Está claro que, en un programa en vivo, todo puede pasar. Y lo importante es poder sobrellevar las situaciones más embarazosas de la mejor manera posible. Sobre todo, cuando se trata de cuestiones que no revisten gravedad. Y, en este sentido, Tomás Dente demostró ser un verdadero experto. El periodista, que está al frente de La Tarde del Nueve junto a Pía Slapka, suele protagonizar bloopers que dan lugar a la burla. Pero, lejos de incomodarse, deja en claro que tiene el humor suficiente como para reírse de sí mismo.
Sin ir más lejos, este domingo Tomy decidió leer al aire un mensaje de un usuario de Twitter llamado Germán, que se dedica a hablar de la televisión en la cuenta @dcevampiro, en el que remarcaba que su jean estaba “muy exigido”. En ese momento, su compañera decidió mirar los pantalones del periodista, de frente y de espaldas, para verificar si esto era cierto. “Está re entrenado”, dijo la modelo mientras le levantaba el saco. Y, luego de palmearle los glúteos, agregó: “Está duro, ¿eh?”.
Por su puesto, toda la secuencia fue en tono de humor. Y, para cerrar el momento, Ana Laura Román, panelista del ciclo de El Nueve, le pidió a Dente que hiciera un desfile en honor al tuittero. “Vos evaluame, decime si está bien”, le pidió el periodista a Pía, una referente de las pasarelas, antes de caminar en dirección a la cámara. Pero, cuando estaba regresando a su lugar, una mala pisada lo hizo terminar tendido en el piso.
“Está resbaladizo ahí, ¡me mataron!”, dijo el periodista mientras se incorporaba y su compañera lo abrazaba sin poder contener la carcajada. Enseguida, Dente salió del estudio. “¡Se hizo percha! ¿Estás bien Tomy?”, exclamó Slapka aún sin poder recobrar la seriedad. Pero la realidad es que la caída no había tenido consecuencias graves y, minutos más tarde, el periodista volvió a su puesto de trabajo.
Cabe recordar que, el fin de semana anterior, Dente también había protagonizado una situación que dio lugar a la risa, cuando quiso ayudar a Pía en una publicidad no tradicional de piojicida y, cuando ella le preguntó cómo venía con los parásitos, aseguró que tenía “piojos y ladillas”, confundiendo a éstas últimas con las liendres y haciendo tentar a todos los presentes en el piso.
A mediados de marzo, en una entrevista con Teleshow, Tomy había hablado de su decisión de dejar el periodismo de espectáculos para dedicarse de lleno al entretenimiento. “Fue en 2019, antes de la pandemia. Venía procesándolo, haciendo como una suerte de digestión. Pensaba que no era lo mío. Me empezaba a generar dolores de cabeza, mucha incomodidad... Estaba muy hastiado de hablar de los demás. Es un género maravilloso que muestra mucho laburo, porque hay gente que se arremanga y deja la vida. Incluso es mucho más complejo que otros géneros porque hay cierta sutileza que tenés que manejar, porque estás metiéndote en la cama de una persona que no conocés, sin su consentimiento. No se trata de calentar una silla en un panel y hablar de los demás”, había dicho.
Y agregó: “Fue un proceso gradual que fue creciendo. A medida que iban pasando los años, me sentía infeliz. Inclusive tuve varias somatizaciones y ataques de pánico. Estuve mal, triste y preocupado”.
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