Mica Riera, la gran revelación de la serie de Fito Páez: “Durante 6 meses estuve en el personaje, sin salir de Fabiana Cantilo”

En diálogo con Teleshow, la actriz cuenta cómo fue haber caracterizado a la cantante que tiene un rol central en El amor después del amor, la biopic de Netflix

Trailer de El amor después del amor, la serie biográfica de Fito Páez

La charla general del momento gira en torno a El amor después del amor, la serie biográfica que cuenta los primeros 30 años de vida de Fito Páez, desde una infancia disfuncional signada por el amor a la música y la temprana pérdida de su madre hasta el estrellato con el disco más vendido en la historia del rock argentino inspirado, en parte, por su enamoramiento con Cecilia Roth.

También se ve cómo lo atraviesan otras pérdidas cruciales, como la muerte de su padre y el asesinato brutal de sus abuelas; el padrinazgo artístico que encontró en Juan Carlos Baglietto, Charly García y Luis Alberto Spinetta; el culto a la amistad, y también el papel central que tuvo en su corazón el estimulante y tormentoso romance con Fabiana Cantilo.

De hecho, se puede decir la Fabi interpretada por Mica Riera se roba la serie. La santafesina de 31 años supo captar la esencia, los movimientos, la gestualidad y hasta la mirada rapaz de Cantilo, lo que le valió el elogio unánime de quienes la vieron. “Es re loco, me pasa que es lo que siempre hubiera querido que suceda, que se reconozca mi trabajo y el esfuerzo, que es un poco lo que nos pasa a todos los actores. Y ahora que está pasando, no caigo”, le cuenta la actriz a Teleshow. “Cuando en los primeros días después del estreno empezaron a llegar tan buenas devoluciones de mi trabajo, volví a ver la serie solo para ver si era para tanto... Y llegué a la conclusión de que no, no es para tanto”.

Mica Riera como Fabi Cantilo

A esa humildad que afila ante los elogios, le contrapone mucha seguridad en sí misma a la hora de haber interpretado a Cantilo. “Fue un proceso largo de casting, lo luché mucho, me preparé mucho, estuve haciendo una investigación tremenda. En realidad, yo ya sabía que iba a quedar, porque estaba muy segura de que estaba bien plantada con el personaje, que no podía tener a nadie a mi altura, nadie puede sacarme de este lugar. De hecho, nunca estuve tan segura para algo”.

Al saber que finalmente tenía el papel, explotó de felicidad. “Cuando me avisaron que había quedado, puse ‘Don’t Stop Me Now’ de Queen y me puse a bailar como una loca total. Y lo primero que hice fue llamar a una chica que hace perfilado de cejas y le dije: ‘Buscate mil fotos de Fabiana Cantilo porque me tenés que hacer las cejas igual a ella’”, recuerda, y vuelve a reír.

A la hora de afinar su interpretación, Riera dice que fue clave un encuentro que tuvo con Cantilo antes de comenzar el rodaje. “Me sirvió un montón para construir la identidad al personaje. Yo había visto muchas entrevistas suyas, pero al hablar con ella pude comprender cómo pensaba, por qué actuaba, por qué decía lo que decía, por qué se movía cómo se movía. Encontré un montón de respuestas que me dio ella y muchas otras las vi yo”.

—Por momentos, cuando lo mirás a Fito (interpretado en su adultez por Iván Hochman) lo hacés tal como lo haría Fabiana.

—Eso se dio solo, no sé si lo busqué conscientemente. Me parece que al comprender qué relación tenía ella con todos los personajes y saber qué le pasaba a ella por fuera de la escena, en mi cabeza tenía toda una historia paralela de lo que venía haciendo Fabi. Creo que eso le dio cierto contenido al personaje, de poder mirar como miraba, poder caminar como caminaba.

—Por lo que me contás, desarrollaste el personaje más allá del rodaje, más allá de la serie.

—Sí. Yo estuve seis meses en el personaje, sin salir. No estaba en el personaje al 100%, pero nunca terminaba de abandonarla. Hay mucha diferencia entre nuestras personalidades, en nuestras formas de ser. Ella es muy eléctrica, tiene movimiento todo el tiempo, todo el tiempo está con mucha energía, y yo soy cero: soy re contra casera, me quedo quietita, miro una película entera y no me cambio de posición. Soy otra cosa. Si yo abandonaba toda esa energía, en el rodaje me iba a costar el doble todos los días volver a entrar. Entonces traté de nunca terminar de dejarla. Cuando decían “acción”, obviamente, entraba un poco más. Pero después en el día a día, digamos, vivía casi como ella. Un día me pasó algo muy particular y dije: “No puedo estar viviendo esto”. Llegué a mi casa y quise meter la llave en la cerradura y es como que estaba tan acelerada que no podía hacer entrar la llave. Y estaba completamente sobria, no tenía nada en sangre, pero tenía como esa electricidad que no la podía manejar. Y no lo estaba haciendo a propósito, no estaba actuando que no podía meter la llave. ¡No podía meter la llave en la cerradura de mi casa! Y dije: “Este acelere no es mío, es algo de Fabi”.

Mica Riera e Iván Hochman interpretando a Fabiana Cantilo y Fito Páez en la serie El amor después del amor

—Una de las cosas más tiernas de tu Fabiana es que lo trata de “usted” a Fito. ¿Eso es algo que te contó ella?

—Cuando estaba investigándola vi una entrevista en la que ella decía que cuando te quiere, te trata de usted. En el guion había algunas partes en las que ella trataba de usted a Fito, pero no todo el tiempo. Y yo lo llevé al total de la historia, porque me parecía lindo, me parecía litúrgico, mágico. Y quedó así. Las veces que no lo trato de usted es cuando se enoja, cuando tiene ciertos arranques... Cuando es con amabilidad, con amor, siempre es “usted”. En un momento, en medio del rodaje, hablé por teléfono con Fabi y le dije: “Acá le digo ‘usted, tal cosa...’”. Y ella me responde: “¿Pero por qué ‘usted’? ¡Yo no lo trataba de ‘usted’ a Fito!” (Risas). Y bueno, Fabi, acá nos tratamos de usted...

—¿Qué te dijo Fabi de tu intepretación?

—Está súper feliz con la serie, le re llegó. Me dijo que se re angustió, que la vio toda de un tirón, que se súper compenetró. La devolución que me dio ella fue hermosa. Le encantó, me dijo que estaba muy bien. Me hizo muy feliz porque yo decía: “Quiero que en algún momento se vea a ella misma, que me esté viendo a mí, pero que se olvide por un instante de que soy yo y se vea ella”. Era el público más difícil de todos. No me dijo si se vio o no, pero me dijo que la había sacado muy bien. Así que me dio mucha felicidad.

—¿Harías un spin-off de Fabi? Muchos están pidiendo eso...

—¡Ojalá! Ojalá suceda, porque creo que Fabi se lo re merece. Tiene una vida muy emocionante, con muchos condimentos que estaría buenísimo mostrar. Es un dramón, también.

—¿Cómo fue verte en pantalla representando un personaje tan icónico?

—Habíamos quedado con Iván (Hochman) verla juntos, porque nos la pasaron un mes antes del estreno. Teníamos la idea de juntarnos, darnos la mano y hacer ese viaje loco los dos. El día que nos la pasaron dije: “Arranco con el primer capítulo, que aparezco poquito”. No me pude contener. Le avisé a Iván que arrancaba y después lo veía de nuevo con él. Ya era tarde, como las 10, 11 de la noche. Arranqué a verlo con la cena y cuando terminé con el primer capítulo dije: “Tengo que ver el segundo, no me puedo frenar ahora”. La serie estaba buenísima, todo estaba buenísimo y no me esperaba que sea tan bueno. Y arranqué a ver el segundo y no paré hasta el octavo. Se hicieron las 5 de la mañana y yo seguía mirando. No podía creerlo, vi toda la serie de corrido, me olvidé de que era yo la persona que estaba ahí. Por momentos decía: “Okey, pará, me estoy mirando, está bien lo que estoy haciendo, me gusta, listo, seguimos”. Me interesaba ver la historia y ver todo montado, el proyecto entero terminado. Fue muy lindo verlo.

Mica Riera en El amor después del amor

—¿Como conectabas con Fito antes de la serie?

—Era fana, mal. Lo he ido a ver varias veces, de hecho. En cuanto a la serie, no se involucró tanto como se cree. Hablé con él por una escena, la de la discusión en la calle, y él me contó cómo eran esas peleas. Y me sirvió mucho eso. Pero nunca puso un freno en nada. Me encontré con un tipo muy humilde, muy en la tierra. Cuando fuimos a su casa con Iván, Julián Kartún (Luis Alberto Spinetta en la serie) y Daryna Butnik (Cecilia Roth), estábamos tomando el té con él, charlando, nos preguntaba cosas, nos contaba anécdotas... Era un amigo más. No se sentían aires de divismo ni nada, que tranquilamente podría suceder. En un momento él se fue y nos dejó la casa: “Pídanse comida, hagan lo que quieran, yo me voy a cenar con mi novia”. Y se fue: de repente eramos cuatro fans en la casa de Fito. Nos pusimos a mirar todas las fotos que tiene colgadas en la pared, veíamos los libros que leía... Nos quedamos un ratito y nos fuimos, porque nos daba cosa, también. Estábamos con miedo de qué podíamos hacer y qué no. Y nos decíamos entre nosotros: “¿Qué hacemos acá? Bueno, pero él nos dijo que nos quedemos... Nos quedamos un ratito, pero no toquemos nada, a ver si lo rompemos...”.

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