“Los hechos y/o personajes del siguiente programa son ficticios. Cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia”, se suele leer en la placa antes de dar inicio a un nuevo capítulo de una ficción nacional. Y el caso de Argentina, Tierra de Amor y Venganza (ATAV) no es ajeno: los autores, Lily Ann Martin, Marcelo Nacci y Claudio Lacelli, crearon los nombres y la historia de cada uno de los personajes pensando pura y exclusivamente en ficción. Y los actores fueron los encargados de ponerse en la piel e interpretarlos siguiendo el guion.
La ficción protagonizada por Federico D’Elía, Federico Amador, Justina Bustos y Juan Gil Navarro está centrada en los 80, con la recuperación de la democracia, el regreso de los exiliados durante la dictadura militar, el drama de los desaparecidos, la búsqueda de los bebés nacidos en cautiverio y la aparición del HIV en la agenda sanitaria. Y también, el boom del teatro de revista en la emblemática Calle Corrientes.
Darío Barassi y Juan Gil Navarro interpretan a los hermanos Ricardo y Horacio Hills, empresarios de la productora teatral que realiza las revistas más exitosas de Buenos Aires y Mar del Plata. El primero es también actor y el humorista de cada espectáculo que escribe y dirige su hermano, quien lleva como figura a Ana Pérez Moretti (en la piel de Justina Bustos) para debutar como vedette en la obra en la que Mónica Villalobos (Andrea Rincón) se luce como primera figura.
Si bien la trama habla de personajes creados para la ficción, muchos comenzaron a trazar paralelismos o a buscar los guiños con el teatro de revista de aquel entonces. “El personaje de Barassi está muy bueno y a mí me parece que sería la representación de Jorge Porcel, y el que hace del hermano podría ser Pepe Parada. Me da esa sensación, porque la relación que yo viví de Jorge y el hermano no era así”, cuenta Sandra Villarruel, en diálogo con Teleshow. La actriz saltó a la fama como el personaje de La Bebota del fallecido capocómico Porcel. Parada, en tanto, fue un reconocido productor teatral, hermano del recordado Emilio Disi.
“El trato que tiene el personaje de Barassi con la chicas de la obra era así (de parte de Porcel), aunque no conmigo; yo no lo viví así todo el tiempo”, aclara la exvedette. No obstante, Sandra recuerda qué le dijo el actor cuando inició su carrera artística: “Te doy esta oportunidad. Si no lo sabes hacer, te doy una patada en el culo y vas a tener que ir al Hospital Fernández a sacarte el zapato”.
Además, se ve reflejada en el personaje que interpreta Justina Bustos, a quien se la comparó con Susana Giménez, quien debutó como actriz de teatro de revista para esa misma época de la mano de Gerardo Sofovich: el histórico proctutor la convocó para la obra que tenía en el elenco a Nélida Roca, Nelly Láynez y el mencionado Porcel. Para ese entonces, Susana ya era una reconocida conductora de televisión, y si bien no quería desarrollar su carrera como actriz, reconoció que aceptó por la abultada suma económica que le ofrecían a cambio.
En tanto, en la ficción de El Trece se menciona a Susana ya como una conductora consagrada, y Ana Pérez Moretti se declara fanática de ella, lo que derriba la idea de que el personaje de Justina Bustos realmente estuvo inspirado en ella. “Respecto a la exigencia, le veo una similitud conmigo. Además, tiene un hijo, aunque la diferencia conmigo es que yo estaba en Buenos Aires y la obra se hizo en Mar del Plata”, explica Villarruel sobre el papel de la protagonista, que en la ficción es oriunda de La Feliz y viaja a Capital Federal para trabajar en el espectáculo.
Con respecto al personaje de Andrea Rincón como primera vedette del espectáculo, muchos la comparan con Moria Casán por si similitud física. La diva habló con Teleshow. “Yo empecé revista mucho antes de los 80: esa revista, si bien fue glam, ya empezaba a decaer un poco. La revista verdadera fue antes de los 60 y 70″, sostiene la One, quien aclara que no tuvo oportunidad de ver la novela. “Sé que (ATAV) tiene un gran elenco y una gran producción. Desde mi lado, apoyo totalmente todo lo que sea ficción nacional y le deseo lo mejor”.
Como Moria no observó ninguna escena de Rincón, le resulta imposible compararse con ella. Sin embargo, advierte: “Siempre que hagan de mí, más allá de que esté bien hecho o regular, para mí es un homenaje. No vi nada, pero todo bien”.
A propósito del rol de Rincón, Villarruel revela cómo eran los manejos en el teatro de revista de aquel entonces. “El personaje de Andrea es totalmente armado, pura ficción -considera-, tampoco es el trato que tienen las primeras figuras con las de abajo. En ese momento, si la vedette te quería bajar, hablaba con el productor y era otra la situación que se vivía. No existe ese personaje dentro de la revista”.
Con la salida del personaje de Darío Barassi, su hermano debió buscar otro humorista. Así es como llega Martín Bossi a ATAV 2, con una participación especial durante nueve capítulos. Interpreta a Orlando Berti, quien se sumó al espectáculo como el humorista exitoso que supo ser antes de caer en la debacle. Antes de su debut, Bossi había adelantado que Berti arrastraba un doloroso pasado por un trágico accidente automovilístico que protagonizó por manejar borracho, provocando la muerte de su hija y su esposa. Horacio Hills lo ayuda a salir adelante para rehabilitarse y poder volver a los escenarios, pero el humorista recae antes del estreno e intenta suicidarse desde arriba de una parrilla.
De inmediato, las similitudes físicas y algún modismo relacionaron a Berti con Alberto Olmedo, el humorista que murió en 1988 al caer de un balcón en Mar del Plata, y que marcó una época dorada en la televisión y el teatro nacional. Y a quien Bossi supo recrear con maestría en teatro.
Si bien ninguno de los personajes de ATAV fue creado con la intención de reflejar lo que fue el teatro de revista, para los televidentes resulta imposible no relacionarlos o vincularlos con los capocómicos, los humoristas y las vedettes que hicieron historia en aquella época.
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