Mariano Chihade habló del éxito de la serie sobre Fito Páez: “Antes del estreno dije que nos iba a cambiar la vida”

En exclusiva, el CEO de Mandarina Contenidos analiza el fenómeno de su primera apuesta en streaming: El amor después del amor. Además, la necesidad de adaptarse a los cambios del entretenimiento, con contenido 360. El rol fundamental de su esposa, Mariana Fabbiani. Y el optimismo como combustible para seguir creciendo

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Entrevista a Mariano Chihade - Su rol como productor ejecutivo de "El amor después del amor"

Cuando me confirmaron que Mariano Chihade, CEO de Mandarina Contenidos, aceptaba dar la entrevista, me sorprendió. Chihade es uno de los pocos hombres de medios que elige no dar declaraciones ni exponerse, salvo a través de su trabajo. Deduzco que la emoción de haber parido la primera ficción de su compañía para Netflix, El amor después del amor, la serie de Fito Páez que en 48 horas trepó al puesto número uno, más el desafío de globalización de su empresa, lo motivó a a compartir su presente y dar conocer -de su propia voz- sus inicios en la industria.

El reportaje se realizó en las oficinas de su productora de contenidos 360, que nació hace 18 años y hoy está ubicada en la zona de Palermo. Es un edificio propio que cuenta con dos módulos y cuatro pisos, divididos por un jardín. Allí se encuentran todos los sectores de la empresa: gaming, con el estudio montado de transmisión por Twitch para ESPN Gaming Studio, programación de aire, documental y ficción.

En el último piso se encuentra la oficina de su CEO, y hasta allí me dirijo. El sol traspasa los ventanales de un ambiente amplio y luminoso, donde los colores blanco y madera ambientan tres espacios bien definidos. Uno de ellos, un escritorio lleno con anotaciones, dos portarretratos con fotos de Chihade junto a sus padres, un retrato con su familia y, como síntesis de simbolismo y emoción, un adorno con la letra M de color plateada, que sintetiza el valor de esa letra en su vida: su esposa, Mariana Fabbiani, sus hijos, Matilda y Máximo, su criatura, Mandarina.

Café de por medio y agua mineral, más que una entrevista habrá una charla enriquecedora. Un Mariano Chihade sin editar.

—¿Cómo se siente hoy ante el rotundo éxito de El amor después del amor?

—Estoy enloquecido. Un poco sorprendido también y profundamente feliz. La repercusión que tuvimos con la serie fue espectacular.

—¿Cómo palpitó la previa del estreno de su primera ficción para Netflix?

—Nos fuimos a cenar con todo el elenco, acá cerca. Éramos todos nóveles. Lo único que les dije fue: “Esto les va a cambiar la vida”. Es decir, yo estrenaba mi primera ficción como productora. Juan Pablo Kolodziej, que sí tiene experiencia, nunca había hecho una serie de esta envergadura. El elenco era prácticamente novel, salvo Micaela (Riera) que había hecho cosas pero no un protagónico tan importante. Los directores. Todos estábamos en la misma situación. No es que había un director consagrado, una productora que ya había hecho un montón de producciones o un actor protagónico tremendo. Estábamos vibrándolo parecido, sentíamos que era una oportunidad enorme para todos. Y lo vivimos así. Y festejamos, porque sentíamos que teníamos algo muy bueno. Por supuesto que ninguno de nosotros pudo pronosticar semejante locura, porque estas cosas no se dan muy seguido en nuestro trabajo. O sea, prestigio y popularidad, una crítica unánime. Que la gente se emocione. Bueno, salió bien. A veces las cosas salen bien.

Mariano Chihade y la serie de Fito Páez: "A los cinco días de su estreno se metió en el top diez de las series de Netflix que no eran en inglés. Eso significa que en toda Europa estábamos en el top ten"
Mariano Chihade y la serie de Fito Páez: "A los cinco días de su estreno se metió en el top diez de las series de Netflix que no eran en inglés. Eso significa que en toda Europa estábamos en el top ten"

—¿Es fan de Fito?

—Sí, sí. Fui a su recital en el 93, en Vélez, donde arranca la serie; yo era uno de los que estaban ahí. Es mi adolescencia, tenía 20 años. Dos temas de él son mi columna vertebral. Uno es el que canta con Baglietto, en el primer capítulo: “La vida es una moneda”. “Cable a tierra” es otro de mis temas favoritos. Él lo sabe. Toda su discografía. Como poeta Fito me parece extraordinario, y como intérprete también. Yo soy de esa época, de Fito, de Charly.

—¿Cómo fue su primer encuentro con Fito?

—Tuvimos una cena inaugural en octubre del 2019 donde nos juntamos en la Costanera una noche y charlamos un montón sobre la posibilidad de hacer su serie. Me encantó conocerlo, fue la primera vez que lo vi. Creo que tuvimos muy buena química. Y a partir de ahí dijimos que íbamos a intentarlo.

—¿Cuáles fueron los requisitos básicos para lograr la realización de la serie?

—Yo le pedí que sea lo más auténtica posible. Que no quería que sea como una especie de biografía autorizada, lavada. Y él me dijo que “sí, ningún problema”. Eso ya me pareció un acto de generosidad de su parte. Que lo agradezco porque eso lo transmite la serie. Ves la realidad. Ves lo que era el rock en la Argentina en los 80. Y mi impresión con él fue muy buena. Es un tipo realmente muy simple, muy sensible, muy generoso.

—¿Cuándo arrancó el proceso de producción?

—En octubre charlamos y en enero empezó una especie de preproducción en cuanto a escritura, a buscar al guionista principal. Después, el guionista elige su equipo autoral. Lo contactamos a Francisco Varone. Lo tuvimos que esperar uno, dos meses, porque él estaba terminando algo. Empezó el proceso de escritura. Él se empezó a juntar con Fito un montón. Tenían sesiones larguísimas. En algunas participé. El showrunner estaba siempre. Y nos empezamos a entusiasmar. Hicimos siete versiones más o menos de cada capítulo. Les dimos muchas vueltas a los libros. Sacamos escenas. Cambiamos. Pusimos. Fue una de las cosas que Netflix valoró. Hasta que quedamos conformes. Y a partir de ahí se fue dando naturalmente. Elegimos a los directores, todo el proceso de producción, locaciones y demás, y arrancamos. Y Fito estuvo muy encima de los guiones.

Mariano Chihade - Proceso de creación y relación con Fito Páez

—¿Qué es estar muy encima de los guiones?

—Le pasábamos los guiones. Los supervisábamos juntos. Hacíamos reuniones para ver los capítulos. Él corregía. Nos poníamos de acuerdo en el esqueleto. Después, durante todo el proceso de filmación, estuvo menos porque ya es del director, de los directores, en este caso, ya se lo tenés que entregar a ellos para que aporten su arte, que lo hicieron extraordinariamente bien Felipe (Gómez Aparicio) y Gonza (Tobal). Y empezó a fluir. Luego, le mandamos los capítulos para que él haga sus devoluciones.

—Y en las devoluciones, ¿cómo fue su participación?

—Sugería que cambiáramos algunas cosas. Pero te diría que él quedó conforme. Fero fue un proceso muy sano. Cuando iniciamos esto algún colega me dijo: “Ojo que hacer una biopic de alguien vivo es complicado”. Para mí no lo fue. Las cosas que Fito sugería siempre eran muy acertadas o entendibles. Es su biopic, es su historia y nos pusimos de acuerdo. Él tomaba algunas licencias de ficción y salía. El último mensaje que me dejó, que fue hace prácticamente tres semanas, ya estrenada la serie, fue conmovedor.

—¿Podemos conocer el contenido del mensaje?

—Me lo guardo porque fue conmovedor. Dijo cosas muy lindas sobre mí, sobre mi trabajo, sobre mi profesión. Y para mí fue un premio importante. Porque cuando yo me junté con él aquella vez le dije que me iba a quedar conforme si cuando terminábamos él me decía que le gustó. Él ahora está de gira, pero cuando vuelva quedamos en juntarnos. Eso para mí después de haber hecho su biopic es muy importante.

Fito Páez (Iván Hochman) y Juan Carlos Baglietto (interpretado por su hijo, Joaquín Baglietto), en una escena de El amor después del amor, la gran apuesta de Mandarina Contenidos (Netflix)
Fito Páez (Iván Hochman) y Juan Carlos Baglietto (interpretado por su hijo, Joaquín Baglietto), en una escena de El amor después del amor, la gran apuesta de Mandarina Contenidos (Netflix)

—La primera ficción para Netflix fue un gol. ¿Cómo se sigue ahora?

—En esta era del contenido queríamos empezar a ser transversales. Somos nativos de televisión de aire y tomamos la decisión, hace varios años atrás, de empezar a ser más 360 en cuanto al contenido. Ahora tenemos documentales, que son los que hicimos con Jorge Lanata. Además, desarrollamos el área de gaming. Fuimos medio pioneros en la región con ESPN. Nos instalamos en México, el gaming lo hacemos gran parte allá. Y pensamos que faltaba ficción y ahí nace lo que te vengo contando hasta acá. La charla con Fito. Por supuesto que con mucha humildad, porque yo no había hecho ficción.

—Cuéntenos cómo comenzó en los medios, ¿cuál fue su primer trabajo?

—Como meritorio de producción en Promofilm. En el año 95, en el programa Causa común. Después me pasaron a asistente de producción de un programa que duró muy poco, Patas para arriba. Después, Sorpresa y media. Y luego salgo para hacer administración de producción; ahí ya hice Agrandadytos, Expedición Robinson, Fort Boyard. En los 90 Promofilm era una productora tremenda. Haciendo Expedición Robinson conozco a un italiano, yo no sabía ni quién era pero me caía bien, y cuando vuelvo a la Argentina, a los meses recibo un llamado suyo. Después fue el uno de Endemol, y me dijo: “Te van a llamar de Endemol Argentina”. Y me llamaron. Hice la producción artística de Endemol durante cuatro años. Después me fui a América como gerente de Programación. Y hace 18 años que estoy en Mandarina Contenidos.

—¿Cómo nació Mandarina Contenidos?

—Era el camino más natural. Ya había hecho toda la escalerita de la producción, desde asistente de producción hasta producción ejecutiva, pasando por la dirección de programación. Eran los comienzos de los 2000, y me animé a ser productor independiente. Yo tenía un vínculo personal muy amistoso con Andy Kusnetzoff y lo hicimos juntos. Cuando dijimos de hacerlo Juan Cruz Ávila, que fue mi jefe en América, dijo que se unía, y ahí arrancamos los tres. Después se fue Juan, al cuarto año se fue Andy, y hace 14 años que estoy solo. En realidad, hace cinco años me compró una parte de la productora un grupo local. Estoy chocho, feliz con mis socios, que son los que de alguna manera me ayudaron también a animarme a ser una productora más grande. Dejar de ser productora para empezar a ser empresa. Ahí hay un cambio en los productores independientes, cuando dejás de ser una productora más artesanal a ser una empresa. Desembarcamos en México. Ahora estamos desembarcando en Madrid. Vamos a empezar a hacer una inversión en Europa. Mis socios me ayudan en toda esa parte estructural que para mí es clave, porque yo soy un productor de televisión, no soy un empresario.

—De productor a empresario. ¿Valió la pena hacer todos los pasos?

—Sí. Es difícil porque Argentina es un país difícil. Es sacrificado. No es que son todas El amor después del amor: hemos hecho éxitos y también fracasos. Hemos pasado por momentos muy difíciles. Es lo que hago, es mi trabajo, es mi profesión. Por supuesto que estoy contento con lo logrado. ¿Si no lo digo yo, qué les queda a los pibes? Lo vivo casi naturalmente porque es mi trabajo. Yo vengo acá todos los días, me siento, tengo un desafío siempre por delante. De hecho, ahora arranca Mariana (Fabbiani) en América. Siempre hay algo que estás por hacer. Un documental nuevo. Una ficción nueva. Estamos con una película y dos ficciones. Pero voy a seguir todo lo que me dé porque es lo único que sé hacer. Y es lo que amo hacer. Esta es mi pasión.

Mariano Chihade - Sobre Mandarina Contenidos, proyectos y desafíos

—¿Cuáles son los próximos desafíos?

—Globalizar contenidos. Ese es mi próximo paso. Primero, entrar en Madrid, con una ficción adentro. Y después si me preguntaras ¿cuál es mi sueño? Es llegar al mercado US Hispanic: Estados Unidos. Sigo con los M: Madrid, Miami, México.

—¿Y los desafíos locales?

—Televisión de aire. Volver a tener los tres programas que siempre tuvo Mandarina Contenidos. Ahora tenemos LAM en América, arranca Mariana con DDM de vuelta y, el año que viene, si Dios quiere, sumar nuestro tercer programa. Seguir creciendo con los documentales porque nos va bien, nos gusta. Y crecer en el gaming.

—¿Cómo hizo para adaptarse a todos los cambios tecnológicos?

—Conceptualmente, Mandarina Contenidos es un equipo, no es Mariano Chihade. Sería, además de no ser cierto, injusto. El tema es que todos los gajos hacen una misma fruta. La fruta es un equipo. Te contaba de mis socios, que me ayudan en la parte estructural y demás. Después tengo un equipo de gerentes, de VP de contenidos, que me ayudan a desarrollar. Mario Cella, que es mi socio de toda la vida, maneja el aire en Argentina y me trae ideas, y nosotros decidimos a quién se la vendemos, a qué canal. Trabajo con los contenidos, pero con los gerentes de administración, de operaciones, de producción y el CFO. Hay una estructura. Por eso dejamos de ser productora para ser un poco más empresa, si se quiere, o compañía.

—Hablemos un poco de lo personal. ¿Cuál fue el costo de este crecimiento profesional?

—Tiempo. Pero, cuando entraste a la productora deberás haber visto uno de los carteles, que es el que más me gusta, que dice: “Encontrá un trabajo que te apasiona y nunca tendrás que trabajar”. Coincido un poco con eso. Como te decía, este es mi trabajo, esto es lo que yo hago todos los días.

—De productor a empresario, ¿cómo fue ese paso?

.—Un día me dijeron: “Mariano tenés que ser CEO”.

—¿Le dio miedo esa transición?

—Lo tomo como lo que te decía antes: es una parte evolutiva. Como en su momento fue ser asistente de producción hoy me toca ser CEO, y aprendo. Yo fui a la facultad, soy casi economista.

—Acertada carrera para este país.

—Sí, estudié cuatro años Economía, me fui corriendo. Pero digamos que tengo cierta formación y me gusta. No es que digo: “Yo soy creativo y los números a mí no me importan”. No, yo soy consciente de que la creatividad tiene que tener un presupuesto y el presupuesto tiene que rendir, y la empresa tiene que ganar plata, y con eso se paga todo lo que se paga. Y que hay limitaciones. Que a veces las cosas salen bien, pero otras salen mal. A veces hay problemas financieros. Bueno, estoy en esto hace mucho tiempo, entonces disfruto lo que empiezo a hacer de nuevo. Si me preguntaras: ¿agarrás la producción ejecutiva de un programa? Te diría que no. Hoy, a esta altura, no. No lo podría hacer. Hay alguien que lo hace mejor que yo, seguro. Creo que mi rol en Mandarina Contenidos hoy es este: el que estoy ocupando. Que me parece que está bien.

Cuando te caés te tenés que levantar. Caer se cayó Messi en algún momento, y se levantó y fue Messi. O sea, desde Messi para abajo nos caemos todos

—¿Cómo ve a la televisión hoy en la Argentina?

—Todos nos tuvimos que readaptar. Antes tenías cuatro canales. Después tenías 80 canales. Ahora tenés 80 canales y cuatro o cinco plataformas, depende las que quieras pagar. Está el celular, lleno de contenido de las redes sociales. Entonces, el contenido es más inmediato, es más urgente, es más preciso, es más corto. Antes yo veía programas de televisión como Sorpresa y media: hacíamos la previa, el sueño, qué sé yo. Hoy la gente no aguanta eso. Es como que hay otra intensidad para consumir el contenido. Yo creo que la televisión va más hacia lo vivo, más hacia el entretenimiento y menos hacia la ficción, porque los presupuestos que tiene la televisión local para hacer ficción son infinitamente inferiores a los que tiene una plataforma, y a la gente le da lo mismo apretar un canal de televisión abierta o en Netflix, Star+ o Amazon, la que tengas en tu casa. Entonces va más al deporte, al vivo, a las noticias; va más al entretenimiento, si se quiere. Entonces hay que adaptarse, desde los anunciantes a los canales y las productoras.

—¿Cómo ve al periodismo hoy?

—Argentina tiene la mayor cantidad de señales de noticias, creo, en el mundo. Y muchas veces esas señales de noticias les ganan a los canales de aire. La gente está. Argentina está viviendo un momento intenso, entonces los canales de noticias están teniendo, muchos de ellos, números muy buenos y se replican señales de noticias. Lo mismo con las radios. Pero el periodismo es un factor clave dentro de un país democrático. Sin periodismo no existe la democracia. Después, como todo, hay lugares que me gustan más, lugares que me gustan menos. No me gusta la radicalización, jamás, de ningún tipo de periodismo, porque me parece que tiene que ser crítico y objetivo siempre. En ese sentido y en estos conceptos hay algunos que me gustan más y otros que me gustan menos, pero bueno, le pasa a cualquiera en su casa. No escapo de eso.

Mariano Chihade - De productor a empresario. Proceso y aprendizaje

—Lo veo en esta oficina. ¿Alguna vez se visualizó con este presente?

—Bueno, yo quería ser productor independiente. Yo sentía mucha admiración por mi primer jefe, Horacio Levín, que era el dueño de Promofilm. Y de alguna manera, yo quería ser Horacio. Tenía una oficina hermosa también y tenía mi edad ahora, un poco más joven. Y sí, yo quería ser productor independiente. No sabía cómo serlo o cómo lograrlo. Después la vida me fue llevando por los caminos y llegué a serlo. Cuando logré ser productor independiente no lo quise soltar. Y eso que me pasaron cosas difíciles que capaz otro hubiera soltado...

—¿Como qué?

—Y... te fundís en este país. Tengo una compañía de 18 años: estuvimos varias veces al borde. Me acuerdo que una tarde la productora se caía si no nos confirmaban un programa que se llamaba La comunidad, que lo hacía Darío Lopilato en Canal 13, en la trasnoche, un sábado. Imaginate: dependíamos de eso. Nos confirmaron a último momento y eso nos dio aire. Y ahí salimos un poco. Después de vuelta nos volvimos a caer y Los unos y los otros, con mi socio actual, Mario Cella, nos dio la posibilidad de hacerlo con América y volvimos a salir. Tuvimos varios momentos en los que estuvimos a punto de caer, y resurgimos.

—Y en esos momentos, ¿cómo hace para no caerse?

—Tenés que aguantar. Si tenés la convicción de qué es lo que querés en tu vida y lo que querés hacer. Yo no tengo la posibilidad de tener otro trabajo. Es lo que creo. O sea, este es mi trabajo. Es mi vocación. Es la convicción de decir: “Bueno, de alguna manera vamos a zafar, vamos a salir para adelante”. A veces repito en reuniones, cuando me junto con los chicos de contenido, que si yo no fuera optimista no podría estar acá. O sea, no te queda otra que pensar que algo va a salir. A veces sale y otras veces no. Bueno, en mi caso se dieron las cosas, después de Los unos y los otros vino DDM, y después hicimos Sábado Bus, y después vino LAM. Y ahí empezamos a crecer y crecer.

—¿Qué les diría a los chicos que sueñan con llegar hasta donde está usted hoy?

—Las épocas cambiaron. No es lo mismo que cuando yo arranqué en los 90 que arrancar hoy, por todo lo que hablamos antes de los medios, los contenidos y demás. Ser productor independiente hoy para alguien que recién arranca no debería respetar mi matriz. Lo único que yo le podría decir, porque a mí dar consejos y esas cosas no es lo que más me gusta, pero sí esta frase medio trillada, que es verdad: cuando te caés te tenés que levantar. Caer se cayó Messi en algún momento, y se levantó y fue Messi. O sea, desde Messi para abajo nos caemos todos. Es muy difícil que tengas una carrera siempre ascendente. Entonces, si te caés te tenés que volver a levantar, y cuanto antes te levantes, mejor.

—En esas caídas, ¿en qué personas se apoya?

—Mariana fue clave, en todo sentido. Mariana trabaja en Mandarina Contenidos desde el 2013, los últimos 10 años. O sea que podríamos dividir más o menos mitad y mitad. Una vez Juan Cruz me dijo que de las empresas que se crean, solo el 20% llega al quinto año. Cuando cumplimos el quinto año yo estaba solo y dije: “Bueno, ya estoy dentro del 20%”. Pero al ser del medio, Mariana siempre estuvo ahí, dándome fuerza. ¿Viste esto que dicen que la pareja da potencia? Después, entran mis socios con una mentalidad de expandirse, de crecer. Yo ya la tenía, pero me faltaba una estructura. Es muy importante la estructura administrativa financiera comercial. Es clave. Si vos no tenés eso bien sólido, es muy difícil crear. Con la entrada de mis socios pensé que podía centrarme en mi rol de productor, creativo y demás. Ahí se empieza a crecer. Entonces, cuando tenés algún problema ya no sos vos solo, ya tenés a tus socios. Y el optimismo de “vamos ahí, vamos ahí y vamos a llegar y vamos a salir”. Lo que quiero ahora de Mandarina Contenidos es que sea global. Capaz que no lo logro. Capaz que no se logra. Pero yo voy a poner todo para que sea global. Hacia ahí va Mandarina.

Mariano Chihade y Mariana Fabbiani
Mariano Chihade y Mariana Fabbiani

—¿Cómo es su relación con Mariana?

—Yo creo que mi secreto con Mariana es que de alguna manera los dos nos potenciamos. Para mí ella es la mejor en lo que hace. No lo digo porque sea Mariana, lo digo porque realmente lo creo. Es versátil, es sólida, es estudiosa, traspasa la pantalla. Y creo que ella por mí también tiene cierta admiración y eso hace que nos potenciemos. Y cuando yo, tal vez, estoy un poco que me caigo, ella viene y me mete el inflador que necesito para salir al otro día y venir acá. Ella fue fundamental. Después, lo fue también incluso profesionalmente, porque DDM le hizo un cambio rotundo a Mandarina Contenidos.

—No se lo ve mucho en los medios, ni dando entrevistas. ¿Prefiere el bajo perfil?

—Los productores somos de estar detrás de cámara, por esencia.

—No estaría siendo esa la regla general hoy de los productores.

—Son elecciones. Ya tengo un perfil muy alto en mi casa. Mis hijos son conocidos por Mariana. Yo prefiero un perfil bajo. Me da más tranquilidad. Es más orgánico conmigo. No doy notas con video. No por nada en especial. Es porque lo prefiero. Yo soy del trabajo.

—Mencionó a sus hijos. ¿Cómo es como papá?

—Lo deberían decir mis hijos eso, pero creo que es una buena versión mía. Yo perdí a mis padres, y ser padre cuando perdiste a los tuyos… Creo ser un buen padre. Soy presente, seguro. Les dedico tiempo. Ese tiempo, para mí, no es negociable. Cuando mis hijos precisan algo, así esté en una nota con vos, me voy. Tengo dos hijos maravillosos. Esa parte mía familiar es la parte que más cuido, más protejo, y es la que mayor felicidad me da por encima de todo.

Mariano junto a su esposa Mariana y sus hijos, Matilda y Máximo: "Mi familiar es la que mayor felicidad me da por encima de todo”
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—Si tuviera que ponerle un título a su vida, ¿qué título le pondría?

—En crecimiento. Yo estoy en crecimiento.

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