“Tarda en llegar, y al final, hay recompensa”, cantaba la artista popular Mercedes Sosa -junto a Gustavo Cerati, autor de la letra- el tema “Zona de promesas”. Y desde Tucumán hasta Hollywood sin escalas, esa meca del cine donde los sueños se cumplen siempre (o casi), ese verso cobra un nuevo sentido. Porque tuvieron que pasar 40 años para que finalmente Ke Huy Quan fuera reconocido y recibiera su primer Oscar.
El actor vietnamita-estadounidense levantó su estatuilla ganada en buena ley por la multipremiada Todo en todas partes al mismo tiempo. El filme que cautivó y se llevó los aplausos pero, sobre todo, regaló uno de los momentos más emotivos de la ceremonia. Y fue cuando el actor, quien participó de famosas películas en la década del 80, escuchó su nombre y subió al escenario a recibir el premio y decir unas palabras.
Totalmente sumergido en lágrimas, expresó: “Mi mamá tiene 84 años y está en casa viéndome. Mamá, acabo de ganar un Oscar”. Todo el teatro aplaudió emocionado hasta que se hizo un silencio y el actor pudo seguir con su emotivo y sincero discurso. “Mi viaje empezó en un bote. Viví un año en un campo de refugiados y de alguna forma he acabado aquí, en el mayor escenario de Hollywood. Dicen que historias como esta solo ocurren en las películas. No puedo creer que esto me esté pasando a mí. Este es el sueño americano”, dijo el actor de 51 años para cerrar y volver a ser ovacionado.
Es que su vida y el camino hacia la fama, como bien contó, no fue para nada sencillo. En 1978, Ke Huy Quan huyó hacia un campo de refugiados en Hong Kong con su familia. En 1979 se trasladaron a California y allí, a sus 12 años, parece haber sido tocado por la varita mágica cuando fue elegido para interpretar al pequeño Tapón en Indiana Jones y el templo maldito, junto a Harrison Ford y dirigido nada menos que por Steven Spielberg. Su vida y la de su familia definitivamente comenzaba a cambiar.
Un año después, Spielberg tenía entre manos una historia sobre la amistad y lo convocó para interpretar a Data en Los Goonies. En 1992, Ke Huy Quan compartiría cartel con otro de los protagonistas de los Oscar 2023: Brendan Fraser -ganador a mejor actor por su increíble interpretación en La Ballena-. Juntos hicieron la película El hombre de California, que también fue un éxito de taquilla en Estados Unidos. Y lo que vislumbraba como una carrera llena de aciertos para este niño prodigio pronto se fue desinflando: Hollywood le cerró las puertas. Su nombre, salvo algunas apariciones esporádicas en cine o televisión, pasó al olvido.
Hasta hace un tiempo, cuando los directores del filme ganador como mejor película necesitaban un actor que hiciera movimientos parecidos a Jackie Chan, pero que hablará chino mandarín, chino cantonés e inglés. En su figura encontraron todo y más, entonces le dieron el rol y así se metió en la piel de Waymond Wang que lo llevó a vivir su gran noche, la de su consagración definitiva.
Ese papel le permitió también momentos memorables en la ceremonia de la Academia de Hollywood que el público festejó. Como el encuentro sobre el escenario con Harrison Ford, casi 40 años después de aquella Indiana Jones. Es que Ford era el encargo de entregar el premio a la mejor película y allí, sobre el escenario y a la vista de todos, se dio ese abrazo mágico que fue celebrado con lágrimas y aplausos.
El encuentro detrás de escena y ambos con premio en mano con Brendan Fraser también fue retratado y los cinéfilos pronto buscaron aquellas escenas compartidas en el filme de 1992, donde ambos eran adolescentes. Ahora ya consagrados y reconocidos por el público y la crítica, pudieron darse un abrazo años y saludarse años después, ganadores tras fuertes luchas y posteriores resiliencias. Porque los sueños se cumplen, aunque a veces, cuesten un poquito más.
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