Ya pasaron 8 años desde aquel 8 de marzo de 2015, en el que Gerardo Sofovich partía de este mundo para siempre. Sin embargo, el legado de quien fuera uno de los hombres más icónicos de la televisión nacional sigue tan vivo como siempre. De hecho, su gran creación de 1963, Polémica en el bar, hoy se emite por La Tele de Paraguay y Canal 10 de Uruguay. Y, según se supo, en los próximos meses estaría volviendo a la pantalla argentina por América.
“El programa cumplió 60 años y, al seguir al aire en dos países, se transformó en el segundo formato con mayor permanencia de la historia en la televisión de todo el mundo, el primero es el noticiero de una cadena norteamericana”, le cuenta a Teleshow el productor Gustavo Sofovich, único hijo del Ruso. Pero asegura que, para él, el legado de su padre está relacionado con lo que le dejó a nivel personal.
Sin poder contener su emoción en estos días tan difíciles, el hombre asegura que lo que Gerardo le dejó fue “su hombría de bien”. Y que eso es lo que le da fuerzas para continuar con el camino que él le marcó. “Todo el mundo habla de la herencia de mi viejo. Pero, más allá de todo lo que le dejó a la cultura de este país, a mí lo que me dejó fue su enseñanza y los valores con los que hoy me muevo en la vida y por los que me va tan bien”, explicó Gustavo. Y reconoció que, pese al paso del tiempo, sigue extrañando mucho a su padre.
Gerardo había nacido el 18 de marzo de 1937. Su padre, Manuel Sofovich, era un periodista y autor teatral y su madre, Regina Levis, una ama de casa. Siendo apenas un adolescente, comenzó a trabajar como cronista deportivo en Noticias Gráficas. Y, con tan solo 14 años de edad, ingresó a la facultad de Arquitectura. Sin embargo, la repentina muerte de su progenitor lo hizo dejar la carrera meses antes de obtener su título. Entonces decidió que lo suyo sería escribir como él.
A fines de los ‘50, Sofovich se convirtió en redactor en una agencia de publicidad y publicó ilustraciones humorísticas en Tía Vicenta, una revista satírica de actualidad fundada por Landrú. Con el tiempo, llegó su primer libreto para la pantalla chica de la mano de Juan Verdaguer. Y fue con Balamicina, programa protagonizado por Carlitos Balá, donde formó la dupla con su hermano Hugo con la que en 1964 creó el exitoso Operación Ja Ja que marcaría un antes y un después en su trayectoria.
El ciclo que se emitía por la pantalla de Canal 9 fue un hito en la televisión argentina. Por allí pasaron figuras de la talla de Fidel Pintos, Javier Portales, Juan Carlos Calabró, Vicente La Russa, Mario Sánchez, Mario Sapag, Rolo Puente, Juan Carlos Altavista y María Rosa Fugazot. El programa llegó a medir más de 60 puntos de rating y dio origen a a varios clásicos del humor argentino, como el ya mencionado Polémica y La peluquería de Don Mateo. Pero también fue muy importante para Gerardo a nivel personal, porque fue allí donde conoció a la actriz Carmen Morales, quien se convirtió en su esposa y madre de su hijo.
Sin lugar a dudas, otro de los más emblemáticos programas creados por Sofovich fue La noche del domingo, que durante años logró atrapar altos niveles de audiencia con juegos tan simples como el corte de la manzana, el balero, las pulseadas o el jenga. En ellos, Gerardo demostraba su pasión por el entretenimiento y su empeño por no perder a nada, aunque solo fuera por el placer de ganar.
En los últimos años, en tanto, el conductor y productor se probó en la faceta de jurado, tanto para el Bailando por un sueño de ShowMatch como en Los 8 escalones. En el reality de Marcelo Tinelli creó un personaje de malvado, que atemorizaba a los participantes con la música de El Padrino de fondo. En el ciclo de Guido Kaczka, en tanto, sorprendió a grandes y chicos con sus conocimientos de cultura general.
Sofovich también fue un gran productor y director de teatro. Además de a los capocómicos que trabajaban con él en sus programas, tuvo bajo su mando a vedettes de la talla de Ethel y Gogó Rojo, Norma y Mimí Pons y Nélida Roca. Y, ya a mediados de los 2000, marcó un cambio en el género revisteril y en la comedia con obras como Diferente, Más que diferente y El champán las pone mimosas.
Lo cierto es que Sofovich también dejó su huella en la pantalla grande, donde dirigió películas como Los caballeros de la cama redonda (1973), Los doctores las prefieren desnudas (1973), Los vampiros los prefieren gorditos (1974), La guerra de los sostenes (1976), Las muñecas que hacen ¡pum! (1979), La noche viene movida (1980), Camarero nocturno en Mar del Plata (1986), Las minas de Salomón Rey (1986), Johny Tolengo, el majestuoso (1987) y Me sobra un marido (1987). Y entre las figuras protagonistas de sus films se destacan nombres como Alberto Olmedo, Jorge Porcel, Moria Casán y Susana Giménez.
Gerardo apareció en cámara por última vez el 1 de marzo de 2015. Siete días después, tras una breve internación en la Clínica Suizo Argentina de Barrio Norte, murió a los 77 años de edad. Pero su nombre quedó grabado para siempre tanto en el mundo del espectáculo, como en su familia que sigue manteniendo vivo su recuerdo a cada instante.
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