Marcos ingresa al estudio como ganador de Gran Hermano. Al grito de “¡¡campeón, campeón!!” lo recibe Del Moro. Y también sus familiares y amigos, con quienes se funde en un abrazo muy emotivo. Luego lo saludarían sus excompañeros de la casa: Alfa, uno de los primeros, y enseguida, un abrazo grupal. Minutos antes la emisión había alcanzado un rating tan demoledor como la cifra con la que se consagró el salteño: superó los 30 puntos. El Primo se lleva como premio una vivienda propia y 15 millones de pesos.
Del Moro da a conocer las cifras finales: más del 70% de los votos fueron para Marcos (”él solo obtuvo 5,5 millones de votos”, destacó el conductor), mientras que Nacho cosechó cerca un poco más del 29%.
Uno de los momentos más esperados: con la valija en una mano y sosteniendo a Mora con la otra, Marcos observa cómo se van apagando las luces de la casa de Gran Hermano 2022, ya como flamante ganador del reality y luego de 162 días de encierro. En una escena cinematográfica, que remite a Jim Carrey en The Truman Show, dice: “Adiós, Grande. Te quiero mucho”. “Y yo a vos”, suena la voz en off.
“Quien gana esta vuelta es... ¿lo digo? ¡Vamos a contar!”, anunció Santiago del Moro, invitando a la tribuna y haciendo crecer la expectativa. “10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1...”, enumeró, al unísono con los presentes en el estudio y con los millones que seguían la final desde sus hogares. Y entonces, lo dijo: “¡¡¡Quien gana esta edición es Marcos!!!”. Y entonces el joven se hundió en el sillón, entre lágrimas. Y Nacho, el otro gran finalista, lo abrazó. Más tarde, cerraría la puerta gritándole: “¡Te lo merecés, te lo recontra merecés!”. Y entonces, por primera vez solo en la casa, el Primo -como se lo conoce a este estudiante de Abogacía oriundo de Salta- se quedó en cuclillas, llorando como un chico, con la pequeña Mora a su lado. Fueron más de cinco meses en el encierro, desde aquel lunes 17 de octubre a esta madrugada del 28 de marzo, en el que se coronó como el ganador de una de las ediciones más exitosas que se recuerde del reality.
Santiago del Moro buscó en el estudio a los padres de Marcos. “Sos la suegra de la Argentina, ¿sabías? -le dijo a la mamá-. ¿Lo ves ganador?”. “Ojalá...”, respondió, nerviosa. Se sumó el papá del Primo, dejando un mensaje de agradecimiento y reconocimiento para el conductor.
Caminando con lentitud, Marcos ingresó al confesionario. “No tengo nada más que pedirles. Todas las expectativas que tuve acá, las cumplí. Vi a mí papá con los ojos llorosos decirme que estaba orgulloso de mí; a mi mamá, feliz; a mi hermana venirse de Francia y a mi hermano, de Estados Unidos. Este recorrido lo voy a guardar siempre en mi memoria y mi corazón”, deslizó.
Nacho entra al confesionario por última vez, aceptando la invitación de Santiago del Moro. “Les quiero agradecer porque me vieron como realmente soy. Este es el verdadero Nacho, no el del casting. Gracias por haberme conocido así. Ojalá ese sobre diga mi nombre: hace muchos días que lo vengo visualizando...”, afirmó.
Julieta llegó al estudio, eufórica. “¡Estoy muy contenta!”, exclama una y otra vez. Abrazo con su familia, beso con su novio, saludo/reencuentro con Romina y Daniela. “¿La verdad? Me lo imaginaba: pensaba que era el tercer lugar. Pero estoy feliz”, le dijo al conductor. “Sentate ahí que esto continua. Después hablamos”, le dijo Del Moro. Y es que la final de Gran Hermano recién comienza...
Apenas veinte minutos después de haber comenzada la emisión, Del Moro anunció que Julieta era la primera eliminada de la final. Tercer puesto para ella. Y todo se dirimirá entre Nacho y Marcos. La joven se quedó con el 19.66% de los votos positivos, ya que a diferencia de las eliminaciones, el público debe votar a quién quiere como ganador.
Santiago del Moro llamó a los finalistas dentro de la casa. “¡No dormí en toda la noche!”, confesó Julieta, sentada en el sillón del living junto a sus compañeros. “Solamente... gracias. Pase lo que pase, esto fue un sueño”, dijo Nacho. “Fue una de las mejores experiencias de mi vida. Es lo más lindo que me pudo haber pasado”, consideró Marcos.