Divididos continúa recorriendo el país en la gira con la que celebran 35 años de carrera. Luego del histórico show en el estadio de Vélez, el grupo de Ricardo Mollo, Diego Arnedo y Catriel Ciavarella sale por las rutas argentinas llevando sus canciones para los fanáticos que los aguardan en cada visita y para aquellos que los ven por primera vez.
“A nuestro público de todos los tiempos, a nuestros compañeros de ruta, a nuestro equipo de trabajo, a todxs lxs que nos acompañan en cada paso… ¡Gracias por estos 35 años! ¡Adelante con todo!”, escribieron al recordar aquel 10 de junio de 1988, donde dieron su primer concierto con la formación Mollo, Arnedo y Gustavo Collado y junto a un video con instantáneas de este camino ligado a la música. Y siguieron andando.
En el último fin de semana largo, el trío anduvo por la Patagonia, para dar un concierto en Trelew y otro en Comodoro Rivadavia. Y luego de este último, mientras se dirigían hacia el aeropuerto para emprender el retorno a Buenos Aires, un curioso incidente vial provocó que los músicos olvidaran por un rato su status de estrellas de rock y dieran rienda a su espíritu solidario.
Todo ocurrió cuando un vehículo sufrió un desperfecto en su batería, lo que motivó que Ricardo Mollo y Catriel Ciavarella bajaran del micro que los trasladaba para ver cómo podían ayudar. Las imágenes que circularon en las redes lo muestran al guitarrista empujando junto a otras dos personas, mientras el baterista se ubicaba en el asiento del conductor y buscaba darle arranque al automóvil. El video circuló de inmediato en las redes, mientras la banda ya prepara para la próxima aventura, que esta semana los tendrá de visita en Salta y en Tucumán, en otra muestra del espíritu federal que caracteriza al grupo.
La gira tuvo como concierto emblemático el show del 15 de mayo en Vélez, el estadio en el que habían tocado en 1994 justo cuando empezaba a bajar la ebullición masiva de su álbum La era de la boludez. De movida desplegó todo su poderío para contar su propia historia, con guiños hacia influencias varias -Atahualpa Yupanqui, Pappo, naturalmente Sumo-, y un variado panel de invitados para lucir aún más cada una de sus canciones.
Cada uno a su tiempo y con su estilo pasaron Gustavo Santaolalla y Javier Casalla , para el otrora tema maldito “Qué ves”, Nana Arguen en voz y guitarra para una blusera “Sisters” o Leticia Lee para zeppelinear “Amapola del ‘66″. El espíritu de peña norteña que impregnaron Nadia Larcher, que declamó y hechizó con los versos de “Vientito del Tucumán”, o a los músicos de Tres Mundos para el himno “Guanuqueando”. Pero la gran sorpresa llegó hacia el final, con Chizzo Nápoli de La Renga invitado a “Sobrio a las piñas”, y luego con sus compadres Tete y Tanque Iglesias para hacer uno de los grandes cláscios del trío de Mataderos: “El final es en donde partí”.
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