El público que siguió la última edición de Gran Hermano sigue interesado por saber qué fue de la vida de cada uno de los participantes del reality. Pero también quiere saber qué pasó, exactamente, con Caramelo y Mora, los dos perritos que entraron a la casa a mediados del febrero y que tras la finalización del programa fueron adoptados por Romina Uhrig y por Marcos Ginocchio, respectivamente.
Este fin de semana largo, por ejemplo, se supo que la ex diputada se tomó unas mini vacaciones junto sus hijas, Mía, Nina y Felicitas, y al nuevo integrante de la familia. “Bueno, acá estamos con Caramelito, está conociendo Pinamar. La costa argentina, estamos acá, estamos muy bien, muy contentos”, dijo en un video que compartió en sus redes en el que se la veía junto a la mascota.
Por su parte, Mora llegó a Salta junto con el ganador del reality y allí se reencontró con Valentina, la hermana del exparticipante, quien se mostró muy feliz de poder jugar con la perrita. Y el video se hizo viral en Tik Tok. Cabe recordar que la joven había estado una semana acompañando a Marcos en la casa y, por decisión del público, fue la pariente elegida para trasmitirle el liderazgo a Ginocchio. Es decir que ella también se había ganado el cariño de la gente y, como era de esperar, el de la cachorrita que ya se hizo amiga de Cleo, la gata de la familia.
Valentina, que reside en Francia, había llegado de sorpresa hasta el estudio de Telefe y ni sus padres tenían notica de ello, por lo que también fue muy movilizante verla en televisión. Es que la última vez que hubo comunicación entre los hermanos, había sido cuando ella le dejó un mensaje a instancias de la producción que le pidió a los familiares y amigos de los participantes que compartan unas palabras mediante un video.
Tras el anuncio de que un familiar de cada participante ingresaría a la casa en este momento de instancias finales, el público esperaba no solo el ingreso de la joven, sino el poder ser parte de ese reencuentro. Y nada de ello defraudó, ya que se trató de la primera familiar en cruzar el portón y el primer momento emotivo de esa movilizante jornada. Unos 3 minutos de abrazo mientras el resto de los jugadores los rodeaban dieron paso a un comentario de la morocha: “¡Qué loco! Mirá hasta dónde me traés... mirá dónde estoy.... ¿qué estás haciendo?”, entre risas.
Así, luego de haber enamorado desde las tribunas a quienes veían de afuera el ciclo, llegó el momento también de que quienes se encontraban dentro de la casa tuvieran la oportunidad de conocerla. Y desde ese instante Marcos la cuidó de los comentarios del resto, la acompañó en sus meditaciones y hasta miraba desafiante a cámara cuando ella ingresaba al baño, como advirtiendo que no se la enfoque y respete la privacidad de ese instante.
En una jornada que produjo emociones y llantos para todos, cada uno de los familiares ingresados portó una caja que debía abrir frente al resto, con recuerdos y detalles para los jugadores. Así, Valentina le entregó fotos y distintas golosinas. Sin embargo, tuvo también otro gesto para con el resto de la casa, y fue cuando pidió un minuto de silencio y repartió pulseritas que había traído desde Salta especialmente para los jugadores.
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