Charlie Sheen y Denise Richards, del amor al odio: drogas, prostitución y millones de dólares

Tuvieron un matrimonio que duró mucho menos que su divorcio, tan violento como cruel. Luego de órdenes de restricción, demandas y agresiones, ambos lograrían una buena relación

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Charlie Sheen y Denise Richards,
Charlie Sheen y Denise Richards, cuando estaban juntos (Grosby)

En las últimas semanas más de uno se sorprendió con la noticia de que Samantha Sheen, la hija mayor de Charlie Sheen y Denise Richards, se definió como “trabajadora sexual”. Antes de que los defensores de la moral y buenas costumbres comenzaran a prender la hoguera, la muchacha de 19 años aclaró que no se dedicaba al cine porno ni al sexo pago sino que abrió una cuenta en Only fans. Agregó que le encantaba su trabajo porque era creativo, tomaba sus propias decisiones y era su jefa. Pero quizás lo que más llamó la atención es que su mamá la apoyaba, pero su papá no. Sin embargo, si se recuerda un poco la historia de esa pareja, más de un terapeuta familiar los convocaría para unas sesiones.

 Samantha Sheen (Instagram)
Samantha Sheen (Instagram)

Cuando Charlie anunció su compromiso con Denise no solo parecía que había encontrado el amor, también cierta estabilidad. Es que con 36 años, el hijo de Martín Sheen y hermano de Emilio Estevez había vivido unas cuentas vidas. No en vano era el chico malo de Hollywood que acaparaba la atracción como intérprete en Pelotón, Wall Street y Los tres mosqueteros, entre otros filmes, y también por su vida siempre al límite.

A los 11 años fumó su primer porro en el set filipino de Apocalypse Now!, donde filmaba su padre. A los 15 debutó sexualmente con una prostituta de Las Vegas a la que le pagó los servicios con la tarjeta de su papá. Para esa época empezó a consumir alcohol y llegó a beber dos botellas de vodka por día. Se puso de novio con Kelly Preston. El noviazgo terminó cuando ella accidentalmente se disparó en un brazo con un arma que encontró en la casa de él. Años después Kelly se casaría con John Travolta.

Después de Kelly llegó Donna Peele, con la que estuvo casado 14 meses. Siguió consumiendo alcohol, drogas y en un año gastó 50 mil dólares en prostitutas. Pese a su vida caótica, el público lo amaba, tanto que cuando el buenazo de Michael J. Fox hizo pública su enfermedad y se necesitó buscarle un reemplazo para Spin City, el elegido fue Sheen. La opción no solo opuesta sino para muchos inimaginable, sin embargo revitalizó la serie y multiplicó la audiencia.

Mientras Charlie Sheen era el chico malo, Denise Richards se convertía en la chica de los sueños. Dueña de un rostro magnético, en Juegos salvajes encandiló a medio planeta al besarse con Neve Campbell, en una escena que décadas después sigue en el podio de “los mejores besos lésbicos de la historia del cine”. En 1999 se convirtió en una chica Bond. Su sensualidad era incuestionable, aunque sus dotes actorales estaban más cerca de los premios Razzie que los Oscar.

Si bien no está comprobado científicamente, las chicas buenas suelen sentir especial atracción por los chicos malos, y Denise no fue la excepción. Conoció a Sheen filmando Good advice y se enamoraron cuando ella fue parte de Spin City. En varias entrevistas la rubia había contado que su “punto débil” eran los perros enfermos y que cuidó a uno con tres patas, a otro ciego y a uno con cáncer terminal. Quizá pensó que Sheen solo necesitaba alguien que lo cuidara como ella sabía cuidar, pero a veces las mascotas son menos complejas que las personas. Cuando luego de unas idílicas vacaciones en Hawái él la invitó a vivir juntos, ella aceptó sin titubear; tampoco titubeó cuando semanas después le propuso matrimonio.

El 10 de junio de 2002 se casaron. La boda entre la actriz hermosa y el actor rebelde no fue multitudinaria ni se vendió a la prensa aunque tuvo los condimentos del planeta Hollywood. Se celebró por el ritual católico pero no en una capilla romántica ni en una catedral histórica sino en la mansión de Gary David Goldberg, productor de Spin City, y hubo que tramitar un permiso para que el ritual fuera válido.

La boda de Charlie Sheen
La boda de Charlie Sheen y Denise Richards (Grosby)

Solo recibieron participaciones familiares y amigos cercanos. No faltó Martin Sheen. Brooke Shields, amiga de la pareja, ejerció de dama de honor, según se rumoreó. Los novios, vestidos con diseños del italiano Giorgio Armani, se veían radiantes y enamorados. Parecía que la armonía sería eterna pero más de uno, conociendo los antecedentes del flamante marido, se preguntaba cuánto duraría esa calma. La respuesta no tardaría en llegar.

Un año después de la boda la pareja compartió cartel en Una película de miedo 3. En marzo de 2004 nació Samantha, su primera hija. Los rumores aseguraban que Sheen no había abandonado ni el consumo de drogas ni la afición por las prostitutas; Richards no sabemos si hacia oído sordos pero si sabemos que no hacía declaraciones, y hasta participó como estrella invitada en algunos episodios de la exitosa Dos hombres y medio actuando de exnovia de su marido real. Al tiempo anunciaron una buena noticia: Denise estaba nuevamente embarazada.

La gestación superó el complicado primer trimestre, pero el matrimonio no superó sus complicaciones. Embarazada de seis meses, Denise solicitó el divorcio por las tradicionales y difusas “diferencias irreconciliables”, pidió la custodia de sus hijas y una pensión de Sheen. La noticia ocupó todas las portadas pero ninguna publicación logró la exclusiva con las declaraciones de los protagonistas. El actor se limitó a explicar que “eso sólo nos pertenece a Denise y a mí”, pero aclaró: “Nunca he engañado a mi mujer”. Ante la presión de la prensa emitieron un comunicado donde aseguraban: “Estamos profundamente entristecidos por los eventos recientes y debido a nuestro amor y preocupación por nuestra hija Sam, nuestro bebé por nacer, y el uno por el otro, les pedimos que respeten nuestra privacidad durante este momento difícil“.

El 1 de junio de 2005 nació Lola Rose y Sheen presenció el parto. “Estamos emocionados por conocer finalmente a nuestra hermosa hija”, anunciaron en otro comunicado conjunto. “Hay ocasiones, afortunadamente, que hacen enterrar las tensiones”, se justificó el actor.

La llegada de Lola provocó que el matrimonio repensara la relación. “Estamos trabajando para volver a vivir juntos y arreglar las cosas”, admitía Sheen en el programa de David Letterman y reconocía que “la razón principal del divorcio fue básicamente que me comporté como un gigantesco asno”; aunque no se detalló qué burradas había protagonizado cualquiera se las podía imaginar. “Establecí un compromiso con mi mujer, a la que amo, con esta familia a la que adoro y comprendí que esto puede arreglarse”, aseguró. Denise aportó lo suyo para la reconciliación: “Quiero demasiado a Charlie para no darle una segunda oportunidad”.

Denise Richards y Charlie Sheen,
Denise Richards y Charlie Sheen, con sus dos hijas (Grosby)

La pareja retomó la convivencia y comenzó terapia. No funcionó. El 4 de enero de 2006 Richards volvió a pedir el divorcio y solicitó una orden de restricción por el “inapropiado comportamiento y conducta” de Sheen. Denunció que el actor la amenazaba y golpeaba cuando ella le expresaba su preocupación por verlo frecuentar prostitutas y consumir pornografía. Sheen negaba todo y aseguraba que ella “decidió unilateralmente cuándo es que yo puedo ver a las niñas”.

La Justicia le dio la razón a Richards y dictaminó que Sheen debía permanecer a una distancia no menor a 300 metros de su familia. Solo podía visitar a sus hijas una vez por semana y bajo la supervisión de dos personas. Ante el fallo judicial, el actor, lejos de mantener un perfil bajo, comenzó a lanzar ataques verbales contra su ex como cuando escribió en Twitter un agresivo mensaje comparándola con su nueva novia: “Brooke M es una estrella de rock muy sexy a quien adoro. D Richards es una vergonzosa pila de m!3$%@ (sic). ¡Feliz día del padre!”. La actriz simplemente respondió: “¡Feliz Día del Padre! Pásala bien en México, Charlie. Las niñas están decepcionadas por no poder celebrar este día contigo, pero lo haremos cuando regreses”.

En plena guerra por el régimen de visitas, Richards lo llamó “padre irresponsable”, a lo que él respondió en otro de sus tuits: “Luego de haberle dado 30 millones de dólares aún me llama padre irresponsable. Te veré en la corte, malvada terrorista”.

A la violencia verbal se le sumó el escándalo por una casa. A través de sus allegados, Sheen la emplazó para que en un mes abandonara la mansión de su propiedad donde ella vivía con las hijas de ambos. Nuevamente le escribió un violento mensaje: “Hey, Denise, yo soy el dueño de la granja y tú eres simplemente un cerdo del corral”. Ella contestó que no solo las había desalojado injustamente, además les había escrito cartas amenazadoras como esa en la que se leía “feliz navidad con la perdedora y jodida mierda de tu madre, tu padre es un genio y una estrella del rock, tu madre es un grano lleno de pus”. La actriz lo demandó por un millón de dólares.

En medio de las peleas, Denise se enamoró de Richie Sambora, guitarrista del grupo de Bon Jovi. El problema es que el músico había estado casado con Heather Locklear, que era… su mejor amiga. Además Sheen no ayudaba mucho con sus declaraciones, como cuando en una entrevista con la revista Rolling Stone aseguró que seguía pensando en su exesposa: “Ella está estupendamente. ¿Me acostaría con ella? Sí. ¿Y ella? No lo sé”.

Denise Richards (Getty Images)
Denise Richards (Getty Images)

Poco a poco Sheen aminoró su violencia verbal. La orden de restricción se levantó y dio paso a situaciones por lo menos insólitas. Como la actriz contó en una ocasión, Sheen se apareció en la casa de sus exsuegros para celebrar el Día de Acción de Gracias acompañado de una prostituta. Richards, lejos de hacer una escena, le abrió la puerta con una sonrisa. “Ya no estaba enamorada de él, así que no me importó”, contaría después. Él le explicó que su acompañante se quedaría en el auto mientras cenaban y ella hizo de la sororidad no una palabra, sino un hecho: sintió pena por la muchacha y la invitó a pasar. A las nenas le dijeron que era una “amiga del papá”.

Pese a las peleas y las agresiones sufridas, el corazón solidario de la actriz seguía intacto. En 2013 se hizo cargo temporalmente de Bob y Max, los gemelos que Sheen había tenido con su tercera esposa y que fueron sacados de su hogar por el consumo de drogas de sus padres. La experiencia resultó pésima.

Después de unas semanas Richards escribió una carta al Departamento de Servicios de Niños y Familia, alegando que los niños eran “violentos” y estaban “fuera de control”. Aseguró que a menudo entraban en “trance, en un estado zombie”, y que golpeaban a sus perros en la cabeza. La violencia no se limitó sólo a los animales. Describió que una vez, cuando regresaron de visitar a su madre, le arrojaron un muñeco en la cabeza a Sam, quien debió ser atendida por un médico. Los chicos se fueron con sus abuelos maternos.

Poco a poco Richards fue reacomodando su vida. Se enamoró de Aaron Phypers, con el que se casó en 2018. También protagonizó un reality, Mujeres ricas de Beverly Hills, donde contó: “Charlie y yo no firmamos un acuerdo prematrimonial al casarnos y, después, cuando nos divorciamos, podría haberle pedido la mitad de todo lo que tenía y no lo hice porque no era una zorra avariciosa”.

Denise Richards y Aaron Phypers
Denise Richards y Aaron Phypers (Getty Images)

Con el tiempo los ex lograrían construir una relación cordial, casi de amigos. Cuando él fue despedido de la serie Two and a half men ella aceptó reducir lo que le debía pasar por manutención. Hasta lo invitó a su boda con Phypers y aseguró que si hubiera ido con una prostituta, “no me hubiera importado. Es que así son las cosas y es lo que hay”.

Si todavía quedaban dudas de la buena relación que armaron, en un episodio del podcast Dear Media Divorced Not Dead Richards reflexionó: “Siento que no fue un buen matrimonio, obviamente, ni una buena relación. Pero no me arrepiento de mi matrimonio con Charlie, en absoluto, porque realmente creo que él y yo nos unimos para tener a nuestras hijas”. Y cerró con algo que asombró a más de uno: “Charlie sabe que puede llamarme en cualquier momento, pase lo que pase. No me importa lo que diga o haga, siempre estaré para él. Siempre lo quise y quiero que sea el mejor padre para nuestras hijas”.

Quizás el secreto de este tranquilo presente radica en lo que dijo Sheen: “Al final descubres que no se trata de cómo llegaste allí, sino que llegaste. Si todo lo que viví me llevó a llegar a donde estoy hoy, que así sea”.

Charlie Sheen (Getty)
Charlie Sheen (Getty)

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