“Fue fuertísimo, fue desgarrador”, expresó Ricardo Mollo con la voz entrecortada al recordar la muerte de Luca Prodan, el músico italiano líder de la recordada banda Sumo. El artista estuvo como invitado en Perros de la calle, el ciclo radial que conduce Andy Kusnetzoff, y allí reveló que aquel 22 de diciembre de 1987 llegó al departamento de su amigo antes que la policía. “Creo que fue una de las cosas más dolorosas que me pasaron. No pude decirle al cuerpo ‘quedate tranquilo’”, consideró el histórico vocalista de la banda Divididos.
El músico calificó como “muy loco” aquel día que llegó al inmueble de San Telmo, en donde vivía el músico, su amigo, que murió a los 34 años. “Se precipitó todo muy rápido”, aseguró quien lo encontró sin vida junto a Timmy McKern, el mánager de Sumo. “Llegamos a la casa y yo lo levanté, estaba la mitad del cuerpo en el colchón y la otra mitad en el suelo. Dormía en el piso de un colchón. Entonces, lo levanté, ya frío, el cuerpo duro, lo acomodé arriba del colchón”, continuó Mollo en su desgarrador relato.
“O sea, antes que la policía...”, acotó Andy. De inmediato, todavía con la voz entrecortada, el músico aclaró: “Sí, sí, llegamos antes que todos”. “Eso sí que es fuerte”, consideró el conductor que escuchaba atentamente las palabras de su invitado, quebrado con el recuerdo de lo que vivió hace más de tres décadas. “Y estaba tan frío que le apoyé mis manos en el pecho para calentarlo. Fue muy fuerte, muy fuerte -repitió-, el muñeco, ¿no? Lo que había quedado de él porque ese tipo ya no estaba ahí, no estaba -dijo una vez más-, ‘acá no hay nadie’”.
Sofía Martínez Mateos, columnista de Perros de la Calle, le consultó si desde entonces, y en todos estos años, había tenido alguna conexión con su amigo y compañero de banda. “¿Seguiste conectado con él de alguna manera? ¿Lo encontrás en algún lado?”, preguntó la periodista que también escuchaba y seguía atenta el relato del músico, que no dudó ni un segundo en su respuesta: “Sí, durante mucho tiempo”. “¿Sentiste que te hablaba, que estaba?”, sumó Andy.
“Sí, sentía el olor a jazmines, que era el olor que había en la habitación. Cuando me iba a un campo y caminaba solo por ahí, de pronto venía ese pensamiento y sentía el olor a jazmines”, se explayó Ricardo Mollo.
Ricardo Mollo lloró desgarradoramente la muerte de Luca, hasta que con el duelo hizo su trabajo y se volvió fuerza creativa. “Fue en ese momento de desazón total y tránsito del duelo, que en un momento empezamos a tirar nombres y no sé por qué llegamos a Divididos, quizás un poco por eso de lo que dejó la partida de Luca, la dispersión de todo Sumo. Creo que la mejor decisión fue no seguir con ese nombre porque yo lo sentía como un peso imposible de llevar. Primero se tomó la decisión de no volver a la formación de sexteto y hacer algo de raíz distinto, trío y cambio de nombre”, recordaría en una charla con Lalo Mir.
Así las cosas, se juntó con Diego Arnedo para mitigar el desamparo y empezaron a darle forma a algunas canciones de la sala de El Palomar. Una de las primeras que salió fue “Light my fire”, cover de The Doors que había aprendido en sus primeros juegos con la guitarra, y que fue a parar al debut de Divididos, 40 dibujos ahí en el piso, un disco que no llegó a la gente como se hubiera pensando, y hubo que esperar a un próximo trabajo para que el público respondiera de manera positiva.
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