La expectativa era alta. Luego de tres ediciones con participantes famosos, el reality de cocina Masterchef Argentina (Telefe) volvió a su formato original con cocineros alejados de la exposición mediática. “Llegó el gran día”, dijo Germán Martitegui y fue lo primero que se escuchó de esta nueva temporada. Tras la presentación de Damián Betular y Donato de Santis, completando el ya clásico tridente de jurados, apareció en pantalla Wanda Nara, la flamante conductora.
“¡Bienvenidos a Masterchef! Las cocinas más famosas del mundo se preparan para abrir sus puertas totalmente renovadas y con sorpresas. En esta temporada se inscribieron más de 10 mil cocineros amateurs de todo el país que sueñan con cambiar sus vidas... Serán dos días en los que el jurado elegirá 24 cocineros que pasaran a la siguiente fase y seguirán compitiendo con el gran objetivo de convertirse en los 16 participantes de esta temporada”, explicó la empresaria la dinámica de este inicio.
Wanda siguió explicando el juego: “Cada uno trajo los ingredientes para realizar su mejor plato. Para hacerlo tendrán solo 50 minutos. Luego deberán recorrer el largo pasillo que los dejará cara a cara con el jurado. Y tendrán 5 minutos más para terminar su receta y emplatar. El objetivo será conseguir el delantal que los lleve a la siguiente etapa. Y para eso deberán obtener la aprobación de dos de los tres jurados. Todo viaje por más largo que sea, comienza con un primer paso. Ese primer paso lo vamos a dar juntos. ¡Bienvenidos a Masterchef!”, cerró la presentación de Nara.
A continuación, se la vio a la conductora visitando las estaciones para darle charla a los participantes y empezar a conocer sus historias antes de tener que enfrentarse con los exigentes jurados. Sin embargo, una de las participantes llamó la atención por sus palabras apenas tuvo cara a cara a quienes decidirían su futuro en el ciclo.
María Alejandra recibió la bienvenida por parte de Martitegui y tras ello presentó su plato: “Hoy hice una empanadota, porque era una receta que me hace acordar a mi abuela”. El chef intentó averiguar por qué la mujer creía que tenía que ser parte del ciclo, y ella contestó: “Yo tengo muchas ganas de entrar, una, para que mi abuela tenga el reconocimiento que por ahí no tuvo cuando falleció. Mi abuela era Blanca Cotta. Y yo no soy ella, humildemente vengo a aprender con ustedes para poder parecerme un poquito a lo que ella hacía que era todo genial”.
La cara de sorpresa del jurado era indisimulable y el propio Martitegui fue quien tomó la palabra para dejar algunos puntos en claro: “Te quiero corregir, tu abuela tiene un gran reconocimiento de toda la comunidad gastronómica y ha sido una gran cocinera argentina. No sé cómo te va a ir a vos, pero quiero dejar eso claro”.
Tras ello llegó el momento en que el jurado que le había hecho la aclaración se levante de su silla para probar el plato, momento en que Alejandra reconoció: “Soñé toda la noche con esto”.
El primero en probarlo fue Martitegui, quien no opinó. Tras él, Donato, que le consultó si creía que la masa había quedado bien. A lo que ella respondió que le faltó un poco de crocante abajo. Para finalizar, Betular, quien estaba interesado en saber si ella estaba nerviosa. y recibió una afirmación como respuesta.
Y el momento de las devoluciones del jurado llegaron con Germán en primer turno: “No sé si el hecho de que tu abuela sea Blanca Cotta me predispone ya a que me caigas bien de alguna manera. Me parece que la parte emotiva del plato gana. Para mí es un sí”. Las lágrimas de María comenzaban a brotar.
Por su parte, Donato aseguró: “Es lindo ver estas emociones que la cocina brinda. Los recuerdos, los sabores, nos encontramos. Pero lamentablemente para mí es un no”. Llegaría el turno del último jurado, quien debía definir si ella continuaba en carrera o no, y era Betular, quien explicó: “Parte de esta selección es que en estos cinco minutos nos muestren algo. Vos lo trajiste hasta emplatado. Lamentablemente para mí es un no”. Tras agradecer, María Alejandra se retiró y no podrá continuar en la competencia.
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