1. Cuando eras chico de grande querías ser…
—Conservo un documento manuscrito muy íntimo de cuando era muy chico en el que definía un montón de cosas que creía ser ya en aquel momento y que seguramente me gustaría haber desarrollado. Tenía una especie de mirada renacentista, inspirada yo creo que en Leonardo da Vinci, porque decía cosas tan diversas como que quería ser zoólogo, arquitecto, escalador o meditador. Algunas de esas cosas las intenté.
2. De chico tu plato preferido era…
—La comida. Siempre me gustó mucho comer y siempre tuve mucha sensibilidad para disfrutar de la comida. Erróneamente se difundió que mi plato favorito eran los langostinos con peras. Los langostinos eran uno de los tantos manjares que había probado como la fruta del verano y las hierbas que crecen por el campo. Una vez en un picnic en un bosque descubrí que podía asar una bananas metiendo entre las brasas una lata usada y fabriqué una especie de hornillo. Creo que siempre tuve una vocación por lo agridulce que se manifestó en ese asado con bananas al horno.
3. Ser hijo de un padre actor…
—Mi padre no era precisamente un actor sino un humorista que nos transmitió una capacidad lúdica enorme de atravesar la vida en los aspectos más evidentes y más formales al mismo tiempo. Por lo cual, el ser actor provino de tener ejercitado el juego de hacer roles, disfrazarnos, contar historias, sorprender a la gente con un personaje diferente. Más que vocación actoral me transmitió una vocación por lo lúdico y la creatividad que siempre agradecí.
4. Pensaste estudiar arquitectura…
—Venía haciendo teatro desde muy chico, pero al terminar el secundario me metí en arquitectura con la idea de combinar mi vocación por el dibujo con la de crear espacios para las personas, cosa que me sigue preocupando e interesando vinculada con mi interés de pensar cómo vivimos los que vivimos en esta tierra. Tiempo después desistí porque me imaginé en un estudio frente a un tablero y preferí estar parado arriba de un escenario contando historias.
5. En la adolescencia fuiste fanático de los Beatles…
—Fui atravesado por esa transformación cultural que ellos implicaron en el siglo XX que iba más allá de la música que bailaba. Estaba vinculada con el arte, con la innovación, con la psicodelia que los Beatles aportaron a la humanidad como artistas. Fueron abanderados de una transformación muy profunda de esas que ocurren cada mucho tiempo en la historia de la humanidad. Tengo sus discos en vinilos, sus pósters, ropa de aquella época, pero sobre todo llevo en mi personalidad algo que tiene que ver por haber sido marcado por esos cuatro jóvenes caballeros.
6. Decidiste ser actor…
—Después de haber estudiado muchos años teatro y haber pasado por la facultad de arquitectura me di cuenta que me atraía un mundo tan libre de rutinas, tan aventurero como poder estar arriba de un escenario, frente a una cámara, viajar con los espectáculos, con las películas y con la imaginación. Me di cuenta que había un pasaporte al sueño, a la creatividad, algo que me podía dar algo cercano a la felicidad en el trabajo que iba a emprender para toda la vida. Aun así no me defino actor sino como una persona a la que le pasan cosas porque no me alcanza ser actor para ser todo lo que quiero ser. Disfruto en un escenario pero también pararme detrás de una cámara o muchas otras cosas que tienen que ver con “la espada, la pluma y la palabra”.
7. Tu historia de amor con Carola comenzó…
—En el momento que nos encontramos y seguramente antes aunque no los supiéramos porque las personas estamos llamadas a tener encuentros que vienen a significar cosas en nuestra vida. Esta historia de amor lleva treinta años de alegría, de compañerismo y de sorpresa juntos. Es una de las historias de amor deliciosas que nos sorprendieron a los dos.
8. Treinta años después esa historia de amor sigue gracias a….
—Creo que los dos elegimos día a día que siga, apostamos a crecer individualmente en la propia evolución que implique la aceptación del otro, tratar de no modificar forzosamente al otro para que se adecúe al otro sino en tratar de respetarnos, acompañarnos y en lo posible, seguirnos sorprendiendo el uno con el otro.
9. El día que te le declaraste Carola te advirtió “Cuidado que soy una chica muy difícil”…
—Y yo le dije “bueno, si en este momento te estoy eligiendo será que tengo posibilidades de lidiar con eso”. Y así estamos. Carola es una chica difícil y al mismo tiempo es una persona deliciosa. Yo también soy un chico difícil, qué persona no es difícil en algún lugar de su diseño, todos tenemos dificultades y al mismo tiempo zonas donde la ladera se desliza suavemente.
10. Lo que te enamora de Carola como pareja…
—Su inteligencia, su belleza, su humor. Creo que la atracción, sorpresa y diversión son cosas que es maravilloso encontrar en la pareja y todo eso lo encuentro con ella.
11. Lo que admirás de Carola como artista…
—Todo lo que la quiero como pareja no me quita objetividad para admirarla como artista. Es de un virtuosismo, una sensibilidad y una ductilidad que toca notas sorprendentes y a mucha velocidad. Cuando veo a actores y actrices que admiro, los comparo con músicos virtuosos que tienen un manejo de su instrumento que pueden encontrar tanta notas y matices a gran velocidad. Carola creo que es una artista virtuosa.
12. Disfrutás todos los espacios actorales pero te sentís más cómodo…
—En los espacios actorales como en la vida misma es algo a conseguir y trabajo mucho para lograr la comodidad. Eso lo dan los proyectos, los directores, los compañeros y las compañeras, los personajes, las ocasiones de decir ‘por este lado puedo jugar con libertad y comodidad’ no sintiendo que doy examen sino que estoy jugando como alguien que disfruta lo que hace.
13. Ser buen mozo y de aspecto juvenil te ayudó para…
—Lograr algunos personajes y me alejó de otros. Cualquier definición rotunda de alguien estigmatiza y crea un prejuicio sobre sobre eso. La idea de pensar que porque soy rubio de ojos celestes era un buen chico también me limitó para crear personajes malévolos. A veces, las virtudes y los defectos son una misma cosa. Para aquel que es muy inteligente puede ser una virtud o una carga, el que tiene mucho de algo puede carecer de su complemento y eso forma características de nuestra identidad.
14. Alguna vez te definiste como “un desprolijo tremendamente organizado”…
—Soy desprolijo en la medida que a veces soy un poco ansioso y atolondrado y eso me genera ir resolviendo a mucha velocidad alguna cosas y hace que no tenga un tiempo muy pausado para todo. Soy desprolijo en la cocina, con la ropa, con mis cosas, pero al mismo tiempo sé donde está cada cosa en medio del caos que puede ser mi escritorio o biblioteca.
15. Tu relación con la tecnología…
—A veces me resulta fascinante y por momentos espeluznante. Mantengo distancia con la invasión que la tecnología genera, por ejemplo a través del uso de las redes sociales. Noto que lo que tiene que ver con algoritmos y la inteligencia artificial empieza a generar un reemplazo de funciones esenciales de la conexión humana que me parece inquietante. Prefiero encontrarme con las personas que opinar en las redes sociales. La tecnología es una herramienta fabulosa pero como toda herramienta con variables según la nobleza o no de para qué se la usa. Un martillo es genial para clavar un clavo y espantoso para romperle la cabeza a una persona.
16. “Mariposa de Oriente” fue…
—Un proyecto delicioso que no llegó a ver la luz. Fue un piloto que dirigí con interpretaciones de Julio Chávez y Carola, una intriga romántico policial que mezclaba casos extraterrestres con historia de amor.
17. “Para mí, para vos” es…
—La comedia que estamos por estrenar en el Tabarís con la actuación de Soledad Villamil y Laura Oliva. Es una obra tremendamente divertida, pero con un vuelo poético infrecuente en el teatro comercial. Habla de vínculos, pero también de cosas muy profundas que estamos trabajando muchísimo para que brillen sobre el escenario.
18. La primera que dijo que eras ideal para el papel del señor Iraola fue...
—La madre de Carola que era una gran televidente y aguda observadora veía la sitcom original y sostenía que el señor Sheffield era un papel hecho a mi medida. Me halagó que lo pensara, cuando me tocó interpretarlo lo disfruté muchísimo. La niñera fue una experiencia deliciosa en mi vida.
19. Las vacaciones “salvajes” y en familia consistían en…
—Más que salvajes eran intensas. A Rafael, el hijo de Carola y Carlos, mi hijo siempre le quisimos estimular la libertad del juego, la creatividad, la relación con la naturaleza. Por eso siempre había caminatas por los bosques, inmersiones en el mar, mezcladas con juegos de mesa, disfraces, filmaciones, fotografías, dibujos, collages. Como padres hemos disfrutado muchísimo de estimular esa parte “salvaje” que tiene que ver más con la libertad de poder volar hasta donde den las alas.
20. Una cita a ciegas insólita…
—En España, una amiga muy querida, con la que también había tenido una historia, me dijo: “Tenés que conocer a fulana esta noche”. Llegué a la cita y me encontré con esta mujer misteriosísima que me encantó. Pero lo que me fascinó, que dio lugar a que funcionara el encuentro que después derivó en una especie de amistad amorosa durante algún tiempo, fue que nos acabábamos de conocer, nos acabábamos de sentar, y me dijo: “Espera un poco que me estoy meando”. Y fue y, en la escalerita del metro que estaba al lado de la multitud, se corrió las bragas y orinó al lado mío. Yo dije: “¡Wow! Esto es para salir corriendo o quedar fascinado...” Y quedé fascinado.
21. Entre ser un actor de prestigio o un actor popular….
—Entre ambas hay muchísimas posibilidades. Creo que puedo tocar universos muy diferentes. Desde trabajar en el San Martín hasta estar en Bailando por un sueño y Masterchef. Ambas cosas me expresan porque todo tiene que ver con el trabajo, con la búsqueda, con lo que llamo ser un “aprendiz permanente” porque lo que hago cuando vivo y sobre todo, cuando trabajo es intentar hacer las cosas bien y crecer, ser mejor en lo que hago. Una obra de teatro muy elaborada o un programa super expuesto en la televisión caben todos en el espectro de mi universo porque tienen que ver con ser una persona a la que le pasan cosas que es algo más importante que solo ser un actor.
22. En una época para no enojarte en los embotellamientos de tránsito…
—En la guantera del auto tenía una madeja de hilo llena de nudos. Cuando quedaba atascado, agarraba el ovillo y trababa de sacarle un nudo y, en vez de estar deseando que el auto avanzara, estaba tan contento de estar manejando este rompecabezas que el auto avanzaba más rápido de lo que yo quería.
23. Lo más increíble que te sucedió al recorrer Mendoza en un motorhome, con Carola y pocas pertenencias…
—Lo más atractivo fue transitar con la misma comodidad situaciones tan extremas como la alta gastronomía, el hipismo desenfadado, los paisajes impactantes en soledad absoluta. Esa diversidad, el ejercicio de la libertad de estar con la casa rodante a cuestas parando donde queríamos fue una experiencia increíble y enriquecedora. Al llegar a Mendoza celebraba mi cumpleaños y acampamos en un lugar de la montaña donde sesenta artistas trabajaban por la regeneración del planeta. Me encontré en una rueda, bailando bajo la luna llena, con desconocido con los que me sentí hermanado.
24. Se te ve calmo, pero te enoja y mucho…
—Intento estar calmo, pero no lo estoy todo el tiempo. Como todo ser humano tengo miedos, angustias, violencia. Esa violencia toma forma de enojo frente al maltrato, la falta de cuidado o de respeto, la injusticia.
25. Tu hijo estaba en el Jardín y en un acto escolar…
—Querían hacer una parodia de los Martín Fierro televisivos y me pidieron participar. A mí me pareció que hacer una parodia era un poco redundante y entonces preferí vestirme del Martín Fierro original, del personaje de José Hernández. Así que conduje la parodia con botas de potro, chiripá, boleadoras, vinchas, una melena negra y una barba. Pero lo más curioso es que entré al acto que estaba ocurriendo en un gran jardín, montado en un caballo que conseguí. Causó una sorpresa, porque no lo sabía nadie. Desmonté, me subí al escenario, y desde allí comenzó esa performance que solo estaba motivada por mi deseo de acompañar a mi hijo en esa aventura escénica que me divirtió mucho.
26. Una habilidad que pocos conocen…
—El collage es una disciplina en la que me muevo con mucha comodidad. Cuando era chico, manejaba la tijerita y la cola de pegar muy bien. Y hoy aprendí a manejar el Photoshop para poder, de vez en cuando, pegarme unos viajes fabulosos en todo eso que tiene que ver con el collage. Y que se asienta en una marcada vocación surrealista que me acompañó desde la infancia.
27. De todo lo que te preocupa lo que más te preocupa es…
—Probablemente el cambio climático y todo aquello que implique una toma de conciencia para que corrijamos el rumbo de nuestras acciones como miembros de la raza humana sobre la Tierra. Esta crisis ecosocial es en realidad producto de nuestras limitaciones espirituales. Se podrá solucionar en la medida en que nos demos cuenta que somos parte de un todo y que tenemos que convivir amorosamente con todo lo que está vivo sobre la Tierra y esto incluye, por supuesto, a los animales y a las plantas.
28. Si tenés que elegir un papel de todos lo que hiciste para representar eternamente te quedás con…
—No puedo privilegiar especialmente un personaje con el que quedarme para toda la vida. El personaje con el que me quedaría para toda la vida tiene que ver con el que interpreto en mi propia vida, que no es un personaje, sino que es el ser yo mismo en estado de evolución permanente. Eso que va mutando con la experiencia, con el tiempo, con el seguir caminando hacia adelante, es el personaje con el que me siento más identificado, que es el ser que soy.
29. Tu sobrenombre, Boy, salió de…
—Mi nombre es Carlos. El Boy es heredado de mi padre al que le decían así desde niño, a partir de un abuelo que hablaba mucho en inglés. Durante mucho tiempo fui el Boy Chico, el Boycito.
30. Florencia Peña te pidió…
—Que la case con Mariano Otero. Me llamó y me dijo: “Vamos a hacer una fiesta, son como 700 personas, y queremos que nos cases vos”. Lo gracioso es que después de eso me empezó a llamar gente para que los casara.
32. Cumplir 40 años de democracia ininterrumpida…
—Representan un orgullo y al mismo tiempo deberían representar lo natural. Lo increíble es que algo la interrumpa a esa democracia y en mi infancia y en mi adolescencia vi esa democracia muy interrumpida, dolorosamente interrumpida. Hoy me genera la responsabilidad de que lo defendamos entre todos y que crezcamos por sobre esas diferencias que a veces nos separan por cosas que no son las más esenciales porque no representan el interés de todos.
33. Cuando seas grande querés ser…
—Grande en cuanto a estar en sincronía con lo que me va ocurriendo, porque no quisiera perder aquellas cosas que conservo de niño, que tienen que ver, con el asombro y con el placer de tener muchas cosas por delante. Cuando sea grande quisiera tener la curiosidad de poder seguir mirando lo que está por venir, el interés de lo que vendrá.
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