“Hoy es noche de miércoles de beneficios”, anunció Wanda Nara apenas comenzó Masterchef, el ciclo de Telefe. “Buenas noches chicos, me encanta esa energía”, los saludó a todos, que ya estaban acomodados detrás de sus estaciones de cocina.
Con muchas bolsas cerradas, la conductora los invitó a adivinar qué había dentro de ellas, pero a la cuenta de 3, 2, 1 les permitió abrirlas.
Donato De Santis explicó en qué consistía la prueba del día. “Antes de empezar tendrán que sortear una prueba, que consiste en este caso en pelar remolachas en el mejor tiempo posible, y luego tienen que rallarlas”. Así, el jurado fue descalificando a los participantes que terminaron de rallar las verduras sin llegar hasta el final.
La ganadora, que ralló hasta el tallo, fue Silvana. Y ella pudo elegir al miembro del jurado que quiso para que la acompañe al mercado. “Él sabe quién es, porque yo soy hija del rigor”, dijo sin dar el nombre pero lo miró a Damián Betular. Sin embargo, a la hora de elegir, lo hizo por Germán Martitegui. “Me va a subir mucho la vara”, reconoció la cocinera.
“Hoy van a cocinar con remolachas”, les anunció Germán. Acto seguido, comenzó a enumerar las propiedades de la verdura roja y en qué recetas se pueden incluir. “Van a tener 3 minutos para ir al mercado y tomar todos los ingredientes que necesiten pero la remolacha tiene que ser la protagonista del plato”, les dijo Betular.
A la hora de ir al mercado con Germán, Silvana corrió rumbo a las góndolas mientras aprovechó para conversar rápidamente con él acerca de su receta a elaborar. Germán la ayudó a pensar ideas y a poner dentro de la canasta todo lo necesario. Pero un hecho los alteró: la llegada de Wanda, quien con un papel blanco en la mano comenzó a opinar. Ya antes de salir, cuando tenían todos los alimentos necesarios cargados en la canasta, la conductora le metió una botellita con un jugo rojo. Germán se dio cuenta de inmediato y lo sacó de golpe. “No, esto no”, le dijo tajante, mientras la mediática le respondió: “¿Te quedaste con ganas, Germán?”.
Después, una vez que los tres salieron del mercado pudieron entrar los demás jugadores. Al volver al estudio, Wanda les anunció que se encendían las cocinas más famosas del mundo. “¡A cocinar remolachas!”, les dijo.
Como todos los días, cada jurado pasó por las islas de los cocineros para ayudarlos a organizar sus platos. A Betular le molestó la cara de preocupación de Sol y le dijo: “No, así no, esperá que vuelvo a entrar”. Y de ese modo dio un paso hacia atrás e hizo el gesto de volver a saludarla, mientras la joven lo recibía en ese momento con una sonrisa.
Donato le dio un secreto a Estefanía para saber cuándo la pasta está lista. “Cuando tomás la pasta entre tus dedos y no se pega, está lista”, le dijo a la cocinera que admitió que le estaba dando unos “Donato tips geniales”.
Cuando había pasado la mitad del tiempo, todos aceleraron sus preparaciones, pero los tres jurados hablaron aparte acerca de los errores que habían visto. “Sol no hirvió las remolachas, y cuando se dio cuenta las puso adentro de la cacerola, pero realmente no sé cómo van a quedar”, le contó Germán a sus compañeros, mientras ponía una cara de disgusto.
La joven, cuando se dio cuenta que le había salido muy mal su plato, se puso a lagrimear: “No tiengo más tiempo para cambiar ahora”. Sus compañeros la empezaron a ayudar y a contener. Rodrigo se acercó y le dio ideas para mejorar su elaboración. Entonces Betular se arrimó a su isla y le recomendó cambiar la receta: “Repetí conmigo: fuera budín bienvenida la sopa”. Sol le hizo caso, y se calmó un poco, mientras repetía la frase de Damián como si fuera un mantra.
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