Aunque ya hace varios días que Camila Lattanzio fue eliminada de Gran Hermano, su estadía por la casa más famosa del país sigue teniendo repercusiones. Lo que ocurrió es que la joven de Morón ingresó al juego a mediados de diciembre del año pasado, durante el repechaje en el que también entró Ariel Ansaldo.
En ese momento, ella se mostró más alegre y entusiasta que el jugador de Berazategui y enseguida intentó incorporarse al grupo. Sin embargo, las mujeres no lograron entender cuál era su juego desde un comienzo, cuando lo primero que hizo fue acercarse a Alfa. Después, los hermanitos dedujeron que lo había hecho porque como ella había visto parte del programa de Telefe cuando estuvo afuera, pudo ver que el sexagenario era más fuerte que el resto.
Así las cosas, la profesora de piano tuvo un único aliado adentro del reality, y era Walter. Con el correr de los días este distanciamiento con el resto de los participantes se hizo más notorio y había llegado un punto en el que casi no le dirigían la palabra.
El día que se fue eliminado el exvendedor de autos, Camila se quedó sola, pero por suerte para ella esa semana entraron los familiares al juego y recibió la visita de Florencia, su hermana gemela, quien se quedó varios días.
Durante ese tiempo, la joven tomó fuerzas nuevamente y pudo enfrentar a sus compañeras, en especial a Romina y a Julieta. En uno de los ultimos días juntas, fue muy notoria la diferencia de opiniones cuando Santiago Del Moro les contó que iban a ingresar otros exparticipantes a la casa. En ese momento, algunos exhermanitos se presentaron a través de unos cortos videos mandándoles mensajes a los jugadores. Algunas, como fue el caso de Martina y Juliana, les dedicaron palabras muy duras a la joven de Villa Devoto y a la exdiputada.
Entonces, Camila, al contrario, se mostró feliz y agradecida de escucharlas y de verlas a través de la pantalla. Era muy evidente que cada participante que no quería a Julieta o a Romina, ella lo apoyaba con palabras de alegría. “¡Ay, qué emoción, qué lindo verlas”, había dicho en relación a los videos de sus excompañeras que acababan de defenestrar a Romina y a Julieta.
Al día siguiente, Camila quedó eliminada del certamen por el voto del público y apenas salió, durante el debate del ciclo, expresó que había podido entender que la trataran un poco indiferente “porque era un grupo ya armado”.
Sin embargo, durante el miércoles, la amiga de Alfa estuvo invitada al estudio de A la Barbarossa, el programa de Telefe. Allí, cuando le consultaron sobre su estadía en la casa, fue contundente: “La pasé muy mal, hubo días que estuve a punto de irme, yo iba al confesionario a hablar con Gran Hermano a decirle que me quería ir”. Y luego, estalló en llanto al recordar la relación que tenía con sus excompañeras. “La pasé muy mal, Romina y Julieta me trataban mal, me echaban de la habitación, no me hablaban. Me había apagado y me quería ir a la mierda... le pedía siempre a Gran Hermano que por favor, que ya no aguantaba... me ponía a llorar en el confesionario y Flor me dio la luz que me faltaba para poder seguir”, aseguró Camila mientras se la escuchaba con la voz quebrada.
Entonces, ante las insistentes preguntas de los panelistas, ella agregó: “Me trataban muy mal, me aislaban, yo no la pasé mal, la pasé súper mal muchas veces”.
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