Silvina Luna está atravesando un cuadro grave de salud a causa de una hipercalcemia que le produjo una insuficiencia renal luego de las cirugías estéticas que le realizó el médico Aníbal Lotocki en el 2013. Hoy por hoy, la modelo se encuentra internada en terapia intensiva en el Hospital Italiano de Buenos Aires siendo asistida por respiración mecánica.
Silvina había sido hospitalizada a principios de mes a causa de una infección por una bacteria y si bien, lograron detectar su origen, su cuadro se complicó con otros problemas en su organismo que la llevaron a requerir de intubación para mantenerse con vida.
El doctor Guillermo Capuya, en diálogo con A la Barbarossa (Telefe), recordó que el problema de base de la ex Gran Hermano es una derivación de las cirugías que le realizó Lotocki. “La insuficiente renal que ella tiene fue producto de una formación de cálculos, el metacrilato produce una hipercalcemia que puede terminar en esta insuficiencia renal”, remarcó.
Así las cosas, Luna había denunciado por mala praxis a Lotocki no bien comenzaron los primeros síntomas de su enfermedad. Finalmente, el febrero de 2022 y tras 5 meses de juicio, el cirujano fue condenado a 4 años de prisión de cumplimiento efectivo, por lesiones graves y 5 de inhabilitación para ejercer su profesión por el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional (TOC) porteño N º28.
En su alegato, el fiscal Sandro Abraldes había pedido una pena de siete años y nueve meses de prisión. Recordemos que Lotocki fue acusado de ocasionarle lesiones graves a cuatro mujeres luego de realizarles procedimientos quirúrgicos. Las damnificadas (y querellantes en la causa) son Gabriela Trenchi, Stefanía Xipolitakis y Pamela Sosa, además de Silvina Luna. “Lotocki es un médico que ha sido violento con sus pacientes: en el marco de la confianza que estableció con las cuatro víctimas, las usó para sus propósitos personales y les estropeó la salud”, dijo durante su alegato el fiscal Abraldes.
En las causas, se comprobó que a Silvina Luna, que fue intervenida en octubre y noviembre de 2011, se le colocaron microesferas de polimetil metacrilato (PMMA) y eso le generó alteraciones anatómicas en los glúteos y los muslos, lo que fue advertido y documentado por otro médico en junio de 2013. Las lesiones sufridas por Stefanía Xipolotakis se dieron luego de la intervención médica de marzo de 2014 en donde también se le colocó polimetil metacrilato (PMMA).
En el caso de Gabriela Trenchi, el cirujano le colocó un producto de relleno que contenía microesferas de polimetil metacrilato (PMMA). Esto le habría provocado lesiones en el cuerpo y en la salud: una “normoanatomía del tejido celular y de los glúteos mayores y en los grupos musculares de muslos y de las piernas, caracterizadas por granulomas o farmacomas, como así también por un componente inflamatorio”, según se detalla en la querella.
Sin embargo, las denuncias contra Lotocki no terminaron allí. En abril de 2021 ocurrió la más grave cuando fue imputado por la muerte de Cristian Adolfo Zárate, un hombre de 50 años al que había atendido quirúrgicamente en su consultorio ese mismo año. A principios de este mes, a pedido del fiscal Pablo Recchini, el titular del Juzgado Nacional en los Correccional Nº 11, Luis Schelgel, resolvió el procesamiento de Lotocki y cambiar la calificación legal que pesaba en su contra por el crimen de Zárate, de “homicidio culposo” a “homicidio simple por dolo eventual”.
Tras decretar la modificación de la calificación legal del delito por la muerte de Zárate, el magistrado no solicitó la prisión preventiva de Lotocki pero, en caso de ser confirmado, el médico enfrentará otro juicio oral y público. El hombre murió en abril de 2021 en el consultorio del cirujano en medio de una intervención de liposucción. Además, aseguran que modificó la historia clínica del paciente, quien tenía diabetes.
Aníbal Lotocki es médico pero no es cirujano y, según sostiene el abogado defensor de las víctimas, Mariano Lizardo, “ninguna asociación de cirujanos plásticos de la Argentina lo tiene reconocido como tal”, debido a que solo contaba con una “especialidad de una universidad”. Durante años se desempeñó en distintos consultorios de la Ciudad de Buenos Aires, pero lo cierto es que el médico no figura en el listado de especialistas recomendados por la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora (SACPER) y tampoco es miembro de la otra sociedad reconocida, la Sociedad de Cirugía Plástica de Buenos Aires (SCPBA).
El letrado explicó que “Lotocki podía seguir desempeñándose pese a todas estas denuncias porque, a diferencia de los abogados o de los arquitectos, a los que se les puede retener la matrícula, los médicos son una corporación que hasta que no haya sentencia firme pueden seguir en sus funciones”.
Tan grave es el tema que Lizardo había precisado que el mismo día de la imputación, Lotocki había operado “a tres personas” en la misma clínica donde había sido atendido el hombre de 50 años que falleció, pese a ser “el médico que mas causas abierta tiene por mala praxis”.
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