Las dudas del veterinario de Gran Hermano sobre el destino de Caramelo: “¿Romina va a darle el tiempo que necesita?”

El especialista se refirió a lo sucedido con los perros de la casa en los últimos días y la posibilidad de que la exdiputada adopte uno

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Habló el veterinario de Gran Hermano y sembró la duda

Desde la llegada de los perros Caramelo y Mora a la casa de Gran Hermano se generó una polémica primero respecto de qué tan capacitados estaban los participantes para poder cuidarlos y atender sus necesidades, y luego el tema giró en torno a quiénes querían quedarse con alguna de las mascotas.

Desde un comienzo Romina Uhrig pidió quedarse con uno de ellos. Aun sin haberles puesto nombres, la exdiputada afirmó que quería adoptar al de color caramelo. Y ese fue el nombre que después le pusieron entre todos, Caramelo y a la otra, Mora cuando advirtieron que no era un macho sino una hembra. Desde entonces, todos cuidan de los perritos, aunque Romina ya les anticipó a todos que se llevaría al perro para sus nenas. La otra eligió a Marcos Ginocchio, quien también aceptó adoptarla y llevársela a Salta no bien termine el certamen.

Sin embargo, los perros son hermanos y están todo el día juntos. Juegan, saltan, interactúan con los participantes y duermen porque son cachorritos. Los usuarios de las redes sociales advirtieron que ellos están mucho más con Marcos y que, según dicen, lo prefieren antes que a la exdiputada.

El lunes los hermanitos se sorprendieron cuando entró Santiago Del Moro a la casa por la clásica pantalla de televisión que tienen en el living y les dijo que esa noche Romina recibiría una visita inesperada. Así las cosas, la joven de Moreno se emocionó cuando el conductor le avisó que estaban sus tres hijas listas para el reencuentro.

Entre tanta emoción, Romina tuvo tiempo de jugar con ellas en la plaza blanda que habían instalado y luego le pidió al Gran Hermano si podía llevar a Caramelo para que conociera a las chicas. Y el dueño de la casa le concedió el deseo. Después, ella quiso volver a buscar a la otra perrita, Mora. Pero Gran Hermano no le respondió y la exdiputada siguió disfrutando de sus nenas.

Gran Hermano: el primer baño de los cachorros en la casa

Sin embargo, las redes estallaron cuando los usuarios interpretaron lo que quiere hacer Romina para quedarse finalmente con los dos cachorros. Al parecer, ella sugirió que no era buena idea separar a los hermanitos, y que lo adecuado sería que la mascota también se fuera con ella a Moreno para jugar con las nenas.

Quien también se refirió a los perritos fue el propio veterinario de la casa, Gustavo Marín, quien aclaró respecto del hecho de que los cachorros continúen su vida en la casa de alguno de los integrantes del reality: “Lo que les dejamos en claro es que en lo posible les dejen hacer una vida libre, que no estén todo el día a upa, porque en realidad van a reaccionar, les va a molestar”, recomendó y explicó: “No todos los perros son iguales, son como nosotros, hay gente que tiene carácter mejor, otra peor. Los perros son iguales y hay que respetarlos, y el respeto implica darles su lugar de animal, cosa que no sucede en muchas familias”.

También se refirió al futuro de los animales y a la posibilidad de que los hermanos continúen juntos la convivencia en otro hogar o que los separen: “Para mí es indistinto -aseguró-. No tienen por qué vivir juntos, creo que a cada uno le haría bien tener su familia, pero también podría pasar que vayan juntos y estarían bien, pero no me parece que sea una condición sine qua non decir que tienen que irse juntos”.

Transcurridos los días y teniendo en cuenta que se acerca el final del ciclo, Marín volvió a tomar la palabra: “A ver, Romina o quien sea, ¿tiene posibilidades de tenerlo? ¿Dónde vas a vivir? ¿Vas a darle el tiempo que necesita? Y toda una serie de preguntas que vamos a ella como al que sea que fuera el que quiera adoptar, para darnos cuenta si realmente esta persona está capacitada o tiene posibilidades de responder a la tenencia”.

“La gente sintió que la niña que tuvo más tiempo al cachorro encima lo agarra, lo subía, lo ponía, estaba enamorada, pero imaginate lo que era para esa nena encontrarse con la madre y con esa situación. Y la gente estaba muy preocupada porque parecía que lo consideraba un juguete y los perros no son juguetes, eso está claro, y eso los adultos tenemos que enseñárselo a los chicos”, explicó respecto de lo vivido en el SUM entre Romina y sus hijas.

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