a Luis Miguel, en el local habían cerrado el primer piso para que el cantante nacido en Puerto Rico y su equipo pudieran disfrutar de la carne asada con total tranquilidad y máxima privacidad. Sin embargo, a último momento, la seguridad del artista notó que en la esquina del lugar lo esperaban una muy nutrida cantidad de fans y medios de comunicación, por lo que decidieron que lo mejor era que no saliera de su habitación.
“¿Cómo resolvieron la situación y no lo dejaron con las ganas a Luis Miguel de comerse unas buenas achuras?”, planteó Pablo Layus de Intrusos (América), quien estuvo apostado con un móvil en el lugar y para mostrar cómo se resolvió la situación y que El Sol de México no se quedara con las ganas de probar el asado hecho en esa parrilla.
Luego de intentar hablar, sin éxito, con los integrantes de la seguridad del cantante, Layus pudo notar que alrededor de las 9 de la noche un cocinero del lugar salió escoltado por los custodios de Luismi con varias bolsas de papel madera, las cuales luego acomodaron en la parte trasera de una camioneta. Asimismo, las cámaras del programa que conduce Florencia de la V poncharon el momento en que otro integrante del equipo del cantante pagaba por la cena, en efectivo e incluyendo la correspondiente propina.
En total fueron cinco bolsas las que partieron desde la parrilla rumbo al Faena y que fueron despedidas por un numeroso grupo de seguidoras del cantante, quienes se quedaron con las ganas de poder ver de cerca a su ídolo.
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