El pasado 21 de abril, la gastronomía argentina y los medio de comunicación quedaron en shock tras recibir la noticia de la muerte de Guillermo Calabrese, destacado chef, maestro en su área y socio de una de las personalidades más admiradas de esa rama, como lo era el Gato Dumas. En esos momentos, el chef se encontraba al frente del programa Qué mañana!, emitido por El Nueve, que de inmediato debió buscar una salida a tan repentina e importante pérdida.
Antes de llegar al canal de Colegiales, Calabrese estuvo al frente de Cocineros Argentinos en la TV Pública, desde 2010 hasta su renuncia que se produjo en 2019. Tras un tiempo alejado de la pantalla chica, desde 2022 se aceptó ser parte del envío que contaba con la conducción de Ariel Rodríguez Palacios, que dejó su lugar para pasar a Telefe.
Fue en medio de ese contexto que Calabrese sufrió un paro cardíaco en el domicilio de su hija y fue llevado de urgencia por el SAME al Hospital Fernández. Allí se le realizaron maniobras de RCP, pero cerca de las 2.20 de la mañana de ese 21 de abril fue declarado muerto. El ciclo permaneció al aire con conductores rotativos, y alguna que otra polémica, hasta que se hizo cargo de la conducción Mariano Peluffo.
“Lo que pasó con Cala no estaba en los planes de nadie”, dijo el actual conductor en el ciclo Paren la mano, emitido por Vorterix. “Fue un cimbronazo, el programa siguió con algunos invitados, se armaron como pudieron algunos homenajes, se sumó Juanito Ferrara que era otro ex Cocineros Argentinos que estaba justo afuera de la TV Pública, y ahí es cuando el canal decide en un tiempo corto poner un conductor y darle una vuelta al programa que ya lleva 13 años de aire”, explicó.
Fue en ese instante fue que le propusieron a Peluffo ponerse al frente del ciclo, del que se mostró siempre dispuesto. “No tenía pensado hacer tele”, reconoció. Sin embargo, el hecho de poder compatibilizar los horarios para poder continuar con sus obligaciones diarias fue un aspecto decisivo para que aceptara la propuesta.
“Me queda súper ordenado en el día, son dos horas, de 10 a 12, y a las 14 estoy en la radio, en La 100 hasta las 17. Creo que nunca me había quedado el día tan prolijito″. explicó sobre su rutina. “Lo normal es tener varios laburos, porque esto tiene algo que es raro, y es que cuando te va bien tenés muchos laburos y cuando no te va bien, no tenés nada de laburo, no se empareja nunca, eso es lo complicado”, expresó.
Así fue como el conductor, que no tenía en su cabeza regresar a la pantalla chica, desde el pasado 8 de mayo se encuentra al frente del programa de cocina al que el público le dio el visto bueno. Teniendo en cuenta los números de audiencia, el ciclo marca buenos promedios, en una mañana que tiene pesos fuertes, como Telefe con A la Barbarossa y Ariel en su salsa; El Trece con Nosotros a la Mañana y Socios del espectáculo y América con Desayuno Americano.
Durante la entrevista, el conductora también recordó cuando fue llamado para ser parte de Gran Hermano, una de las vidrieras más importantes de su carrera en los medios. “Tuve la suerte de que esa fue mi catapulta. Yo entré a Telefe de casualidad y lo que hice en el primer Gran Hermano lo iba a hacer Horacio Cabak, que en ese momento estaba haciendo un programa de entretenimientos que se llamaba 1, 2, 3 OUT, con juegos, como un que se llamaba Gordo al agua”, recordó.
Fue en ese instante que llegaron a la Argentina los representantes de Holanda de la productora Endemol a la espera de conocer quién sería la persona que recibiría a los participantes, y allí fue que se les mostró al conductor que comandaba los juegos desde la Costa. Por la seriedad que le querían imprimir al reality, y viendo el trabajo que estaba haciendo, explicaron: “Si está haciendo eso, no puede hacer esto”.
Mariano Peluffo ya no tenía contrato con El Trece tras haber sido parte del programa de verano Verdadero o falso y estaba sin trabajo: “Me llamó Marcos Gorbán y me dijo que le mande material rápido porque estaban buscando a alguien para el ciclo. A los 20 días ya estaba parado en la puerta de Gran Hermano, con Soledad Silveyra. Para mí, fue como hacer toda la carrera de médico en seis meses, porque todo lo que toma que la gente reconozca que sos el de la tele, que toma mucho tiempo, a mí me pasó a los dos meses. Ya no podía ir a ningún lado porque el programa explotó”, reconoció.
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