Fue un flechazo de esos a los que nadie se puede resistir. Y, por eso, al principio la relación tuvo velo de “clandestinidad”. Sin embargo, lo que unió a Cathy Fulop y a Osvaldo Sabatini desde el primer momento en que se besaron, en los pasillos de los estudios donde ambos grababan la telenovela Dejate querer en el año 1994, fue un amor del más genuino. Y el tiempo se encargo de demostrarlo.
Tras cuatro años de noviazgo, la actriz venezolana y el empresario argentino pasaron por el Registro Civil el 1 de abril de 1998 y lo festejaron con una majestuosa fiesta el día 3 de ese mismo mes, donde recibieron una bendición por parte de un sacerdote amigo. Y desde entonces siguen juntos, sosteniendo la familia que conformaron con la llegada de sus dos hijas, Oriana y Tiziana. ¿Crisis? También las hubo. Pero siempre todo aquello que los unía tuvo más peso que cualquier otra cosa que los quisiera separar. Y así fue como, por estas horas, ambos comenzaron a celebrar sus 25 años de casados.
“Hoy bodas de plata. Repaso nuestra historia y veo besos y más besos, abrazos, risas, amor y más amor, contención, abrazos y más besos. Gracias por casi 29 años juntos donde construimos este amor bello y puro. ¡Te amo y amo a nuestras hijas! Gracias amor por ser todo lo bueno que eres, se necesita ser bueno y encontrarse con otra persona buena que quiera construir un nosotros”, escribió Cathy en su feed de Instagram junto a un video en el que recopilaba los mejores momentos de la pareja.
Entre otras imágenes, se podían ver escenas de su casamiento, fotos del nacimiento de sus hijas, postales de viajes y hasta tomas de una novela de ficción en la que trabajaron juntos. “Felices 25 años de casados. Hasta la eternidad amor de mi vida”, puso Fulop para terminar el texto, en que arrobó a su marido y sus hijas.
El romance entre Cathy y Ova comenzó cuando ella se estaba separando del actor venezolano Fernando Carrillo y Sabatini le devolvió a su corazón las ganas de palpitar por amor. “La novela ya terminaba, faltaban pocos capítulos, y yo digo: ‘Hay Dios mío, ¡ese tipo!’. Toda la novela yo lo miraba, pero nunca pasó nada porque yo estaba terminado una relación y él también tenía sus cositas. Más allá de que mí relación estaba muerta, faltaba enterrarla. ¿Viste cuándo velas a un muerto?”, le contó Fulop a Infobae hace unos años.
Y luego confesó: “Al final de un día me lo cruzo en un pasillo con mi amiga, Alejandra Gavilanes, y entonces le digo: ‘¡Ay, qué bello eres!’. Y mi amiga agregó: ‘Ella te quiere dar un beso’. ‘Bueno, yo también’, dijo él…Y bueno, me dio un beso. Después cada uno arregló su situación y de ahí, pa’ adelante. Desde el primer día dije que quería tener hijos con ese hombre”. Así fue como Cathy, que había llegado a la Argentina por un proyecto laboral, terminó radicándose aquí por amor. Y, finalmente, en 1998 volvió a vestirse de blanco para contraer enlace que el padre de sus hijas.
“En realidad, ayer 1 de abril fue el día que nos casamos el Ova y yo por Civil, ya teníamos a Orianita. O sea, vivíamos en el pecado...Y mañana, 3, nos casamos como haciendo una consagración a la Virgen, con un sacerdote muy amigo nuestro que fue el que bautizó a la Titi, el padre Diego. Y ahí hicimos la gran rumba, gran. Igual, después del civil, mi amor, hubo rumbita. Así que van 25 años de casados, bodas de plata, pero en realidad este año, en julio, cumplimos 29 juntos”, explicó Fulop este domingo desde una historia para despejar las dudas de sus seguidores.
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