Faltan pocas semanas para que termine Gran Hermano, el ciclo más exitoso de la televisión argentina, y las especulaciones de quién será finalmente el ganador de los 15 millones y una casa están a la orden del día. En ese contexto, todo lo que va pasando día a día también sorprende y le da nueva vida al certamen.
Hace una semana, Alfa, que ya se había ido de la casa, volvió a ingresar a pedido de Gran Hermano con varias consignas. En principio, entró con una valija en su mano, cuyo contenido se desconoce. Y por otro, tuvo algunas pautas muy bien definidas por la producción para sorprender y hasta alterar a los jugadores que han quedado adentro del reality.
Así fue como apenas puso sus pies en el patio, cuando los participantes lo vieron venir caminando por el pasillo hacia la casa, tuvieron reacciones diferentes. La primera que salió corriendo a abrazarlo fue Camila, porque había entablado una amistad muy fuerte con el sexagenario, que en algún momento pareció dar a entender que había otro tipo de relación entre ellos. Incluso, el mismo Gran Hermano los había convocado al confesionario para preguntarles si ellos se sentían cómodos con esta situación o si los incomodaba. Como ambos negaron sentirse mal con esto, siguieron adelante aunque todo se distanció cuando Alfa abandonó el certamen.
Así fue como apenas puso sus pies en el patio, cuando los participantes lo vieron venir caminando por el pasillo hacia la casa, tuvieron reacciones diferentes. Romina no lo podía creer, Julieta estalló en llanto por la impotencia que le daba pensar que entraba para jugar por el premio y Marcos y Nacho permanecieron expectantes.
Por esa razón cuando el exvendedor de autos apareció súbitamente una noche adentro de la casa, Camila no pudo contener su alegría. Cabe recordar que por esos días, la exjugadora de Morón se sentía muy sola ya que no había podido entablar un vínculo fuerte con nadie más, desde que ingresó a mediados de diciembre, durante el repechaje.
Sin embargo, Walter Santiago mantuvo una distancia con ella y se le acercó mucho más a Romina, con quien estaba peleado al momento de abandonar el certamen. Vestido con un traje smoking negro, muy elegante y bastante serio y callado, permaneció apenas unos minutos, compartió un café con sus excompañeros y les dejó un objeto: una valija que no podían abrir ni averiguar su contenido hasta que Gran Hermano lo autorice.
Así las cosas, lo que había adentro de la maleta era un secreto muy bien guardado, hasta que en la noche del viernes, durante La noche de los ex, en el ciclo de Telefe, Roberto Funes Ugarte preguntó a todo el panel qué pensaban que guardaba adentro. “Un celular hay”, reveló Alfa contundente y con total seguridad.
En ese instante, el resto de los participantes empezaron a hablar al unísono para desviar la atención de lo que había dicho el sexagenerio. “Para mí pesa como cinco kilos”, dijo el exjugador Diego Leonardi, mientras la cámara lo enfocó al conductor tomándose la cabeza. De inmediato, Alfa quiso remediar lo que había dicho: “Yo no tengo la menor idea de lo que tiene eh, yo entré con la valija cerrada”. Pero ya era tarde y la respuesta la había lanzado al aire, en vivo y en directo.
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