Lo que no se vio del reencuentro de Marcos y su papá en Gran Hermano: la historia del poema y los regalos que le llevó

En diálogo con Teleshow, José Ginocchio contó cuándo escribió la carta que le entregó a su hijo, cómo fue la decisión familiar para que fuera él a verlo y qué le dejó para el final de su estadía en la casa más famosa del país

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El emotivo reencuentro de Marcos con su papá (Video: "Gran Hermano", Telefe)

José Ginocchio durmió poco. Se acostó más tarde de lo normal y con los sentimientos y emociones a flor de piel. Recién este viernes por la mañana comenzó a entender lo que sucedió el jueves por la noche cuando se reencontró con su hijo Marcos adentro de la casa de Gran Hermano. “Me duele la cabeza, el cuello, me duele el cuerpo de la emoción. Estoy cansado, pero en paz. Pude revivirlo ahora porque estando ahí no se siente. Me temblaba todo antes de entrar y me siguió temblando hasta que me acosté”, dice a Teleshow el hombre que abrazó a su hijo menor después de cinco meses.

Aquel abrazo conmovió a toda la televisión argentina. Duró más de cinco minutos, tiempo en el que los hombres no hablaban, apenas balbuceaban. Es que en ese momento las palabras sobraban, había que disfrutar de ese contacto físico, el que tanto anhelaban desde octubre del año pasado, cuando se vieron por última vez, cuando José acompañó y despidió a Marcos en la puerta de la casa más famosa del país.

“Estaba preocupado por él, tenía una imagen distinta, pensaba que iba a estar golpeado, muy mal. Pero lo vi muy bien, me voy contento”, dice José con voz de alivio del otro lado del teléfono, la misma tranquilidad que le transmitió a su exmujer, Carola, quien vivió el emotivo reencuentro desde su casa en Salta. “Quería verlo en vivo para sentir su estado emocional y físico. Lo vi entero y me sorprendió su fortaleza. Me voy tranquilo y contento por haber podido transmitirle el amor de su familia y de sus amigos”, agrega quien se destaca como subsecretario de Limpieza Urbana de Bettina Romero, la intendenta de Salta capital.

La producción de Gran Hermano convocó a diferentes familiares de los participantes que están en la recta final para que los visitaran y vivieran un encuentro íntimo y necesario, después de tanto tiempo sin verse. Semanas atrás, cuando propusieron que un pariente ingrese a la casa y sea parte del juego durante unos días, José y Carola se habían negado porque para preservar su intimidad. Aquel pedido coincidió con la visita de su hija Valentina al país y la familia consideró que a Marcos le haría muy bien tener a su hermana cerca. “Fue la nominada de la familia”, bromea José. De esa manera, la joven ingresó, se ganó el cariño del público y terminó otorgándole el liderazgo al participante. Además, vivió una semana cargada de emoción por el reencuentro con el joven de 23 años.

Y en esta oportunidad, sabiendo que visitarían al participante por unos minutos, la familia volvió a reunirse para ver quién sería su representante. “Si bien tengo una función pública, huyo de las cámaras y salgo solo cuando me lo piden. No nos gusta exponernos en público”, explica José sobre la decisión que tomó junto a Carola, de quien se separó hace 12 años y con quien mantiene un excelente vínculo por sus hijos.

“No me parece que yo tenga que estar, no sé cómo estoy, si me trabo... andá vos”, le sugirió ella a su exmarido y eligió grabarle un video con un saludo a Marcos que lo hizo llorar.

El mensaje de la mamá de Marcos (Video: "Gran Hermano", Telefe)

Valentina ya había entrado, su otro hijo -también llamado José- vive hace más de 10 años en los Estados Unidos, su exesposa tenía vergüenza. Con este escenario planteado, José padre tomó coraje y enfrentó a las cámaras, lo que sea con tal de reencontrarse con Marcos. Llegó a Buenos Aires el jueves a las 15 y ya estaba temblando. “Al principio estaba muy nervioso”, dice quien seguía temblando cuando regresó al hotel en el que se hospeda hasta el lunes cuando regrese a Salta. “Será por eso que me duele tanto el cuerpo”, sostiene.

“Los dos necesitábamos este reencuentro. Estando aislado tanto tiempo uno extraña mucho a la familia. Amo profundamente a cada uno de mis hijos y ayer le entregué a Marcos toda la fuerza que necesitaba. Todos me decían que le diera un abrazo en representación de su familia, sus amigos”, continúa José y destaca que cuando despidió a su hijo en octubre no dimensionó lo que significaría no volver a hablar ni a tener contacto físico con él. “Verlo emocionado en televisión, y con todo lo que le pasa, hace que uno a veces se sienta impotente, con ganas de ir a verlo. Pero es su decisión y no nos queda otra que acompañarlo”.

Otro gran momento emotivo sucedió cuando José leyó un poema que le escribió a su hijo. En diálogo con Teleshow, reveló que se trata de un manuscrito que tiene entre dos y tres años y que consideró que este era el momento adecuado para entregárselo a Marcos y leérselo por primera vez. “Cuando estoy con mis sentimientos así, y me siento impotente por no poder llegar a algo, lo demuestro de esta manera”, dice quien heredó de su madre poetiza la pasión por la escritura de poemas y poseías. Y recalca que también le ha escrito a sus otros hijos, José y Valentina.

“Pienso que va a ser un gran aliento para él tener plasmada en un papel la emoción de cada uno de nosotros. No sabía si se la iba a poder quedar, y gracias a la producción que lo dejaron”, continúa sobre el poema que Marcos lleva consigo desde anoche.

La carta que escribió el papá de Marcos (Video: "Gran Hermano", Telefe)

José, además, tenía un rosario en sus manos. “Lo llevo todo el tiempo conmigo, me acompaña mañana, tarde y noche. Mi conexión con Dios es muy importante, es estar siempre en presencia del supremo. Él defiende la vida, la muerte y la enfermedad”, destaca quien también aprovechó la oportunidad para dejarle a Marcos la estampita de la Virgen del Perpetuo Socorro. “Me siento contento de que me hayan permitido dejársela”, agradece nuevamente el gesto de la producción del programa.

También cuenta que le acercó comida a su hijo. “Marcos tiene una dieta que prácticamente come cosas muy sanas. Le llevé proteína, frutos secos. En su dieta hay mucho jugo de verduras y jugo de frutas. Tiene una disciplina y come muy sano. Era importante sumarle eso”, dice sobre el joven que semanas atrás contó que cuando era chico tuvo algunos problemas alimenticios.

Ginocchio recuerda que sucedieron cuando Marcos tenía 12 años y sufrió la separación de sus padres, seguida de la partida de sus hermanos, que hoy viven en el exterior. “Quedó solo prácticamente, su adolescencia quedó cortada en cuanto a poder compartir con sus hermanos. Lo vivió como un duelo sentimental y repercutió en sus problemas alimenticios, de alguna manera no podía digerir las comidas. A los 14 años comenzó a mejorar, tomó una actitud de disciplina increíble en su vida. Es una persona muy metódica, muy allanada. Se capacitó en todo lo que hace y hoy no tiene ningún trastorno”, celebra José destacando cómo el joven estudiante de abogacía logró salir adelante.

“Lo importante en la vida no es lo que te pasa sino cómo salir, Marcos es un ganador en haber afrontado todas esas situaciones”, reflexiona.

José, junto a dos de sus hijos, Marcos y Valentina (Facebook)
José, junto a dos de sus hijos, Marcos y Valentina (Facebook)

El funcionario cuenta que el mayor momento de preocupación lo tuyo cuando vio a su hijo menor llorando con Valentina en una charla íntima en la que se replanteó cuál sería la mirada de sus familiares desde afuera. “Pensábamos que estaba quebrado, pero es lógico que se quiebre emocionalmente después de tantos meses de aislamiento. Lo viví muy emocionado, muy orgulloso de sus palabras y el concepto que tiene como persona”, dice y agrega: “Las palabras las tenemos en lo más profundo del corazón, para mí esas palabras eran joyas y perlas para mí”.

En tanto, indica que recuperó la tranquilidad cuando vio recuperarse al participante. “Pensamos que se iba a seguir quebrando, pero es una persona fuerte, de alguna manera vuelve a flote, resurge. Hoy me voy realmente tranquilo, pensaba que estaba más tocado, pero sentir que él está tranquilo me da paz”, asegura.

Y vuelve a hablar de la espiritualidad en su familia: “Somos creyentes espirituales pero también tenemos la bajada a la tierra, estos valores tienen que ser puestos en valor, valga la redundancia, a prueba en la tierra. Y creemos que lo más importante es la familia. El amor todo lo cura, no tiene distancia, no tiene tiempo, el amor es lo único que sana y que vale en la vida”.

Marcos es el primer finalista de la edición de este Gran Hermano. Nacho, Julieta y Romina están nominados, uno de ellos abandonará la casa por decisión del público el próximo domingo y los otros dos lo acompañarán hasta la final que se emitirá el lunes 27 de marzo por la pantalla de Telefe. Aquel día, independientemente del orden en que salga, se reencontrará con su familia, que lo estará esperando y apoyando. “Él es auténtico, original, transparente, vive por sus actitudes y sus actos. En mi interior siempre estuve muy tranquilo de verlo así, es la garantía más expresa que uno puede tener, que sus valores lo definan”, resalta José que ahora sí, regresa tranquilo a Salta, sabiendo que dentro de unos días volverá a tener cerca a Marcos, sin verlo a través de una pantalla.

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