La relación entre Lucila Villar, La Tora, y Marcos Ginocchio dentro de la casa tuvo momentos muy fuertes y emotivos, como cuando el salteño abrió su corazón ante ella y reveló cuestiones de su pasado. Es que la joven al verlo mal, le recomendó que vaya a ver al psicólogo de la casa, lo que finalmente hizo, y tras ello llegó el momento de recordar algunas situaciones de su pasado y dar detalles aún desconocidos.
“¿Antes ibas al psicólogo?”, indagó la joven. El salteño asintió y explicó que fue a terapia durante su infancia. “Tenía mucha cosas, varias cosas que me fueron influyendo y que estuve mal”, explicó Ginocchio, que continuó contando sobre el doloroso momento que atravesó: “No era anorexia. No podía digerir las comida, por nervios y por un montón de cosas. Fueron varios años complicados”. En ese momento, el participante de Gran Hermano comenzó a llorar y la joven intentó consolarlo.
“Mirá la persona que sos hoy, vos no te das una idea pero vos salís primero de placa porque la gente te ama. Ojalá que realmente te valores vos y entiendas que todo pasa por algo y todo nos hace ser las personas que somos hoy”, le respondió Lucila. Y mientras Marcos quebraba en llanto, terminó la charla debido a su estado anímico: “Vos sos esta persona hermosa, con tanto amor y cero odio por todo esto que pasaste”.
Tras las salida de Lucila de la casa, y con Valentina también en el estudio, aseguró que ve mucho más tranquilo a su hermano. “Como me dijo él antes de salir, que estaba más tranquilo y con mucha paz y espero que siga así”. Y también se refirió a los trastornos alimenticios del pasado: “Tuve una charla con él adentro de la casa en la que le dije que lo veía bajo de energías y que me preocupaba, y él me dijo que estaba con el tema de no poder dormir, de la alimentación, y le di como consejo que si estaba pasando por eso que al menos entrene menos y no haga ayunos. Y finalmente me lo agradeció porque no lo tenía en cuenta en su rutina de cuidados. Esas pequeñas cosas que hacen el cambio”.
Además, aprovechó a aclarar que Marcos en el presente no mantiene los trastornos alimenticios que tenía cuando era más chico. Sobre los pesares o sentires del salteño, y los llantos y congojas de las que nunca reveló los motivos, su hermana consideró que es algo de su hermano y que si quiere contarlo, o no, dependerá de él. “Si en algún momento quiere contar algo, lo va a hacer. Y si no, quedará”, sostuvo Valentina.
“Yo no voy a hablar de cosas que él no dijo y prefiere callar, no voy a exponer a mi hermano en nada. Creo entender que hay momentos tristes en la vida que todos pasamos, que a veces no podemos superar, que a veces no podemos hablar y todo en su momento. Está bien equivocarse, todo a su tiempo, le digo, y cuando tengamos el momento para hablar las cosas las vamos a hablar y sino, será más tarde”, continuó la joven.
Según se ve en las imágenes de Gran Hermano, Marcos pareciera ser el jugador más escaso de energía de los cinco integrantes que quedan en el certamen. Va de sillón en sillón adentro de la casa, y en la tarde del último sábado de Valentina en la casa, le había confesado a ella que estaba durmiendo muy mal. “Me quedo adentro de la cama, pero no puedo dormir, me tengo que empezar a dormir más temprano”, le dijo. Entonces, ella le sugirió que seguramente le “pasan muchas cosas por la cabeza”. Él admitió que sí, y que ya estaba extrañando un montón, incluso antes de que ella entrara al reality. “Desde que llegaste vos fue otra cosa, me cambió la cara, digamos”, agregó su hermanno.
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