En un juego de los 7 pecados capitales, los participantes de Masterchef tuvieron que elaborar sus platos de acuerdo a esta consigna. Así, el reality de Telefe se convirtió en un espacio de diversión para los participantes y en especial para los jurados que no ahorraron críticas para los jugadores.
Durante la instancia de preparación de las recetas, mientras cada cocinero pasaba por las islas de los jugadores, Germán Martitegui estalló de ira cuando vio que Rodrigo Salcedo no había ni siquiera cortado el pescado que le habían asignado. “¡No lo puedo creer!, ¡Ni siquiera lo cortaste!”, le dijo a viva voz. Mientras, el participante se rió y admitió que estaba “un poco superado”.
Así que a solas, los tres jurados evaluaron el modo de cada participante al preparar sus platos, y el que más críticas recibió fue otra vez Rodrigo.
A la hora de exponer sus elaboraciones, en primer lugar pasó al frente el salteño Antonio López, quien ante la consigna “soberbia” comentó: “Hice un plato ‘soberbio’”. Con un pescado con puré de coliflor, un falso caviar de menta y limón y otros detalles sorprendió a los jurados. “Para mí es un plato excelente”, dijo él mismo sobre su propia preparación, haciendo uso del pecado que le había tocado.
Cuando fue el turno de Juan Francisco Moro, el guardavidas presentó “un plato sencillo que intentó hacer sofisticado”, bajo la consigna “lujuria”, según detalló. Wanda Nara, que miraba toda la escena acotó entusiasmada: “Se van a poner hot”.
Pero las devoluciones no fueron las esperadas. Comenzó Martitegui con una frase tajante: “Si querés dar lujuria en una cita, con esto vas muerto”.
Luego, llegó el momento de Agustín, quien tuvo que interpretar en su plato a la pereza. El participante preparó un ceviche con leche de tigre con wasabi, con choclos asados, maníes y boniato.
“Esto más que pereza es impericia, no me gustó nada”, disparó otra vez Martitegui. “Yo no me imagino maratoneando series comiendo un ceviche en la cama”, destacó Damián Betular.
Después, pasó al frente Aquiles, que hizo una receta bajo la consigna “envidia”. En su caso, el jugador elaboró un pez limón a la sal. “Este plato es una copia de un plato que hizo usted hace muchos años”, le dijo a Germán. “Hice un pescado a la sal, con pocos ingredientes para que despierte la envidia de cómo lo hice”, aclaró el participante.
Entonces Martitegui se sinceró: “Fue un lindo intento, pero te faltó tiempo o jamón en el agua, las papas así cortadas como para una ensalada rusa me ponen un poco nervioso, no sé cómo puede generar envidia esto. Hay buenas intenciones con muchos errores”.
Para Betular “los tonos del plato se parecen a cuando uno está mal del hígado, podrías haber puesto más colores”. Y finalmente para Donato Aquiles se quedó corto en la presentación. “Sabés lo que tendrías que haber hecho? Haber traído la bandeja que trajiste del horno, directamente. El show de la envida te lo perdiste”, le disparó.
Luego, le tocó presentar su elaboración a Candelaria Sorini, la joven que trabaja en una penitenciaría. Su consigna fue la gula. Según Betular, Martitegui les había comentado que iban a haber dos platos con una torre, pero hubo un solo plato. “Me faltó planificación, y no llegué a cocinar todo lo que tenía”. Así que el pastelero le dijo: “Si decía gula me imaginaba que hubiera mucha cantidad”.
Como en su presentación se veía un pescado fileteado y muy finito, Betular continuó: “A mí me traés esto y lo devuelvo, qué mal humor que me causa, mayonesa con yogur la aligera, aunque sea le hubieras puesto una ciboulette. Raro”.
Martitegui, en cambio, no usó ningún tipo de eufemismos. Le dijo directamente: “Estamos frente a una decepción, es todo una gran decepción”.
Luego le tocó pasar a Juan Ignacio, quien tuvo que preparar su plato en base a la ira. Lo llamó besugo enojado, y causó la risa de Germán y de sus propios compañeros.
Con mucho contenido de color rojo sobre el plato, Donato De Santis lo miró y admitió: “Si voy a tu restaurante me causa mucha ira, me siento defraudado. La salsa está normal, el besugo está bien cocinado pero no está la ira. Nacho, no me gustó”.
Germán fue mas escueto: “Tenés que aprender a jugar un poco más, lejano a la ira”, y Betular le pidió un abrazo a Martitegui: “Nunca estuve tan en paz y tan feliz, me encanta todo, si no tuvieras que haber trabajado con representar la ira estaría todo bien”.
Por último, Rodrigo Salcedo interpretó la codicia, y su plato lo llamó: Salmón ella, y estaba compuesto por un salmón blanco a la plancha con una salsa a base de caldo de pescado, con algas nori. Cuando le tocó el turno a Martitegui, después del comentario que le había hecho durante la preparación, no se mostró con muchas expectativas. Sin embargo, el chef admitió: “Claramente la codicia, la ambición sin límites está plasmada en tu dibujo pero no podés perder 30 minutos sin siquiera poner el agua sobre el fuego. Lo que me queda claro es que sos hijo del rigor, me tuve que enojar y bajarte a la tierra y de repente terminás haciendo esta maravilla”.
Ante estas palabras, todos se sorprendieron y en especial el propio Rodrigo, que ya se veía el próximo domingo en las instancias de eliminación.
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