Cuando a Julieta Nair Calvo le sonó el teléfono, jamás pensó que ese llamado le traería la posibilidad de volver a subirse a un escenario en la calle Corrientes y estelarizando un espectáculo al nivel de una producción de Broadway. Del otro lado de la línea, Nico Vázquez y un mensaje claro y directo: “Amiga, tengo esta obra, no se lo digas a nadie, la quiero hacer con vos”. Y así, en la complicidad de una charla informal nacía la dupla protagónica para Tootsie, la adaptación teatral de la película que interpretó Dustin Hoffman en 1982 y que acaba de estrenar en el teatro Lola Membrives.
Pero para los primeros ensayos todavía debería esperar, porque al momento de la propuesta se estaba mudando a Punta del Este por unas semanas para subirse al escenario con Susana Giménez, en Piel de Judas, la producción que Gustavo Yankelevich montó para la diva en Uruguay. “Fue un año fantástico, lleno de cambios”, asegura.
Porque durante 2022 no solo se modificó su agenda laboral sino también, su vida completa. Junto a su pareja, el empresario gastronómico Andrés Rolando, fueron padres de Valentino, un tierno bebé que acaba de cumplir su primer añito y que, asegura, la cambió por completo. Sobre maternidad, compatibilizar agendas y pasiones, habló en una entrevista íntima con Teleshow.
El desafío de Tootsie
En la comedia dirigida por Mariano Demaría, todo el elenco se luce y la platea aplaude a rabiar. En plena función se escuchan risas y los aplausos del final son de pie. Si bien van poca funciones (se estrenó el 16 de marzo) ya se vislumbra que la producción será un éxito.
Tootsie cuenta la historia de un actor de mal carácter y con demasiadas ambiciones interpretado por Vázquez (el personaje se llama Santiago, como el hermano de Nico fallecido en 2016) que lleva años sin ser contratado y, desesperado, decide vestirse de mujer y audicionar para obtener un papel en una obra teatral. Para su sorpresa, queda elegido y gracias a los cambios que sugiere, la puesta se convierte en un éxito, por lo que debe conservar su doble identidad (a la que bautiza como Dorita Sánchez).
Todo cambia cuando se enamora de Julia, su compañera de elenco, interpretada por Nair Calvo (rol que en el filme estuvo a cargo de Jessica Lange), y tendrá que decidir entre seguir con la farsa o darle luz verde a sus sentimientos. “La expectativa es muy grande como es esta producción de nivel internacional la que se mandaron Gustavo (Yankelevich, productor asociado a Vázquez y Preludio), Nico y todos los que forman parte de este monstruo. La escenografía es gigantesca, la dirección, 18 actores en escena y hacer esta película icónica llevada al teatro. Es como dice Nico, Dustin tenía tiempo para cambiarse, maquillarse y acá se hace la transformación en un minuto, y se logra. Tienen que venir y vivir esa magia”, invita entusiasmada.
—¿Y tu personaje, con qué se va a encontrar el público?
—No voy a spoilear nada porque ya todos conocen la historia, pero soy esa compañera de teatro de la que Nico se enamora. Espié todos los ensayos incluso cuando no me tocaba, porque me divierto mucho, me río, y además esta comedia tiene el plus de la historia de amor y es hermoso. Vi la película, ya la había visto y sabía que existía el musical, vi lo que hizo Jessica Lange, entonces lo que hice por indicación de Nico fue basarme en la película, no en la puesta de Broadway, así que intenté hacer lo propio, la versión personal y eso es lo lindo que tiene.
—Cuando te llegó la propuesta dijiste que sí enseguida…
—Sí, sí, sí, primero bueno, somos amigos con Nico. Él me llamó por teléfono y me dijo “amiga, tengo esta obra, no se lo digas a nadie, la quiero hacer con vos” y para mí fue bueno, obviamente sí. De la mano de Gustavo, yo estaba por empezar la obra de Susana en Uruguay con él, así que también fue un buen momento para que él me conociera trabajando. Y pasó bastante tiempo, porque fue hace bastante. Después cuando me llegó el guion me pareció maravilloso, cuando me enteré que iba a dirigir Mariano que nunca había trabajado con él y tenia muchas ganas de hacerlo. Y cuando me fueron diciendo el elenco también, muchos amigos, mucha gente muy talentosa con la que tenia ganas de trabajar hace tiempo y de pronto esta es la oportunidad, así que todo se va dando de una manera muy linda, genuina. Y estoy muy contenta.
—Volvés al teatro siendo madre, se lo ve deambular por acá al bebé, ¿cómo es compatibilizar la agenda de una mujer trabajadora con un bebé tan chiquito, estás amamantando?
—Sí, estoy amamantando. Es complejo, vamos a decir la verdad, todas lo sabemos pero se puede. Es importante tener una red de contención, en lo posible alguien te ayude: tu mamá, una amiga, la abuela. Bueno, mi pareja también, el papá de Valen esta mucho con él, tenemos la posibilidad de que él también se pueda quedar, entonces tratamos de formar bien ese equipo para yo también estar tranquila trabajando viste, porque sino una también está trabajando y con la cabeza dividida en “¿estará bien? ¿Tendrá hambre?” Y hay que estar lo más tranquila posible con eso, entonces gracias a Dios tengo la posibilidad de que Rolo se pueda quedar con él o que en este caso lo vino a buscar mi mamá con mi papá para que puedan estar un ratito, y a la vez trabajar y frenar unos minutos para darle teta y volver, y así pero se puede. Y para mí es maravilloso saber que mi hijo me acompaña, que me pueda acompañar y que yo también lo pueda acompañar a él en su proceso de crecer y de ver la vida. Me emociona mucho, hoy vino al teatro, a este y por primera vez caminó acá por la platea, y vio el escenario y estaba así fascinado y es un recuerdo que nos va a quedar para toda la vida.
—¿En qué te cambió la maternidad, imagino que en muchas cosas como a todas porque es una experiencia transformadora, pero qué notás distinto en vos puntualmente?
—Estar embarazada fue un estadío que disfruté mucho, a veces pasa que la pasás mal, pero lo pasé increíble, me sentía superpoderosa, sentir que estaba creando vida adentro mío fue algo que no había imaginado ni en películas. Si bien obviamente sabía lo que era, lo que se siente es algo que no se puede ni describir. Y esa sensación de tener ese superpoder siento que me quedó un poco. Y eso de que las cosas que antes me importaban mucho, pierden valor porque el foco está puesto en otro lugar y eso me parece que también lo pude trasladar al trabajo. No es poco: una presencia de un superpoder que me ha dado ser mamá que es maravilloso.
—Es toda una organización salir de casa con un bebé tan chiquito y jornadas largas de trabajo...
—Para los ensayos estuvo con Rolo, una chica que nos ayuda, mi mamá, mi suegra. Y ya para las funciones es otra lucha: algunas noches se queda con mi mamá, otra mi suegra, otra mi marido pero él también trabaja de noche entonces hay que acomodarse, algún dia por ahi venga acá y estará en el camarín conmigo. Está en la época de que empezó a caminar en estos días, todo el mundo me dice “buena suerte”, porque uno quiere que caminen y cuando caminan es un montón, pero esta bien. Yo creo que me voy a organizar bien, son cuatro días, de jueves a domingos.
—Es una preocupación de las mujeres eso de tener que salir a trabajar y buscar una persona que cuide a los chicos, no es algo que comprometa tanto a los hombres, ¿lo ves así?
—Siempre digo que tengo mucha suerte, que no debería ser suerte, debería ser algo normal pero lamentablemente no, sé que en muchas familias no sucede. Tengo la suerte de que él puede estar y ponerse a la misma par que yo porque por ejemplo tuve jornadas de 8 o 9 horas ensayando y me quedo muy tranquila que está con su papá. Cuando hice lo de Susana, Valen tenía 3 meses y me acompañaron a Uruguay y estuvo buenísimo para que tengan un vínculo más cercano. Viste que al principio pasan más tiempo con la mamá pero ellos allá ganaron tiempo juntos, está acostumbrado a cuidarlo desde muy chiquito, está buenísimo así que recontra feliz de poder armar este equipo para poder trabajar tranquila.
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