La reencarnación de Catupecu Machu en Lollapalooza 2023: la energía renovada para los hits de siempre

El grupo de Fer Ruiz Díaz se presentó en su versión a dos baterías y la energía arrolladora que trae de fábrica. Pogo, mosh y el recuerdo eterno de Gabriel

Catupecu Machu se presentó en Lollapalooza 2023

Como pocas bandas de la vasta escena del rock argentino, Catupecu Machu pareció haber nacido para tocar en Lollapalooza. Quizás sea el halo alternativo que los acompaña desde sus inicios, hace casi 30 años; o bien la épica cancionera y de estadios que supieron construir; acaso la presencia arrolladora de un frontman como Fernando Ruiz Díaz. O la suma potenciada de cada una de las partes. Lo cierto es que el destino hizo sus rodeos y recién en esta edición los caminos se cruzaron para concretar uno de los grandes momentos de la jornada del sábado.

El show de Catupecu fue un repaso por sus grandes éxitos y un homenaje permanente a Gabriel Ruiz Díaz, quien fundó el grupo con su hermano Fernando. El bajista falleció en enero de 2021 luego de estar 15 años internado tras sufrir un accidente automovilístico. Su estrella guio los pasos de su hermano, quien mantuvo su recuerdo en cada escenario y lo destacó como el “motor” de este Catupecu modelo 2023.

En esta etapa de la banda, Fer eligió no hablar de “vuelta” ni de “regreso” sino de “reencarnación” y la definió como de “power trío a dos baterías”, y marcada por el regreso de Abril Sosa, a 20 años de su salida. Junto a él en los parches, está Julián Gondels, mientras que el bajista Charles Noguera equipara la simetría como partner escénico del líder.

Fer Ruíz Díaz y Charles Noguera, las cuerdas del grupo (Gustavo Gavotti)
Julián Gondels y Abril Sosa, las baterías

El comienzo con “Magia Veneno” funcionó como chispa inmediata para que cada uno de los presentes visite su momento Catupecu. Verborrágico como siempre, Fer recordó su paso por el festival junto a Lisandro Aristimuño, dijo que no creía que fuera a reunirse Catupecu Machu y honró a Massacre como una de las bandas más increibles de Argentina, antes de su versión de “Plan B, anhelo de satisfacción”.

El grupo siguió viajando al pasado con “Perfectos cromosomas”, con una coda de “Mírame”, tema de Cuentos Borgeanos, el grupo que lideró Sosa luego de su salida del grupo. “En los sueños”, “Metrópolis nueva” y otra vez Fer al micrófono para recordar al hermano omnipresente.

“Somos cinco tocando acá, y está Gabi”, sintetizó antes de empezar a capella “A veces vuelvo”. Fue un instante nomás, enseguida se sumó el público y terminó de conformarse el cuadro. En el frente del escenario, los cuatro músicos en comunión, un instante místico, antes de volver a posiciones y retomar la versión tradicional de uno de los himnos del grupo.

La gente, parte fundamental del show

Para “Eso vive”, se vivió un cruce generacional, algo que parece marcar el pulso de esta edición del festival. El que ingresó a puro salto y arenga fue Ca7riel, para ponerle voz al clásico bolichero. Fer le pidió “luces estroboscópicas” a los stages y los pies “a 80 centímetros del suelo” al público, y todos cumplieron.

“Viva la música nueva, y ahora vamos a tocar una canción vieja”, dijo el líder antes de despedir al invitado y de ejecutar el inconfundible riff de “Dale!”. La versión fue otro viaje en el tiempo, a los escenarios de Cemento y del under, con pogo y mosh como si no hubiera mañana. Hasta los bateristas se tentaron y quisieron ser parte de la fiesta. Esa que se vivió con Catupecu Machu, un grupo que se debía un Lollapalooza y reencarnó para contarlo.

Fer Ruiz Díaz, frontman y guía de Catupecu Machu (Gustavo Gavotti)

Seguir leyendo: