En Hollywood falta cada vez menos para la entrega de los premios Oscar, y en la Argentina se vive con una efusividad pocas veces vista El cine nacional está ante la posibilidad de ganar su tercera estatuilla y Argentina 1985 busca colocar su nombre al lado de La historia oficial (1986) y El secreto de sus ojos (2010) y motivos para ilusionarse no le faltan. La película de Santiago Mitre, viene de cosechar premios y elogios en una aventura que empezó hace seis meses y que está a horas de finalizar en el Dolby Theater, este domingo desde las 22 hora Argentina.
Algo de eso transmite el semblante de Peter Lanzani, quien interpretó al fiscal Luis Moreno Ocampo, en el filme que retrata el juicio a las juntas militares de la última dictadura. El actor recibió a Infobae en el cóctel de prensa celebrado en el salón Boxwood del hotel London West Hollywood, en Beverly Hills. Allí acudió la comitiva nacional, encabezada por Santiago Mitre, acompañado por su pareja, Dolores Fonzi; el protagonista Ricardo Darín, junto a Florencia Bas y los productores Axel Kuschevatzky, Victoria Alonso y Cindy Teperman.
Al igual que sus compañeros de equipo, a Peter se lo vio contento, relajado, aun con los nervios propios de la competencia y más aún en la antesala de una cita histórica. Buscando disfrutar del momento en una sensación muy parecida a la felicidad. Acompañado por su manager Javier Braier, se sentó unos minutos para contar sus experiencias, haciendo lo posible y lo imposible para poner en palabras todo lo que sentía en su cuerpo.
“Es una mezcla de sensaciones, estamos muy contentos, venimos viajando hace mucho tiempo para llegar a este momento que por suerte se nos dio”, señaló el actor con una sonrisa de plenitud. “Somos muy agradecidos y afortunados de saber que tenemos la oportunidad de estar acá, así que disfrutándolo entre amigos y haciendo programas, llenándonos de anécdotas que en definitiva somos una recopilación de eso”, agregó.
—¿Te sentís orgulloso hoy de ser argentino y estar representando a nuestro país acá?
—Totalmente, sí, estamos muy orgullosos de poder estar representando a nuestro país con una película que nos identifica muchísimo y que fue un torbellino de emociones rodarla, y también ver lo que sucedía en el mundo en los festivales o en las premiaciones que tuvimos, las devoluciones de la gente fueron muy increíbles y gente de todos los lugares del mundo, así que muy orgullosos.
—¿Qué te gustaría decirles a todos los argentinos que esperan con esto medio mundialero que se armó con la película?
—Sabemos que en Argentina está pasando lo mismo así que vamos a poner la cara ya a esta altura, porque nuestro trabajo, que es hacer la película, ya está hecho. Vimos lo que sucedió en nuestro país y en todos lados, así que vamos a ver qué pasa.
—¿Fue difícil componer a Luis Moreno Ocampo que en el momento del juicio tenía tu misma edad?
—Tenía mi misma edad, sí. Bueno, sí, como todo proyecto siempre tratar de encarar un personaje y tratar de encontrarle su sensibilidad, su arco emocional, su fuerza.... La verdad que Santiago Mitre es un capitán de equipo impresionante, con Ricardo también; es un generoso, es una persona muy, muy amable, y muy profesional, así que fuimos encontrándole un poco todos. La premisa no era copiar o hacer exactamente con la información que nosotros teníamos sobre Luis, sino guiarnos más en el guion y hacer nuestra interpretación de esa persona, que nos liberó muchísimo y me parece que fue muy acertado. Nos metió más de lleno la historia y poder contar lo sucedido más que tratar de copiar o de hacer exactamente lo que nosotros podemos escuchar o ver de lo que conocíamos de Luis.
—¿Sentís que este rol te llegó por haber dicho que no a un montón de roles que te estereotipaban en el lugar de galán?
—(Piensa) No, me parece que llegó de una manera muy genuina por medio de Santi que había visto mis laburos, yo había visto los de él. La primera vez que nos encontramos estábamos en París, él estaba filmando Petite Fleur y yo estaba en Barcelona haciendo la serie de Maradona, sueño bendito. Me fui a visitar a unos amigos a París y de una manera muy genuina confiando en lo potente que es la historia y lo difícil que era el desafío, se dio de esa manera. Después cada uno pone siempre motes, le guste más menos, me parece que eso es lo lindo también, hay gente que le puede gustar mucho mi trabajo y hay gente que no le gusta nada, y creo que de eso se trata también, ¿no? Es muy difícil poder encantar a todos.
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