Cuando Marcos Ginocchio apagó las luces de la casa de Gran Hermano, solo una parte del reality llegaba a su final. El afuera, ese mundo que los protagonistas fueron redescubriendo de a poco, ofrece tantos atractivos como el adentro. Y entre las cuentas pendientes -relaciones amorosas, vínculos afectivos y promesas a cumplir- la que más sensibiliza a los seguidores es la del futuro de los cachorros Mora y Caramelo.
Los perritos habían entrado a la casa para sumar un ingrediente más al reality show y, de paso, concientizar a la sociedad sobre la importancia de adoptar animales. Sin embargo, en varias oportunidades, hubo cuestionamientos por parte del público por el trato que recibieron los cachorros, que se potenciaron cuando fueron separados.
Es que los participantes habían decidido que el machito, Caramelo, quede al cuidado de Romina Uhrig, mientras la hembra, Mora, permaneciera junto a Marcos. Tras la expulsión, la exdiputada se llevó a la cachorrita, quien permaneció en Las Palmas Hostería Animal, una guardería canina. Allí ya se encontró con su hermanito, quien salió de la casa la noche del lunes en brazos del salteño, ganador del reality.
Pero en los últimos días recrudeció la interna por la custodia de las mascotas, ya que al parecer la vivienda de Romina no cumpliría las condiciones necesarias para garantizar la seguridad de la mascota. La de Moreno se enteró al aire, durante su visita al programa de Georgina Barbarossa, cuando Gustavo, el veterinario a cargo de su cuidado, puso en duda la posibilidad de que Caramelo quede a su cuidado. “Yo lo único que puedo decirte es que, con todo el amor del mundo, hay algunos factores de riesgo en la tenencia para vos, porque hay preguntas como si tenés la pileta cercada o si hay niños en la casa”, señaló el profesional.
Pasaron los días, y lejos de aplacarse, aumentó la angustia en torno a Romina en relación a las versiones cada vez más fuertes de que ambas mascotas quedarían al amparo de Marcos. En la noche del miércoles, luego del debate, la periodista Marisa Brel quiso saber en qué estado se encontraba la adopción. “Estamos esperando a que me entreguen a Caramelo”, señaló la exdiputada, al borde del llanto.
En este sentido, Romina aclaró que había adaptado su casa según las exigencias de los veterinarios. “No sé por qué no me lo entregaron, puse todo lo que me pidieron por la pileta. Ya está. Tiene todo vidrio. Lo voy a cuidar, lo amamos, estuve un tiempo en la casa con él”, se defendió la mamá de Mía, Felicitas y Nina.
En este punto, Brel le manifestó el deseo de buena parte del público que insiste en que Marcos pueda adoptar a las dos mascotas juntas para que no sufran. “Yo me llevaría los dos perritos. Porque decían que se los lleve Marcos, ¿Por qué yo no? ¿Y por qué decían Marcos? Si yo estuve todo el tiempo con ellos, me levantaba con ellos, desde que llegaron ellos empecé a levantarme temprano, de darles de comer”, dijo angustiada sobre la posibilidad de perder el contacto con el cachorro.
Luego de que Marcos saliera de la casa victorioso y junto a Mora, apenas cruzó la puerta de salida, la perrita fue llevada por los veterinarios a Las Palmas Hostería Animal, lugar donde también había sido llevado Caramelo. Y, finalmente, ambos se reencontraron.
El video en el que se ve a los dos animalitos corriendo por el parque se viralizó en las redes sociales y los internautas repitieron sus deseos de que puedan seguir viviendo juntos. “Reencuentro supervisado by tío Pocho”, escribió el veterinario Gustavo González Marín en el posteo en el que compartió las imágenes.
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