Jornada de belleza en Gran Hermano y a pocas horas de que los familiares abandonen la casa, Rodolfo Castañares, el papá de Nacho, finalmente recibió los materiales necesarios para dedicarse por unas horas a su profesión: la peluquería.
Así las cosas, cuando los hermanitos salieron del cuarto se encontraron con una gran sorpresa: una peluquería para ellos. “Bienvenidos”, comentó Rodo -como lo llaman los chicos- al recibir a sus clientes. “Peluquería Cuchito”, dijo La Tora al ver la inscripción de los delantales, mientras Romina lo abrazaba contenta y el resto celebraba descubriendo todo lo que la producción había armado.
“Bueno a ver, normas. Aquí tenemos la sala de espera, ¿vale? Solo se puede hacer un retoquecito, puntitas. No se puede cambiar el look”, comenzó diciendo el papá del participante. “Entonces, va pasando quien quiera y vamos a ir dando turnos, ¿vale? Que bueno”, agregó. Mientras los hermanitos seguían viendo los instrumentos y decidían qué querían hacerse, el hombre seguía detallando: “Muy buenos productos, hay perfilador. Hay de todo. Estos para desenredar están buenísimos”.
Mientras Nacho se miraba al espejo y le decía a su papá lo que quería hacerse, él le reiteró que no puede hacerse un cambio completo de look. “Solo se puede retocar, un poquito de volumen sí. Poquito nada más, emprolijar”, insistió sobre el pedido de la producción mientras le acomodaba el pelo a su hijo.
Fue entonces que Romina, Nacho, Julieta, Camila, Marcos pasaron por las tijeras del estilista. El último fin de semana, Lucila lloró después de que su pareja, Nacho, le cortara el pelo. La joven usa un lado de su cabeza totalmente rapada, de manera tal que se luzca el tatuaje que tiene allí, pero a su novio “se le fue la mano” con la máquina de afeitar y le sacó más cabello del que ella hubiera querido. se le fue la mano. “Me siento calva, boluda”, se lamentó la joven de Berazategui en diálogo con Julieta. “Quiero llorar”, se sinceró y se tapó la cara con una toalla porque el cabello no le había quedado como ella esperaba mientras su novio y sus compañeras intentaban consolarla.
Ahora, en manos de un experto, la primera en probar las manos de Rodo fue Romina, quien pidió que le cortara solo las puntas. “¿Un dedo, no? Porque lo tengo medio feo”, dijo la exdiputada, quien gritó de emoción por el corte: “Me encantó, Chuchito”.
Luego, Nacho le pidió a su papá que le saque volúmen ya que durante su estadía en la casa le creció demasiado el cabello. “Tiene perfil de ganador, eh”, bromeó Rodo mientras comenzaba a trabajar. “Qué pintuzi”, afirmó Nacho conforme con cómo iba marchando el corte. Luego fue Camila, quien también lo abrazó contenta con el resultado.
Aunque al principio dudaba y se enredó un poco con el pedido, Marcos aceptó cortarse el pelo. “Sacame un poco de acá, pero menos de acá porque me peino para el costado”, intentó explicar pero muy hábilmente el estilista le fue sugiriendo algunos lineamientos y finalmente el salteño se puso en sus manos.
“Gracias a todos, peluquería Chuchito”, cerró Rodolfo, contento con el resultado de sus cortes, la alegría de los chicos y la posibilidad de vivir un rato distinto junto a los participantes, pero así también de sumarle algunos puntos a su hijo en la recta hacia la final.
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