A dónde le gustaría ir pero no la invitan, su experiencia en África y otras 31 definiciones de Marcela Kloosterboer

Con 40 años recién estrenados se luce en Un plan perfecto, la comedia de Pedro Alfonso y Paula Chaves. Siempre cuidadosa de su mundo privado, hoy nos muestra un poco en este Conteste 33

Marcela Kloosterboer (Instagram)

1. Cuando eras chica, de grande querías ser…

—Amaba y amo a los animales, tenía mucha empatía y soñaba ser veterinaria.

2. Tu abuelo paterno llegó de Holanda…

—Le decíamos Opa, que significa abuelo en holandés. Vino a cuidar unos campos de su papá en Entre Ríos; conoció a mi abuela, se casó, tuvo sus hijos y se quedó. Era una persona bastante particular: no me hablaba mucho, un ser bastante extraño. Concertista de piano, tenía en su casa cinco pianos de cola. A veces me decía: “Marcela, ven”, me sentaba a su lado y se ponía a tocar y tocar el piano. Era nuestra única comunicación.

3. La frase “Mantené lo simple”…

—Me la repetía mucho mi mamá. Me sirvió para no complicarme, no enroscarme, no desesperarme ni entrar en crisis. Cuando pasa algo, tratar de mantener la calma y saber que las cosas se solucionan. Mantener lo simple es no complicarse.

4. Lo bueno y lo malo de empezar a trabajar a los 12 años…

—Para mí todo fue bueno porque siento que no me perdí nada de la adolescencia. Iba al colegio, estaba con mis amigas y por ahí, me iba a trabajar. Ya más grande terminaba de grabar, me encontraba con mis amigas y salíamos. En una época, tendría 15 o 16 años, dejé de trabajar por unos meses porque quería llevar la vida de mis amigas: colegio hasta las 4 de la tarde y a la salida, ir al río. Lo hice durante unos meses y me faltaba algo. Me dije: “Esto no es para mí”. Sentí que donde tenía que estar en ese momento era en un estudio de televisión o en un escenario de teatro. Siempre la pasé bien, me sentí contenida. Además, trabajar desde tan chica me dio herramientas como para plantarme en situaciones donde a un jefe que me doblaba en edad o a un director que la triplicaba, le decía: “Esta escena no la quiero hacer por tal o tal cosa”. Fortaleció mucho mi personalidad.

5. En quinto año al profesor de Catequesis..

—Éramos casi todas mujeres, uno o dos varones y al catequista lo volvíamos loco. Nos levantábamos la pollera; cosas de adolescentes. Nos divertíamos mucho. Esas compañeras siguen siendo mis amigas hasta hoy.

6. Entre ser músico como el papá o actriz como la mamá, preferís que tus hijos sean…

—¡Ay, qué difícil! Como padres, puede dar un poco de incertidumbre que se dediquen a algo artístico: dependés de que a alguna persona o a muchas le guste lo que hacés. Quizá tiene más seguridad una carrera universitaria; yo no fui por ese camino, mi marido sí. Lo que sea que hagan, que lo hagan con conciencia, con trabajo, con responsabilidad. Me gustaría que estudien, que se preparen y sean lo que quieran ser.

Marcela Kloosterboer con sus dos hijos, Otto y Juana, el último 5 de julio, cuando celebró sus 40 años (Instagram)

7. Cuando eras chica, en cada Semana Santa…

—Íbamos a Pinamar o a Valeria del Mar y alquilábamos muchas casitas, o una o dos grandes. Mi mamá con sus seis hermanos, y todos con sus hijos; sumábamos cerca de 40. Se armaban lindos líos familiares, nos reíamos mucho. Tengo una familia donde hay mucho humor, mucha risa y mucho juego, porque nos encanta jugar a las cartas, al Buraco. Guardo los mejores recuerdos de esa época: esos cuatro días, todos en familia; era una muy linda aventura.

8. Cumpliste tu anhelo de la huerta propia…

—No la tengo huerta pero sí un árbol de mandarina, uno de naranja y un limonero. Hacemos muchas limonadas y jugos de mandarines. La huerta propia nunca la pude hacer, lo intenté varias veces. Es una tarea pendiente.

9. La televisión sin ficción te genera…

—Tristeza, porque siento que se fue apagando y apagando. Hay una sola ficción al aire que es la de Suar (ATAV), el único que sigue apostando. Siento que la gente elegiría ver ficción si hubiese, pero entiendo que es caro producir y que con las plataformas, hay otras opciones. Pero la televisión, la tira diaria, generaba que la familia se sentara a ver algo y después, comentarlo. Eso me da un poco de nostalgia, y ni hablar del trabajo para los actores. Me gustaría que se pudiera acomodar un poco porque de 100 como había, pasamos a cero. Teníamos muy buenas producciones y contenidos. Ojalá se pueda volver a eso.

10. De tu experiencia en Kenia grabando Verano del 98, recordás…

—Fue uno de los viajes más lindos de mi vida y me marcó mucho. Estaba por cumplir 15 años y fui con mi mamá porque yo era menor. Con Diego Ramos y Betina, que era una productora, nos divertimos muchísimo. Para mí vivir en el medio de la naturaleza y de la selva fue una locura. Conocer a la comunidad de los Masái Mara. Recuerdo todo como si fuera hoy, y siempre me emociona. La gente que va a África dice que siempre se vuelve. Así que me encantaría regresar con mis hijos.

10. En Amigovios, con 12 años tenías que darle un beso a un chico, pero nunca lo habías dado en la vida real…

—Debía darme un piquito con un chico y no me animaba porque era muy chica, siempre fui muy cuidadosa y pudorosa. Mi mamá fue a hablar con los productores y terminamos resolviendo la escena atrás de un árbol. Hoy una chica de 11 años tiene como otra actitud, pero a mí me daba mucha incomodidad. Desde ese momento y por muchos años fui aprendiendo a poner límites en escenas que no quería hacer. Compañeras de mi edad se sentían más cómodas haciéndolas y las hacían, y yo no. Era todo un tema hablar con el director: “Esto no lo quiero hacer, esto tampoco”. Pero era seguir mi convicción, respetarse uno mismo y decir: “Esto no lo voy a hacer y no quiero que nadie me convenza”. Parece una pavada, pero a través de los años aprendí a decir no.

Marcela Kloosterboer y Fernando Sieling, el día de su casamiento (Foto: Vero Guerman)

11. Con las redes sociales…

—Al principio me negaba un poco. Mi representante, Alex Farrell, me decía: “Tenés que abrirte un Instagram”. Lo hice cuando nació Juana, mi hija, y lo uso mucho como algo laboral. No expongo mucho mi día a día: no me siento cómoda con eso, no me interesa. Elijo qué es lo que hago, porque también es una gran ventana laboral. También está bueno el contacto con la gente que te escribe o las páginas de fans que suben fotos que ni yo me acuerdo de qué son.

12. Tener un apellido de difícil pronunciación…

—Es complicado. Cuando empecé a trabajar me pedían que me lo cambiara, y yo respondía: “¿Cómo me voy a cambiar el apellido? ¿Cómo voy a tener otro apellido distinto al de mi hermano?”. Un día le dije a mi papá: “Me quieren cambiar el apellido a Closter o Boer porque el nuestro es largo y no lo saben escribir”. Y él me respondió: “De Schwarzenegger se acuerda todo el mundo, así que vos no te cambies nada”. Y así fue.

13. Que te reconocieran por la calle…

—Al principio fue difícil porque fue muy abrupto, muy de golpe. Trabajaba en Dibu cuando me empezaron a reconocer y después, con Verano del 98 fue un boom. Iba a lugares donde había otros chicos y me venían a pedir autógrafos, porque en ese momento no había fotos. No me gustaba nada, me sentía muy invadida en mi terreno privado. Con el tiempo lo aprendí a manejar y entendí que es parte del reconocimiento del trabajo.

14. Solías comerte las uñas, pero promesa mediante…

—Lo hice hasta los 21 años pero un novio que tenía en ese momento me dijo: “Si pasa tal cosa, me prometés que no te comes nunca más las uñas”. Pasó. Y no me las comí nunca más.

15. En Valientes eras enemiga de Elenora Wexler, pero en la vida real…

—La conocí en ese programa y nos hicimos muy amigas hasta el día de hoy. La quiero mucho. Nos seguimos viendo y hablando. No volvimos a trabajar juntas, pero nos llevamos muy bien y nos queremos mucho.

Amigas: Eleonora Wexler y Marcela Kloosterboer (Vero Guerman)

16. Aunque trabajaste en programas exitosos siempre mantuviste un perfil bajo porque…

—Por un lado iba mi vida pública del trabajo, y por otro lado, mi vida privada. No se cruzaban, eran paralelas. Siempre me pareció mejor resguardarme. Creía que era una locura estar contando mis cosas o exponerme demasiado. Siempre fue así, y fue lo que a mí me funcionó.

17. Tus mascotas actuales son…

—Perry, una cocker que tengo hace siete años y rescaté en la Panamericana, una noche de lluvia. Tengo su tenencia compartida con Martina, que es mi amiga vecina de enfrente, porque va y viene entre ambas casas. Tuve muchos perros, pero en este momento está solo Perry.

18. Jugar al póker…

—Me encanta. Me gusta jugar a las cartas. Mamé mucho eso de chiquita cuando mi papá me enseñaba a jugar al Truco o mi mamá jugaba a la Podrida, al Buraco, a todo. Me encanta, me divierte mucho.

19. Sos rubia y de tez blanca, pero tu familia y tus amigos te llaman…

Negra, porque mi hermano es rubio de ojos celestes y más blanco que yo. Cuando era más chica tomaba sol y me ponía negra. De chiquita era bastante guachita entonces a veces también me decían Bruja. Pero no duró tanto y quedó Negra.

20. Como jugadora de hockey eras…

—Bastante mala, medio vaga: no me gustaba mucho entrenar, cosa que ahora me encanta. Pero a los 12 no me importaba mucho: hacía cualquier cosa, no iba, me rateaba. No dejé una huella en Banco Provincia.

21. Cierta vez te enteraste que en una fábrica había una cantidad de perros no bien cuidados y…

—Hace unos años, cuando me mudé, veía una fábrica los perros atados, que eran como los guardianes de la fábrica. Hice una denuncia y fui con una amiga, que es abogada, y empezamos a golpear las puertas, a hablar con el tipo para que cambie esa situación. Lo filmamos: era terrible cómo los tenían atados al rayo del sol, con 40 grados, algunos sin agua, una falta de humanidad total. Por suerte, con mi amiga Meme hicimos el escándalo necesario para que los liberaran. Hoy en día ya no están.

22. Como ama de casa…

—Soy muy hacendosa: me gusta, no paro, me encanta tener la casa impecable y me pongo a limpiar, a barrer, a ordenar. También hago circular los juguetes o la ropa; lo que no se usa lo regalo. Donamos mucho a Pequeños Pasos, una ONG con la que colaboro y sé que las cosas llegan a su lugar. Lo único que no hago es planchar. Me encanta lavar la ropa, cocinar, lavar los platos. Me da placer ver todo ordenadito y limpio, me llevo bien con las tareas del hogar.

Marcela Kloosterboer, en su casa

23. Lo más atrevido que hiciste…

—Estábamos con mis primas de viaje, vimos una casa de tatuajes, bajamos las cinco y nos tatuamos todas lo mismo. ¡Wow! ¡Qué atrevido! Pero no se me viene otra cosa.

24. Boca, en tu vida…

—Era muy fanática de chica: mi papá me llevaba a la cancha y eso que es de Racing. Tengo un tío, Carlos, fanático del Xeneize, e iba con sus cinco hijos varones a la Bombonera. Era el mejor programa. Tuve una camiseta firmada por el Chicho Serna. Se me fue yendo el fanatismo, ya no sigo los partidos. Pero me encantaría ir a la cancha. No me invita nadie y me gustaría.

25. Ver Un plan perfecto es un plan perfecto porque…

—Te vas a reír desde que llegas hasta que te vas. Es una comedia que no pretende nada más que hacer que la gente disfrute, se ría, pase un buen momento y creo que no es poco. Se ve una gran química de todos arriba del escenario. Hay grandes comediantes y la obra está muy buena. La gente se descostilla de risa con los delirios de Pachu, que es tan querido, de Pedro Alfonso, de Rodri Noya. Hay un actor cordobés, Camilo Nicolás, que hace stand-up y es buenísimo. Está Paula (Chaves), Agustina Agazzani, yo. Está muy buena la obra para verla.

El elenco de Un plan perfecto, en el saludo final (RS Fotos)

26. Con 40 años recién cumplidos te sentís…

—Creo que los 40 años son un gran momento. Siento que hubo un camino de búsqueda, de autoconocimiento y de aprender mucho. De saber qué cosas sí y qué no querés. Siento que es una etapa en la que estás más relajada con algunas cosas y elegís bien tu tiempo: dónde querés, con quién querés estar y qué querés hacer. Me encanta llegar a esta edad. Es un camino recorrido y de balance. Está bueno.

27. En tu vida laboral hay mucha tele, poco cine y algo de teatro…

—Siempre me encantó hacer tele, y cine también. Me pasó varias veces que me han llamado para alguna película, y estaba grabando y me la perdí. Siento también que se dio así y no reniego de eso. Ahora me estoy encontrando con el teatro y me encanta. Lo estoy disfrutando un montón y siento que quedan muchas cosas por delante, así que cada cosa tendrá su etapa.

28. Tus proyectos 2023 incluyen…

—Con Un plan perfecto, es la primera vez que hago gira. Estoy fascinada de conocer los teatros del Interior. Fuimos al Podestá en La Plata: una cosa increíble, parece un mini Colón. Fuimos a Uruguay, a algunas ciudades chiquitas y la gente, ¡cómo te espera! Estoy feliz con la obra. Y ahora estaremos en Buenos Aires durante cuatro fines de semana, de jueves a domingo. Después, hacer algo para una plataforma, que estaba previsto para julio, se atrasó y no sé si quedará para fin de este año o para el año que viene.

Agustina Cherri y Marcela Kloosterboer

29. Con Agustina Cherri más que amigas son familia porque…

—Nos conocemos desde los 12 años y compartimos muchísimas cosas. Nos conocemos mucho; conozco a sus hijos desde que nacieron. En su momento le presenté a Gastón Pauls y ahora su novio también es amigo de mi marido: lo conoció en mi casamiento. Estamos muy unidas. También nuestros hijos, que se aman. Tenemos una relación muy linda que fue perdurando a través de los años. Por ahí nos juntamos y de lo que menos hablamos es de trabajo: tenemos una confianza y una amistad que trasciende. Nos hemos ido de viajes juntas, de viajes con nuestras familias, solas. La quiero mucho a mi amiga.

30. El mejor beso que te dieron en ficción…

—Me di tantos que no me acuerdo. La verdad que después se vuelve todo más o menos siempre lo mismo, como que es todo muy técnico siempre, las escenas de sexo o el beso, y acá y allá.

La comentada escena de sexo de Luciano con Marcela Kloosterboer, en Las Estrellas

31. La mentira más tonta que se dijo de vos…

—En su momento creo que los Pumas habían salido campeones y dijeron que había ido a buscar a uno al aeropuerto, o que llamaba a uno de los jugadores. Nunca en mi vida lo había visto, sabía quién era porque me gusta el rugby pero jamás me lo había cruzado e inventaron eso. Yo decía: “¿De dónde sacaron esto? Que lo fui a buscar al aeropuerto...”. La verdad es que han inventado bastantes cosas.

32. Cumplir 40 años de democracia ininterrumpida te genera…

—Nací en el 83, con la democracia: me genera cierto orgullo. Hay que defenderla siempre. Pocos saben que a mí me gusta mucho la política y hablar de política, pero lo hago en privado porque no tengo ganas de exponerme. A la democracia hay que honrarla, respetarla, y respetarnos entre todos. Estaría bueno respetarnos un poco más porque acá si pensás de una manera o pensás de otra, te matan, y parte de la democracia tiene que ser respetar al que piensa diferente. No es fácil: somos un país demasiado pasional para todo.

33. Cuando seas grande querés ser…

—Feliz. Me imagino ser una persona que disfruta de la vida como ahora.

Seguir leyendo: