Maju Lozano se encuentra transitando uno de los momentos más dolorosos de su vida, al confirmarse la muerte de su madre, Ana María Lahitte, quien desde hace unos días se encontraba en un delicado estado de salud. Por este motivo, la conductora se trasladó hasta Paraná, Entre Ríos, de donde es oriunda, para poder acompañar en estos últimos momentos a su mamá y pasar tiempo en familia.
Hace apenas un día, la conductora se había expresado a través de una carta abierta, donde comenzó relatando el momento que le tocaba atravesar: “La vida es una gran sala de espera. Vivimos esperando que nos toque el turno... el turno del amor, del desamor, del trabajo, del descanso, del fin de semana, del feriado, del almuerzo, de los amigos, los enemigos...”. un texto que llevaba como título Pensamiento con mi amada madre.
“Esperamos y desesperamos, y esperamos sin esperar nada. Y así la vida y así la muerte. En estos momentos me encuentro en la sala de espera más dura que me ha tocado esperar. Estoy acá con mi madre a mi lado esperando la muerte, su muerte que es también, un poco la mía”, continuaba su relato respecto de los momentos dolorosos que estaba viviendo por esas horas.
Además, se sinceró: “No es una espera como la esperaba, no es tan cruda como la pensé... por momentos es insoportable y enloquecedora, y por momentos huele a paz y a ternura. ¡¡Estoy sola recostada a su lado, esperé mucho este momento, estaba abrumada con tanta gente velándola en vida!! Ansiaba estar a solas con ella. Escucho su respiración que por momentos se detiene y son segundos de inmensa incertidumbre y un poco también mi respiración se detiene y es una pausa eterna y volvemos a arrancar”.
También detalló el cuadro que sus ojos estaban viendo: “El goteo de la morfina cae lentamente y el monitoreo hace un juego de luces que creo me encanta, hay algo en el ritmo de ese goteo, las luces y la respiración de mi madre que me resultan fascinantes. Van a ritmo y eso me gusta, me gusta lo que sucede en el silencio de esta espera”.
Cuestionó, en tanto, a qué se debía la agonía que ella misma interpretó: “No sé qué la detiene, se lo he preguntado infinitas veces pero tampoco sé si ella lo sabe, quizás una vez más esconde un secreto”. También explicó el hecho de poner entre las manos de Ana María un rosario con olor a rosas, del que Maju aclaró: “A mí no me gusta ese olor, tampoco sé si a ella le gusta, pero ahí está entre sus manos. La miro y sé que ya no es ella, es tan coqueta que estoy segura que no le gustaría verse así. Si pudiera le pondría rubor en sus mejillas, no le gusta verse pálida, no traje rubor, no pensé que lo necesitaría”, reconoció la conductora.
“Respira, se detiene y respira. Por momentos quiero que se detenga pero cuando se detiene la miro y le digo ‘mami, no seas vagoneta’. ¿Qué será lo que la detiene? Ya le dije que se vaya, ya hice todo lo que te recomiendan los médicos y psicólogos. Los curas y las enfermeras. Pero la muerte es esa cosa extraña con tiempos propios. La inmanejable muerte. Me pregunto qué prefiero, me pregunto si quiero que venga ahora que estamos las dos solas o cuando venga mi hermana y estemos las tres como siempre lo hemos estado. Me pregunto si me daré cuenta, si la habitación se pondrá fría y oscura o tibia y luminosa”, continuó.
En ese momento del relato, expresó: “Es extraña la vida, casi siempre lo es, pero cuando la muerte anda rondando todo se detiene un poco”, para luego asegurar que no tiene reproches para su madre, a la vez que explicó que imaginaba este momento como en las películas. “Que le hablaría mucho, que acariciaría sus manos y besaría su frente”, reconoció aunque: “La muerte no es tan romántica... La muerte es la muerte y se la vive cómo puede...”.
“Me gusta saber que ella sabe que la amo, este puente silencioso que se ha creado entre las dos, la música de su respiración pausada y ese leve sonido del aparatito que la asiste”, explicó antes del fallecimiento de su madre, para luego cerrar: “Me gusta la paz que hay en el cuarto, cuidarla en soledad, unidas en la espera de su muerte y no duele tanto por ahora... estoy preparada en la espera para cuando ella lo esté. Tranquila mami, acá estamos para cuando vos lo decidas. Vení cuando ella te llame, muerte, vos ya sabés el camino”.
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