Las instancias finales de Masterchef están cada vez más cerca, y los desafíos crecen en complejidad a medida que se avanza en el juego. Los temores, las presiones, y la necesidad de brillar son las claves en las que hay que trabajar para no sentirse abatido en este momento. Así las cosas, esta semana se produjo un repechaje para que los cocineros eliminados en anteriores emisiones tengan una nueva chance de volver. Por lo tanto, deben concentrarse en el juego si quieren triunfar.
Desde el lunes se volvieron a ver las caras de los participantes eliminados desde el inicio de la temporada. Este jueves era la última oportunidad de pasar a la gran gala de repechaje del domingo, donde se definirá quién volverá a enfrentar a quienes entre los que aún quedan en competencia.
Para esta oportunidad, en que se encontraba Lizy Tagliani como jurada invitada, el desafío era crear un plato con impronta argentina, dulce o salado, con los ingredientes que les fueron entregados en una canasta. Para lograrlo tenían 50 minutos de tiempo. Tras dar a conocer las reglas de la propuesta de este jueves, y antes de que la Wanda Nara les diera la voz de inicio, notaron que algo no estaba fluyendo de forma normal.
“¿Estefi, estás bien?”, consultó la conductora, en momentos en que la participante de inmediato se llevó sus manos al rostro, tapándolo, lo que generó un silencio total en el estudio y todos los ojos apuntando a ella. “Me bloqueo, y como una olla a presión exploto”, detallaría luego la joven sobre lo ocurrido. “Vamos, vamos”, intentaban animarla sus compañeros, y comenzaron a acercarse uno a uno a abrazarla.
En ese instante afirmó sentirse emocionada por lo que estaba viviendo: “Es el día”. Así, hasta Wanda se acercó a abrazarla y contenerla. “Suelo estar siempre de muy buen humor y soy una persona súper fuerte, pero a veces, como cualquier persona, cuando se suman un montón de cosas, más la canasta, más la prueba, bueno, uno llega a explotar”, explicaría después.
“Sos hermosa”, afirmó Wanda mirándola a los ojos mientras intentaba limpiar las lágrimas de su rostro. “Sos talentosa, sos inteligente, no desperdicies esta oportunidad, porque cuando vos cambiás el chip, demostrás que hacés cosas increíbles. Vamos, oídos sordos”, expresó la conductora. “Es que la gente es muy cruel a veces”, se sinceró la participante en momentos en que secaba sus lágrimas
Fue en ese instante que la invitada, Lizy Tagliani también se tomó un minuto para dedicarle unas palabras: “El paso por esta vida es un cúmulo de oportunidades, tenés que focalizarte en aquellas que te hacen bien y en las que te trajeron hasta acá. Un gran reflejo pude ser que aquel que fue feliz porque vos te fuiste, esta noche reviente porque vos volvés”, en clara referencia no sólo a los haters que se encuentran en las redes sociales, sino también, como se especula, a alguno de sus compañeros de competencia.
“Me dan mucha fuerza, palabras de contención y sabios consejos para que yo pueda secarme las lágrimas, tener fé en quien soy y seguir adelante. Una lloradita, abrazo a mis compañeros y a seguir”, afirmó la participante, que finalmente se lució con un pastel con humita gratinada con queso provolone. “Sabores nuestros, un plato para coronar una noche muy argentina”, detalló Damían Betular sobre la preparación.
Sin embargo, pese a la buena devolución recibida por el jurado, la joven no logró colmar las expectativas y le advirtieron que había quedado eliminada de la competencia junto con Agustín. Allí fue que, Germán Martitegui tomó la palabra y le habló a ella. “Yo creo que ya ganaste, estas lecciones que uno aprende haciendo su vida pública creo que te hicieron aprender muchísimo, pero no solo eso, sino que demostraste con tu cocina y con este último plato que también tenés un delantal gris. Fuera haters”, confirmándole que volvía a la competencia, lo que provocó un estallido de felicidad en las cocinas. Más aún, cuando a quien había quedado en última instancia también le confirmaron que sería parte el domingo de la gala de repechaje.
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