Juan Gil Navarro comenzó a trabajar como actor a los 24 años y en los 25 que lleva de carrera agradece que jamás le faltaron convocatorias ni oportunidades. Se desempeñó de manera ininterrumpida hasta que en el 2020 la pandemia del coronavirus puso en pausa a la industria y los proyectos que tenía se fueron derrumbando. “Fue un año totalmente paralizado”, dice el actor en una entrevista exclusiva con Teleshow. Iba a hacer la segunda temporada de Puerta 7, de Netflix, también tenía películas en carpeta y escribir una serie para España. Pero nada de eso sucedió.
Gran parte del año siguiente, en el 2021, sucedió lo mismo y costaba salir adelante. “Nunca había estado tanto tiempo sin trabajar. Me asusté mucho, empecé a generar pensamientos que hasta ese momento no había tenido”, dice el actor en una entrevista exclusiva con Teleshow. “No sabía lo que era estar sin trabajar un año y medio, dos, pero fue buenísimo -resalta-, un cachetazo que me despertó para decir ‘tengo que ser un hámster adentro de una rueda armando cosas’”.
Hasta que en septiembre 2021 levantó el teléfono y decidió postularse y pedir que lo tuvieran en cuenta. “Decile a Adrián que confíe en mí para el próximo villano que haga”, escuchó del otro lado Diego Andrasnik, productor ejecutivo de Polka y mano derecha de Adrián Suar. El actor estaba seguro de lo que quería y convencido de que podía darlo, aún sin saber en qué proyecto estaba trabajando la productora televisiva.
La espera duró cinco meses. En febrero 2022, Juan recibió el ansiado llamado. Por ese entonces, no sabía de qué se trataba, pero él ya estaba adentro. No tenía dudas. “Tomá, hacelo”, le dijeron cuando le anunciaron que sería parte de la segunda temporada de Argentina, Tierra de Amor y Venganza (ATAV) y que interpretaría a Horacio Hills, un director y productor teatral que se obsesiona con su vedette Anita Pérez Moretti (Justina Bustos). Además, su personaje es el sobrino de Trauman, a quien Fernán Mirás le puso la piel del villano más querido de la primera temporada de la ficción de El Trece.
“Cuando llegó la propuesta se me ocurrió armar algo que es raro para la televisión. En general, a los actores se nos pide que hagamos algo que nos quede a tiro, cómodo y a mí me parece que está bueno poder ir un poco más allá”, dice Juan sobre la composición de su personaje, a quien eligió basarlo en Ricardo III, de William Shakespeare. “Vamos a complicarlo un poco más, porque además son 120 capítulos. Si no me divierto yo, no se va a divertir el que nos mira”, agrega el actor que buscó la interpretación a su medida y pensada para que se pueda sostener en una telenovela: distinto es si fuera para una mini serie, una película, o una obra de teatro.
En paralelo, llegó lo que él describe como una “bocanada de aire”: realizó la obra teatral Cuidado con los perros, junto con Esteban Pérez y Mariano Bertolini, sus únicos dos amigos del medio, aclara este villano que se convirtió en uno de los favoritos de ATAV 2. Ahora bien, ¿por qué eligió ese tipo de personaje y le pidió a Suar que lo tuviera en cuenta para su próxima ficción?. “Son lo más divertidos, por lejos”, asegura Juan Gil Navarro y agrega que “la galanura es tremendamente aburrida”.
“Al menos, como está dispuesta en general. Se cae en una cantidad de clichés que son insoportables. Nunca me he sentido cómo en ese campo”, se sincera el exprotagonista de Floricienta, junto a Florencia Bertotti. “Me han llamado para ambas cosas: me ha ido muy bien como villano, me he divertido como loco, y las veces que he tenido que hacer cosas de galán entrás en un terreno muy agrio. Puntualmente en la telenovela, que son tantos capítulos. No así en el cine o en el teatro”, hace la salvedad y resalta que el papel de un villano le permite mostrar más recursos: “Me permite exorcizar mi locura”.
Por su parte, destaca que disfruta más hacer ese tipo de personajes aunque tampoco cierra las puertas a una posible convocatoria para interpretar a un galán, pero preferiría hacerlo en una serie, cine o en teatro. Repite en que en una telenovela de tantos capítulos llega un momento en que no tiene más para aportar en ese tipo de papeles. “No escucho a muchos actores decirlo, pero me gustaría hacer hincapié en que si uno se aburre como actor, se aburre el público”, ratifica.
Y recuerda que en sus comienzos aceptó todo tipo de personajes por necesidad -”tenía que pagar el alquiler y vivir”- y que en aquellos proyectos que le tocaron “no había mucha tela para cortar, no era transcendente lo que ocurría”. Que esos trabajos, además, le sirvieron como experiencia para trabajar al lado de grandes actores, y en ficciones de distintos horarios: en épocas en que existían las novelas del mediodía, de la tarde y de la noche. Hoy la gran mayoría de las ficciones pasa por el streaming y se puede ver según el gusto y horario del espectador.
Volviendo a Horacio Hills, el personaje que interpreta en ATAV 2, Juan Gil Navarro cuenta que agregó muchas características a las que ya estaban pautadas desde el guion. Se trata de un hombre que tiene una marcada joroba y una renguera que él mismo propuso inspirada en una persona que había visto caminar durante una entrega de premios -y a quien elige no mencionar-. También realizó un gesto particular con su boca -que compara con la de un lagarto-, el cuello para adelante y los hombros para atrás.
“Me pareció que estaba bueno divertirme en eso”, dice quien preparó las poses de su personaje frente al espejo y con música de fondo. También trabaja en la composición mientras corre, nada o pasea en su bicicleta. “Entrás en un limbo mental”, explica.
El actor indica que recién vio su trabajo una vez que la ficción salió al aire. ¿Qué sucedió en esta oportunidad? “Siempre se me ocurren cosas mejores, después, pero es una de las primeras veces que me veo contento porque recuerdo lo que me divertí haciéndolo. Y eso es un buen parámetro, porque durante mucho tiempo me fustigué como si tuviera que rendir un examen”.
“La pandemia nos enseñó que de verdad la vida pasa rápido”, reflexiona quien apuesta a seguir interpretando personajes “que sean cada vez más complejos, que salgan del cliché”. “Por su puesto que si aparece algo que lo tengo que hacer porque tengo que vivir, lo hago. Y, dentro de esa posibilidad, llevarlo a lo mejor que pueda, porque las condiciones de trabajo también son limitantes en un montón de cosas. En otras décadas, la Argentina ha tenido muchísima más calidad, que se ha perdido por el ansia de que sea todo un negocio”.
En la ficción, el personaje de Juan Gil Navarro está casado con el de Malena Solda, quien interpreta a Ethel, que también es parte de la productora del espectáculo teatral. Los actores fueron novios durante un año, tiempo atrás, luego de haber compartido elenco en Soy Gitano, hace 20 años. “Tuve el enorme privilegio de volver a encontrarme con ella, muy placentero hacer de pareja, muy cómodo y divertido. Había muchísimo respeto. Nos encontramos después de mucho tiempo con un montón de cosas vividas”, resalta sobre su experiencia.
“Fue un año muy placentero”, resume Juan Gil Navarro sobre los últimos proyectos que realizó y que lo mantienen muy ocupado desde su rol de actor, guionista y productor: disfruta de la sala llena de Votemos, obra teatral que protagoniza junto a Agustina Cherri, Gustavo Garzón, Virginia Lago, Toto Kirzner, Carlos Portaluppi, Muriel Santa Ana y Virginia Lago; también está trabajando en el desarrollo de una película y de una mini serie como productor ejecutivo.
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