Última semana de Gran Hermano (Telefe) y se vivió un lunes tenso en la casa con el reingreso de los tres primeros eliminados de la competencia. Tomás Holder, Martina Stewart Usher y Mora Jabornisky volvieron a instancias del Gran Hermano para hacer campaña por alguno de los tres finalistas; es decir, Julieta Poggio, Marcos Ginocchio y Nacho Castañares.
“Vas a entrar a la casa, te van a preguntar de todo, no des mucha data, esperá que entren tus compañeras y después cuando, yo les pida, van a revelar a quién van a bancar. Recuerden no llevar del afuera, tenés que recolectar votos por el jugador o jugadora que te toque”, advirtió Santiago del Moro a Holder cuando llegó al estudio.
Después apareció en escena Martina, quien en la previa había prometido en sus redes sociales llevar un pañal para descolocar a Julieta. Pero el conductor la frenó. “Tenés que tener en cuenta que hace más de cinco meses aislados, están sensibles, desconocen todo lo que viviste y viste, así que andá a pasarla bien. Esta es una posibilidad única que te da Gran Hermano y sabés que cualquier cosa que se pique, afuera. Disfrutalo”, le pidió.
Así, el primero en ingresar a la casa fue el influencer rosarino, quien al ver las caras de desconcierto de los finalistas, los felicitó. “Los vi siempre en la tele, afuera la rompieron toda, llegaron re lejos”, les dijo Holder. Después de los saludos de rigor, que incluyó unas caricias a la perrita Mora, Del Moro le pidió que se fuera a una de las habitaciones: quería saber cuáles eran las sensaciones de los finalistas.
“Es muy loco, aparte hace cinco meses que no lo veíamos”, dijo Nacho. “Vino con buena onda, parece...”, arriesgó Poggio. Dos minutos después, abrió la puerta Martina. Y las caras de los tres se congelaron hasta que brotaron unas risas nerviosas. “No me odien, vengo en son de paz. ¡Felicitaciones!”, se atajó la profesora de educación física y les dio un abrazo a los tres, además de anunciar que le trajo un regalo a la perrita.
“Ay, qué lindo tenés el pelo”, elogió Julieta las ondas de la recién llegada, intentando disipar la tensión. “Chicos, no puedo creer que estoy en la final, ¡la puta madre!”, celebró Martina y terminó de poner tensos a los tres. Luego se reunieron todos en la habitación en la que esperaba Holder y fue mejorando la sintonía. “Marcos, ¡qué bueno que están tus amigos!”, le dijo Stewart Usher al salteño, quien también se enteró que uno de sus mejores amigos salió de fiesta con el rosarino.
“¿Cómo llevan tantos meses de encierro?”, quiso saber Tomás. Y Nacho respondió con honestidad brutal: “Como que ya se volvió una costumbre. Realmente, pensar en salir nos da un poquito de cagazo”. Justo ahí fue el ingreso de Mora, quien hizo su saludo de manos especial con Castañares y les gastó una broma a todos: “Están re viejos ustedes, qué onda... ¡Los mató Gran Hermano!”.
Al estar los tres reingresantes, Del Moro volvió a enlazarse con la casa para explicarles qué estaban haciendo ahí. “Gran Hermano invitó a los primeros tres eliminados a compartir esta semana con ustedes. La misión de ellos va a ser acompañarlos. Van a ser algo así como sus jefes de campaña. A quién eligió GH para que los vote, ustedes van a tener que compartir la semana con ellos. Es decir van a tener que dormir en camas próximas. Por ejemplo, si a Nacho le toca con Holder, van a tener que dormir juntos”, explicó el conductor.
La primera en revelar quién le había tocado fue Mora. Del Moro le pidió que se quitara la camisa y quedó al descubierto que la remera llevaba impresa la leyenda “Marcos al 9009″. Es decir, será la compañera del salteño. Y sobre el final de la emisión, se supo cuál era la misión de los otros dos: Holder competirá junto a Julieta y Martina con Nacho. “La campaña ya empezó, disfruten la semana, la casa es de ustedes y en una semana, esto termina”, cerró Del Moro.
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