En el mano a mano contra Romina Uhrig, Camila Lattanzio quedó en el camino y se convirtió en la hasta ahora última eliminada de la casa de Gran Hermano (Telefe). Ocurrió tras recibir el 60% de los votos negativos y así la exdiputada mantuvo su lugar junto a Julieta Poggio, Marcos Ginocchio y Nacho Castañares.
Este lunes, al ingresar al estudio de El Debate -conducido por Santiago del Moro y con la presencia de varios eliminados anteriores-, lo hizo con su característica efervescencia y abrazada a su oso de peluche enorme. “¡Qué flashero todo!”, atinó a decir ella tras recibir un aplauso de parte de todo el estudio. “¿A Alfa ya lo viste? Andá a darle un beso”, le propuso el conductor y ella salió corriendo a su encuentro con Walter Santiago, con quien mejor relación trabó durante su estadía en la casa.
Así, los exparticipantes se fundieron en un cariñoso abrazo adelante de todos, mientras carcajeaban emocionados por la situación. “Ay, Alfita, Alfita... ¡Estás igual!”, le dijo ella en broma al sexagenario, lo que provocó que ambos se pusieran a saltar divertidos. Y después, Camila saludó con un puño a Daniela, Thiago, La Tora y Ariel, a pura risa.
“Yo siempre pienso que todo pasa por algo, realmente. Cada uno tiene su destino y este es mi destino. Por algo es que salí. Cuando quedo mano a mano, me rindo. Si tiene que pasar, va a pasar. Trato de verlo el lado positivo a todo”, dijo con respecto a su eliminación.
En cuanto al vínculo que tuvo con las mujeres adentro de la casa, admitió no haber sido tratada de la mejor manera. “Y... Es difícil entrar a un lugar donde un grupo ya está armado. Te hacen sentir mucho eso de que no sos parte. Pero me trataron mejor de lo que esperaba. Fue muy complicado. Hubiese querido entrar con todos, mi sueño era entrar a la casa”, contó.
También le preguntaron sobre su vínculo con Marcos, el cual estuvo bajo la lupa de los televidentes que notaron ciertas actitudes invasivas de parte de Camila. “Él me parecía súper lindo y al estar solamente entre esas personas, es como que te gusta más. De Marcos me gustaba que sea muy tranquilo, me atrae lo tranquilo, me gustaba que se ponga alpargatas... Eso me llamaba la atención”, dijo. Y cuando le preguntaron por su también comentada relación con Alfa, la descartó de plano: “A él no lo veo de esa manera”.
“La estaba pasando muy mal, me quería ir. Sentí que era todo feo”, dijo cuando le preguntaron por los días previos al ingreso de su hermana Florencia a la casa, en donde se la vio con el ánimo por el suelo. Y al recordar aquel momento, se quebró. “La pasé mal, me costó mucho integrarme, yo no estaba lista para eso... Esperen un segundo que me tengo que controlar”, se interrumpió al no poder seguir hablando. Así las cosas, Del Moro la contuvo y le extendió un pañuelo para secarse las lágrimas. “Quizás no estaba preparada para entrar a la casa. Y me apagué”, insistió ella, muy emocionada.
“Cuando llegué a la casa, quise integrarme con todos, yo quería sentir lo que era ser ‘hermanitos’. Y mismo por eso cuando llegué, pregunté cómo se llamaban. Porque yo quería escucharlos a ellos, no lo que escuché en la tele. Me llevaba bien con todas y con algunas quisiera juntarme cuando estén afuera de la casa”, dijo después.
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