Grego Rossello: “Los que hacemos contenido digital le tenemos miedo a la cancelación”

En el sexto capítulo de Dados Vuelta, el conductor, streamer y empresario describe los peligros de la exposición permanente en redes sociales. Además, habla sobre su relación con Nico Occhiato, del miedo a la soledad y el deseo de formar una familia. Y afirma: “Me hubiera encantado que mi abuela estuviera viva para que me viera laburando con Susana Giménez”

Diego Iglesias entrevistó al creador de contenido

Me encuentro con Grego Rossello arriba del Samba. El juego se inicia repentinamente antes de que nos podamos saludar. Mientras intentamos mantenernos en pie, le digo a mi invitado:

—Grego, ¿cómo estamos?

—(Risas) ¡Como el orto!

Luego de este particular inicio, un tanto ajetreado, comenzamos formalmente la entrevista.

—¡Te traje a Dieguiland!

—¡Me gusta, me gusta Dieguiland! ¡Vamos a divertirnos!

—Uno de tus primeros trabajos fue en Casi Ángeles. Tenías un miedo insólito: que te dijeran que debías guiñar un ojo.

—Guiñar el ojo. Le dije a mi mamá: “No quiero ni estar en cuero ni tener que dar un beso”. Y tuve que dar un beso, ponerme en cuero, que no me gustaba mi cuerpo, y guiñar el ojo, que no sabía que iba a ser un problema en una serie.

—¡Justo te tocó guiñar un ojo! ¿Cómo puede ser?

—Decía el guion que, como yo le había dado un beso a una chica, después pasaba al día siguiente y le guiñaba el ojo. Y yo todo preocupado: tenía 15 años, como que se caía toda la serie por eso, ¿viste? Y era algo que hoy entiendo que en producción, es una pavada. Estuve como dos horas hasta animarme a acercarme a alguien de producción y decirle, tipo: “Se arruina mi primera chance en televisión por no saber guiñar el ojo”.

Grego Rossello, el invitado en esta edición de Dados Vuelta, de Diego Iglesias

—¿En Casi Ángeles también diste tu primer beso en televisión?

—A María del Cerro. Tardé tres años de amistad con Meme Bouquet (el novio de María) para contárselo. ¡De cagón! Me dice: “¿Vos sos tarado? ¿Cómo nunca me contaste? Es un cuento divertido”.

—Mucho tiempo después le dijiste: “Che, ¿sabés lo que pasó en Casi Ángeles?”.

—¡No! ¿Sabés la que hice? Aproveché que había más gente y dije: “Che, ¿vos estuviste en Casi Ángeles? ¿Podés creer que le di un beso a María del Cerro?”. Y me miró como: “¿Por qué me estoy enterando con esta gente?”. Evité el mano a mano y obviamente se cagó de risa. Estaba en cuarto año del colegio, tenía 16 años, ¡imagínate!: estaba en Casi Ángeles, me dejaban tener el pelo largo y darle un beso a María del Cerro. ¡Fui el ídolo popular dos semanas!

—Hay algo que mucha gente no sabe: estudiaste Arte Dramático en el UNA (Universidad Nacional de las Artes).

—Estuve dos años de la carrera; son cinco. Era gracioso, porque yo iba a la Di Tella a la mañana e iba al UNA a la tarde.

—¿Vos venías de un origen social medio cheto?

—¡Sí, re! Era cheto. Había ido una vez con una remera Hollister y un profesor me apodó “Hollister” el resto de la cursada. ¡Era un garrón! No me gustaba, sentía que no me representaba.

—¿Porque había mucho contraste? Te pregunto porque a la mañana estudiabas en la Universidad Di Tella licenciatura en historia, donde va un montón de gente que tiene cierto nivel adquisitivo…

—Sí, sí. Son todos millonarios, más que cierto nivel adquisitivo. ¡Sí! Una mezcla de los dos mundos. Llegué a cursar nueve materias por cuatrimestre y hacía shows a la noche. Como que ahí entendí, con 20 años, que el día es más largo de lo que creés y tenía una cierta ansiedad por formarme lo antes posible para salir a laburar lo antes posible, que sé que no es normal en un pibe de 19, 20 años. Y yo creo que eso me sirvió. Después hice todo el Conurbano con shows a la gorra en bares recónditos, a las tres de la mañana. Y todo eso me abrió la cabeza para hoy estar conduciendo, y tener más mundo, más empatía.

Grego Rossello aceptó ir a Dieguiland. Y la pasó... "¡cómo el orto!". En el Samba, claro; porque después le dejó a Diego Iglesias un tendal de respuestas imperdibles

—¿Terminaste la Licenciatura en Historia?

—¡Sí, la terminé! Estoy recibido. Igual no lo digo mucho porque soy... eh, porque atrás vienen preguntas históricas que no estoy a la altura de. Entonces, tipo…

—¿Qué pasó el 25 de mayo?

—(Risas) ¡No voy a responder absolutamente nada!

—¿Qué pasó el 9 de julio? (Risas).

—¡No voy a responder nada!

—De fondo tenemos los autitos chocadores, un juego emblemático de cualquier parque de diversiones. ¿La chocaste alguna vez?

—¡Creo que un poco sí! Como que sin darme cuenta fue cuando entro en ESPN. Estuvo bueno. Estuve cuatro años, pero abandoné un poco las redes; eso fue un poco chocarla. Cuando me puse en pareja con una (famosa), que fue medio mediático, hice todos los videos con ella; fue un poco chocarla. Eh, ¡tengo miles! Cuando volví a la tele de aire, fue un poco chocarla también. ¡Tengo pocos aciertos en realidad y muchos choques!

—Actualmente estás haciendo un montón de cosas. ¿Me las podés decir en menos de cinco segundos?

—¡Sí! Estoy de lunes a viernes, de una a tres, en Red Flag, por Luzu Tv; hago Fernet con Grego los jueves, tengo una cancha de básquet (Clutch) y hago shows en vivo.

—¡Perfecto, cinco segundos!

—¡Sí! Estoy contento. A Clutch fue gente como Duki, Paulo Londra, Coscu. Estuvo Facu Campazzo, jugó con nosotros el Chapu Nocioni. Era como mi juego olímpico, el sueño del que le gusta el básquet.

Grego Rossello y Diego Iglesias, en la montaña rusa; allí, más allá del medio lógico, todo estuvo perfecto; abajo, el conductor repasó las veces que "la choqué"

—¿Y con Red Flag, cómo estás?

—Siento que es la versión mía que más venía buscando, ¿viste? En Fernet con Grego aprendí a entrevistar; venía entrevistando en ESPN, y creo que eso va bien y que está bueno. Y yo, que me gusta hablar hasta por los codos, dejo hablar al invitado. A veces me cuesta un poco. Pero se dan charlas lindas. Y en Red Flag es como sacarme las ganas de eso: de exponerme. Me expongo bastante. Y también de hacer el rol de 5, digamos.

—¿Cómo es tu vínculo con Nico Occhiato, dueño y creador de Luzu TV?

—¡Bueno! Fue reloco porque con Nico nos conocemos hace muchos años. Siento que inconscientemente, o quizás para mí y por ahí no para él, al ser los dos pendejos, estábamos conduciendo. De hecho, yo arranqué a conducir antes en ESPN, estaba dado como una supuesta competencia y nunca sucedió. ¿Se entiende lo que digo? Lo invité a Fernet con Grego, tuve una nota piola. Es un chabón que si tiene que decirte algo bueno, te lo dice; ¿viste que no es tan común? Le encantó el formato. Y cuando yo estaba con otras ideas para hacer cosas en radio, me llamó él para Luzu y fue un honor. Me dio un horario, estoy produciendo en un horario. Es un flaco que tuvo una visión enorme, pero que recontra escucha. Siento que estoy para aportar ahí y estoy con cada vez más ganas de meterme en Luzu.

—¿Cómo te llevás con la soledad?

Me cuesta. Mi casa es la casa del pueblo: mis amigos están todo el tiempo ahí y estoy siempre con gente. Y está bueno, eh, pero siento que a veces... yo siempre digo que el teléfono no nos deja estar solos. Porque por ahí estoy solo en mi casa y, si no es Tik tok, es Instagram: estás siempre sociabilizando, aunque sea de manera virtual, con gente.

—¿Te gustaría armar una familia?

—¡Sí, re, re! Tengo cinco hermanos, dos sobrinos, crecí entre niños, tengo hermanos muy chiquitos.

—¿A qué le tenés miedo?

—Los que hacemos contenido digital le tenemos miedo a la cancelación. El que te diga que no, miente. Como te putean dos o tres, o te dicen: “Che, están diciendo esto de vos”. Y me pasaba mucho antes; por suerte me ha dejado de pasar. Hay una paranoia a veces: tenés miedo a que te acusen de cosas que ni hiciste, ¿entendés? Hoy confío un poco más en mi persona: considero que no tengo cosas cancelables.

Diego Iglesias y Grego Rossello, en Dados Vuelta

—¿Ya que es tu herramienta de trabajo fundamental, cuánto tiempo pasás por día con el celular?

—(Se fija en la aplicación del celular) Nueve horas y 46 minutos.

—¡Un montón!

—(Risas) Sí, un montón.

—¿Qué fue lo más emocionante que te pasó en el último tiempo?

—El año pasado fue ir a filmar un reality con Susana Giménez a México. ¡Fue una locura! Me llamaron; primero iba a ir de participante, después iba a ir de suplente, después iba a ser como medio secretario y terminó siendo una coconducción con ella. Aprendí un montón. Fuera de joda: nunca en mi vida había soñado con... me pasó algo medio cursi, que es que yo no tengo abuelas. Y me hubiera encantado que mi abuela estuviera viva para que me viera laburando con Susana Giménez.

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