Cómodamente instalado como líder de audiencia en su franja, Los 8 escalones de los 3 millones ofrece mucho más que un entretenido programa de preguntas y respuestas con un premio en efectivo. Noche a noche, el público que sigue el programa en la noche de El Trece disfruta también tanto de las historias de vida, como de algunos bloopers o situaciones insólitas que suceden a menudo Como le aconteció en el último envío a María José, a quién los nervios de la televisión le jugaron una mala pasada.
Todo ocurrió a la hora del desempate, una de las instancias de la competencia que genera más tensión y por qué no, algo de morbo. Es que si dos o más participantes quedan en el escalón inferior, son sus propios compañeros, que sí lograron el objetivo, los encargados de decidir quién se queda abajo y por lo tanto eliminado de la competencia.
En esta dinámica se dio una situación particular en la última emisión. El hecho ocurrió en el escalón número seis, donde solo dos concursantes, Emanuel y Ayelén, habían sacado una ventaja sobre sus competidores, los que le aseguraba el paso al frente. Abajo, aguardaban Dafne, María José, Jimena y Luis, confiando en no escuchar sus nombres.
Para poner en clima, y quizás para influir inconscientemente en el voto de los participantes, el conductor Guido Kaczka fue preguntando uno a uno qué harían con el premio en caso de ganarlo. María José, jubilada de un colegio parroquial, explicó que los usaría para “depilación facial y renovar la ropa porque la perdí toda. A mí me internaron, tuve un accidente. Me intoxiqué con monóxido y toda mi ropa, como vivía sola, fue a parar a la baulera de mi hermano. Se inundó la baulera y perdí todo, tengo que renovar el guardarropas”, explicó.
Después de escuchar otras opiniones, Guido le pidió a Emanuel y Ayelén que dijeran el nombre del participante que elegían para quedarse sin subir al escalón. “María José”, afirmaron cada uno a su turno. Y aquí ocurrió la particularidad. Es que la mujer, dio el paso al frente con el resto de los concursantes, con una sonrisa y agradeciendo por haberla salvado.
Al ver la confusión, Guido le realizó la advertencia correspondiente. “María José. Vos no”. Recién entonces la jubilada se percató de su error y volvió al escalón correspondiente. Se acercó a una de las asistentes y le pidió una silla para poder seguir el programa más cómoda. Y recibió el aplauso de todos en el estudio por su desempeño.
Entre las situaciones curiosas que se sucedieron en los últimos días, estuvo el caso de Ana Inés, una estudiante de ingeniería industrial, que se robó todas las miradas al lucir en el set de televisión un pijama negro que ella misma confeccionó. Y ápido de reflejos, Guido Kaczka quiso saber más sobre el asunto: “Se hace su propia ropa, ¿eso lo hiciste vos?”. Muy orgullosa, la joven respondió: “Este pijama es de mi marca”. Y la jurado especializada Nicole Neumann aseguró: “Está muy a la moda ahora la moda pijamas. Se sale a la calle con el pijama como un look diario, ¿no?”.
Presente como jurado invitado, el diseñador Laurencio Dot se sumó a la tendencia: “De día y de noche. Es matador el pijama para hombres y para mujeres”. El conductor expresó su sorpresa y con tono de humor opinó: “No sabía eso, es impresionante. Volvés de un lugar y ya te vas a la cama”. Ana Inés le respondió que no le gustaba usar la ropa del día para irse a dormir porque consideraba que “la cama es limpia y sagrada”.
La estudiante también explicó que quería ganar el premio para poder invertir en su marca de ropa. Y aunque quedó eliminada tempranamente del juego, logró visibilizar en el programa sus diseños e incluso recibir los halagos de dos importantes figuras del mundo de la moda, como Nicole y Laurencio.
Seguir leyendo: