“Aquí les presento mi libro. Espero que este relato pueda servir y acompañar a muchos que miran el cielo día y noche, con más preguntas que respuestas”, anunció Benjamín Vicuña en la presentación de “Blanca, la niña que quería volar”, el libro que escribió en homenaje a su hija mayor, fruto de su relación con Carolina Pampita Ardohain, que murió a los seis años, el 8 de septiembre del 2012.
En la publicación, el actor chileno cuenta el profundo dolor que sintió con la partida de su primera hija, que el próximo 15 de mayo cumpliría 17 años. Su idea es buscar que sus palabras ayuden a padres y madres que atravesaron situaciones similares. “Este libro es un tributo a mi niña y una emoción desbordada y honesta de la experiencia que me tocó vivir. Una tragedia que me atravesó como un rayo y me dejó vacío. Me costó años asimilarla y de alguna manera sigo transitando el desierto, pero seguí viviendo. En estas páginas hablo acerca de mi niña y mis pesares. También de las herramientas que me sirvieron para iluminar noches oscuras. Espero que puedan servirle a alguien. Que quienes están atravesando una pérdida, sufriendo o acompañando un duelo, puedan encontrar algo de alivio y esperanza. Una pequeña luz en mitad del océano cuando no vemos la orilla”, escribió Vicuña.
Antes de que el libro saliera a la venta, se difundieron algunos extractos en los que contó diferentes sensaciones vividas y en las últimas horas se dio a conocer el desgarrador dolor que sintió la modelo las primeras noches tras la muerte de Blanca.
“Carolina se despertaba todas las noches preguntando desesperada dónde estaba su Blanquita. Se levantaba de la cama, caminaba por el pasillo e iba a su cuarto. La buscaba como una leona desesperada”, cuenta Vicuña en el libro que presentó en la Feria del Libro de la Ciudad de Buenos Aires y que este jueves salió a la venta.
¿Cómo reaccionaba él? “Yo solo podía abrazarla, contenerla y responder: ‘Nuestra niña está bien, está en un lugar mejor’. Como una frase que se repite, como un texto aprendido de una escena mala”, recuerda el actor en el texto que escribió a flor de piel.
El miércoles por la noche, horas antes de que el libro salga a la venta, Eugenia la China Suárez le dedicó un conmovedor posteo a Benjamín Vicuña luego de haber tenido la posibilidad de leer el ejemplar. La actriz y el chileno estuvieron en pareja desde el 2015 hasta el 2021 y fruto de su amor nacieron sus hijos Magnolia y Amancio, de cinco y dos años, respectivamente. En ese tiempo compartieron eventos como familia ensamblada con Pampita y su actual marido, Roberto García Moritán, y realizaron festejos en conjunto en el 2021 cuando Blanca hubiera cumplido 15 años.
Luego, la China y Vicuña se separaron y no volvieron a mostrarse todos juntos, aunque él sí lo hizo con cada una de sus respectivas exparejas, con quienes tiene hijos en común. En las últimas horas, la ex Casi Ángeles compartió una Historia de Instagram con el libro “Blanca, la niña que quería volar” y le dedicó unas especiales palabras al actor en la red social en la que tiene casi seis millones y medio de seguidores.
“Te felicito. Mi admiración siempre por tu forma de seguir adelante”, escribió Suárez mencionando la cuenta oficial de Vicuña, aunque sin poder acceder a ella desde la red social. Hay quienes sostienen que se debe a que no se siguen entre sí, o bien que el actor podría tenerla bloqueada y por eso figura de tal forma.
En otro párrafo del libro, Vicuña se refiere a las premoniciones que tuvo su Blanca en sus últimos días de vida. En verdad, él comprende ahora esos gestos como premonitorios de algo que iba a suceder. “Blanca conoció Tahití, Francia, Marruecos, Inglaterra, Holanda, Estados Unidos, entre muchos otros países. El último viaje fue a México. Hay un video de esos días que subí a Instagram, en el que ella dice: “Quiero volar”. Después de lo que pasó, uno resignifica los acontecimientos, y ahora pienso que me estaba diciendo en la cara que quería volar. Que fue un anuncio”.
También cuenta por qué le puso el nombre de “niña arcoiris”. “En la última Semana Santa nos fuimos a Uruguay. En la playa había un arco iris y ella corría para tratar de llegar adonde estaba, y por eso le puse “Mi niña arco iris”. También le encantaban los caballos, a los que les decía “toco-toco” por el ruido que hacen al caminar. Tengo muchas fotos de Blanca en todos esos lugares y situaciones, y cada vez que las veo, no puedo evitar preguntarme: “¿Dónde estás? ¿Dónde está mi niña de atardeceres y amaneceres, mi niña arco iris, mi niña de mar?”.
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