Flor Vigna: “Soy demisexual”

En el quinto capítulo de Dados Vuelta, el formato de entrevistas de Infobae conducido por Diego Iglesias, la cantante afirma: “Yo no puedo tener algo sexual sin que me suceda algo vincular”. Además, cuenta en quién se inspiró para componer su nuevo tema “Eres tú”, y habla sobre los pros y contras de su carrera musical autogestiva. También describe su primera cita con su actual pareja, el actor Luciano Castro, y el imprevisto minutos antes del encuentro

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—¿Todo bien? ¡Siempre nos encontramos en el Parque de la Costa!

—(Risas) ¡Siempre!

Nos subimos con Flor al carrousel. Ella elije ir sobre un caballo y dice: “Este es como un Luciano Castro en caballo. ¡Mira esta cabellera!”.

—¡Es igual!

—Siento que cualquier cosa que me preguntes te voy a responder como si fueras mi mejor amigo por traerme acá. No te voy a responder mucho como de casete. ¿Viste que uno en las entrevistas responde de casete?

—¿Sos lúdica?

—¡A mí me gusta! Yo soy geminiana, y si vas a mi casa y es medio como la casa de Peter Pan. Por ejemplo, ahora me llegaron aerosoles y estoy grafiteando toda mi casa. Me estoy haciendo la Charly García.

—Recientemente diste un salto hacia tu carrera musical. Estás cantando, publicando videos, ¿todo autogestivo, no?

—¡Claro! Sin querer fue un poco esto que mi vieja me enseñaba de “bueno, utilicemos la plata de otra forma”. Y ahora es un poco eso. Cuando estaba en otros proyectos, yo decía: “¡Huy, qué ganas de llevarme toda esta energía y tiempo invertido hacia algo propio!”. Y bueno, ahora estoy en eso, pero también digo: “¡Qué difícil!”. Hay veces que me arrepiento un poco.

"Soy lúdica -le contó Flor Vigna a Diego Iglesias-. Mi casa es como la de Peter Pan"
"Soy lúdica -le contó Flor Vigna a Diego Iglesias-. Mi casa es como la de Peter Pan"

—Lo autogestivo tiene su costado bueno, que es todo de uno, y su costado más complicado, que lleva mucho trabajo, mucho esfuerzo.

—¡Sí! Bueno, tiene momentos súper lindos. A ver, si alguien está viendo: hoy, la posibilidad de autogestionarte está muy al alcance de las manos, con las redes, y no ser víctima de una sociedad. Decir: “¿Quéres este sueño?, ¡Andá por eso!”. Pero después tiene un camino de mucha constancia, y no te voy a mentir que hay días que querés tirar un poco todo a la miércoles, y no lo terminás haciendo por todo lo ya recorrido. En mi caso, hace dos minutos empecé en la música, pero son dos años en realidad. Es un momento en el que si vos no le das constancia, si te querés tomar unas vacaciones, sentís que perdés mucho de lo ganado. Entonces hay que darle, darle, darle, darle...

—¿Vamos a otro juego?

—¡Sí! Vamos a otro juego.

Llegamos con Flor al péndulo, uno de los juegos más vertiginosos del Parque de la costa. Le propongo que, además, responda el cuestionario “Qué preferís” mientras estamos arriba. Acepta.

—¿Comer o dormir?

—Eh... comer, toda la vida.

—¿Bailar o cantar?

—¡Oh! ¡Ambas dos, por favor!

—¿Hacer un show con Bad Bunny o con Daddy Yankee?

—Con Daddy Yankee.

—¿Chaparte a Lali o a Miley Cyrus?

—¡Huy!, a Lali.

—¿Convivencia en pareja o cada uno con su casa?

—Cada uno con su casa.

Bajemos del péndulo un poco mareados, y seguimos con la entrevista.

—El último tema que sacaste, “Eres tú”, es para tu pareja, el actor Luciano Castro. ¿Por qué le escribiste un tema?

—Cuando se lo escribí, él estaba en Mar del Plata con la obra de teatro, este verano, y yo estaba en gira. Y la verdad que lo extrañaba un montón. Nosotros somos muy pegotes, y me sirvió para recordar un poco nuestra historia. Y va relatando de a poquito... es como un mini resumen. Fue un amor que me sorprendió mucho, en una etapa que yo de verdad quise estar soltera, y me enamoré. Yo pensé que mínimo, o sea, mis amigas ya me habían dicho: “Cinco años que nos la damos en la pera, que esto, que lo otro...”. Y vino un macho alfa, hermoso, sensible, con un corazón tremendo. Y Luchi es el primer hombre que conozco que le gusta expresarse, y decirte lo que siente y lo que cree en vos. ¡Y me gustó mucho! Porque yo tenía miedo, al enamorarme de alguien, perderme un poco. Como esa dependencia emocional en la que te ponés vulnerable y que decís: “Huy, ¿le gustaré?, ¿no le gustaré?, que esto, que lo otro...”.

—La inseguridad.

—¡Claro! Que me reine la inseguridad, y por querer conquistar a esa persona me pierda mi personalidad. ¿Cómo nos conocimos? Nos conocimos en un gimnasio. En realidad, hay una serie en la que nunca quedamos, pensamos que nunca se hizo, y el otro día vimos un cartel muy grande de la serie que sí se hizo, con otros actores. Se ve que empezamos a salir y medio que (a los realizadores) no les gustó que el foco esté ahí. Era una serie como más ¡guachi guau!, todo. Y (Luciano) se me acerca y me empieza a hablar de esa serie en el gimnasio. Me dice: “Che, ¿vos vas a estar en esta serie? Ah, bueno... Y bueno, un día si querés nos juntamos”. Que esto, que lo otro. Nos pasamos los celulares y vino a merendar a mi casa.

Flor Vigna dice que Luciano Castro es "un macho alfa, hermoso, sensible, con un corazón tremendo"
Flor Vigna dice que Luciano Castro es "un macho alfa, hermoso, sensible, con un corazón tremendo"

—¿A merendar? ¡Me encanta! ¿Y qué le preparaste de merienda?

—No, no le preparé. Llamé al delivery, un lugar muy rico que no lo voy a decir, que ahí venden un cosito de limón muy rico, un budín, y no... ¿no sabés la que me pasó?

—¿Qué pasó?

—Yo pedí, y cuando pedí, me pareció medio rata lo que pedí, como que pedí poquito.

—¡Iba Luciano Castro a tu casa!

—¡Claro!

—¡Tenés que pedir cinco budines, tres tortas!

—Pero yo estaba con mucho laburo y entonces: “Ay, bueno, pido”. Entonces pedí dos limonadas y dos budines. Después dije: “No, repoquito”. Entonces pedí en el mismo lugar dos medialunas con jamón y queso calientes. No sabía si me iba a decir que era vegetariano o qué. Salgo al delivery, y le digo: “Bueno, listo, gracias”. Y le saco para pagarle y ¡pum!, se me cierra la puerta.

—¡No! ¿Esto fue antes de que llegara Luciano?

—Antes que llegue Luciano, tipo…

—¿Y la llave?

—Diez minutos. No, no, tocó el timbre, le salí a pagar con la puerta abierta y se me cerró por el viento. Y nada, estaba toda fea yo, estaba fiera, fiera, con un ojo delineado, el otro no. Fui a lo de mi vieja, que vive a diez cuadras, agarré la llave, volví, le confesé que me iba a juntar con un chico, a pasar una cosa, como que no le dije exactamente, pero el “guiño, guiño”. Y eso hizo que no me pueda hacer toda la súper producción que yo me quería hacer. Yo tenía pensado hasta depilarme las cejas, pensaba mentir. Y llegó, y yo era la hippie de siempre. Y le gustó la hippie. Así que quedó “la hippie”.

—¿Y no pasó nada, ni un beso?

—No. Al final pasó un beso, que es el beso que yo le pongo en la canción.

—¿En “Eres tú”?

—En “Eres tú”. Que yo le digo que me dio un beso y me erizó la piel, porque, claro, yo no besaba hace ocho meses, o sea, hace mil años. Y fue un beso que, cuando me lo dio, yo me siento bastante virga con muchas cosas, y cuando me lo dio, dije: “Ay, perdón, ¿me das otro beso?”.

Flor Vigna con Diego Iglesias, en Dados Vuelta
Flor Vigna con Diego Iglesias, en Dados Vuelta

—Pero muy muy honesta vos también, muy genuina.

—Me dio un beso... me dio un beso como “que te quedes con ganas”, ¿viste? Y nada, después de ese beso seguimos, seguimos y seguimos. Y a la tercera vez ya me solté más. Yo venía de una relación muy larga yo. Ya había pasado bastante tiempo.

—Estuviste mucho tiempo de novia con Nico Occhiato.

—¡Claro!, con Nico, que lo quiero un montón. Y nada, había pasado mucho tiempo y la realidad, y lo estoy relatando acá, que es un montón: yo no estuve con alguien en el medio, ¿entendés? Entonces, de repente caía este a decirme “juntémonos”. Mismo era una charla con mis amigas: “¿Cómo es ahora? ¿Una se tiene que obligar a que le suceda?”. O sea, yo sentía que no me iba a calentar con nadie, que no me iba a pasar. Y el otro día aprendí que se dice demisexual.

—¿Qué sería eso?

—¿No sabés? ¡Te sorprendí!

—Estoy aprendiendo algo.

—Cuando vos no podés, que yo me considero así... yo no puedo tener algo sexual con una persona sin que me suceda algo vincular, sin que haya una química linda.

—No sabía que tenía una terminología. Vos necesitás que te pase algo emocionalmente para tener un vínculo sexual.

—Sí. Sino, no puedo.

—En el tema “Una en un millón” lo atendes un poquito a tu ex, a Nico Ochiatto. Cuando decís “alto gato”, es para él, ¿no?

—Cuando compuse “Una en un millón”, ya sabía que (con Nico) íbamos a hacer El último pasajero. Y le pregunté, “Che, boludo, ¿lo puedo presentar en el tuyo?”. Y bueno, directamente lo presenté ahí y jodimos con eso, lo de gato.

—¿En Luzu TV?

—Sí. En Luzu TV. La verdad es que Nico fue mi pareja más larga.

—¿Cuánto tiempo saliste? ¿Siete años?

—Siete años en total, pero entremedio cortamos muchas veces. Y bueno, después sí, soy muy de agregarle ficción a las canciones. Juego mucho con historias propias, o con historias de amigos, que pido permiso. Y en el caso de “Una en un millón”, yo ya sabía que iba a trabajar con Nico, todo, y lo presentamos en el programa de él. Y me preguntó lo de “alto gato” y lo jodí. Pero lo que menos es Nico, es gato. No es gatero, digamos. Es un pibe muy enfocado en el laburo, así que…

—¿En las canciones, el desamor siempre rinde más que el amor?

—Sí, pero creo que es una mezcla: abrirte, contar algo personal, pero también agregarle algo de ficción. Es como ese condimento extra que uno le pone. Y en el caso de mis ex, porque Nico no es el único, es más, hace poco me escribió uno porque yo conté una historia real que me pasó a los 18 años, que me metieron los cuernos, y entonces el que siguió me dijo: “Pero yo no fui”. Y le dije: “No, vos fuiste un amor”. Igual con ese estuve dos meses, nomás.

—Y al anterior que lo atendiste, ¿no te escribió nunca?

—No. A ese no le da la cara.

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