La tranquilidad y la convivencia dentro de la exclusiva Torre Eva, en Puerto Madero, se vio afectada en las últimas horas. El escándalo fue tal que llevó a que incluso, se solicite a quienes allí viven los materiales fílmicos de las cámaras de seguridad de cada unidad, en caso de que se posean, para lograr más pruebas al respecto. Y la involucrada principal es Ayelén Paleo.
Resulta que luego de un altercado, del que aún se intenta determinar el origen, la vedette quedó en el centro de la polémica por ser acusada de violentar la puerta de una de las unidades, no solo con golpes, sino también con escrituras de un elevado tono. Así, en la entrada de servicio del lugar podían verse distintos tallados con palabras como “estafador”, “puto” o “garca”.
“Acto de vandalismo en una puerta de servicio en unidad de Torre Eva”, reza el título del comunicado del complejo en que se pide la colaboración de todos los vecinos. A continuación, se especifica que “informamos a Uds que alguien ha tallado en la puerta de servicio de un departamento de la Torre Eva inscripciones no gratas para su residente”.
Debido a eso, se explica que “estamos solicitando a los propietarios de dicho piso si alguno cuenta con medios fílmicos desde el interior de su unidad, con vistas hacia el palier, a fin de poder esclarecer los hechos. Solicitamos a quienes posean algún tipo de información sobre el particular, comunicarse con la Administración”.
Alejada de los escándalos mediáticos, la llegada de Ayelén Paleo a los medios se dio en 2011 tras ser seleccionada como parte integrante del cuerpo de baile de la obra de teatro Bravísima, protagonizada por Carmen Barbieri y Santiago Bal. Ya para mediados de esa temporada, la bomba había explotado. Carmen salió por todos los medios a detallar que su marido le había sido infiel con la joven bailarina (un hecho que él jamás reconoció), y desde allí la joven comenzó a cimentar su carrera.
Pasados tres años del hecho, Paleo explicaría que “nos encontramos tres o cuatro veces en Manhattan (confitería de Belgrano). Eran los jueves porque yo iba a hacer pole dance y me quedaba cerca, y él pedía que vaya”. “Tomábamos algo, me contaba un montón de cosas, del laburo y de su vida privada. Tenía miedo de decirle que no. Era nueva y él era mi jefe. Me daba consejos y a mí me servían. Ya en un tercer café me habló de otras cosas”, explicó.
En declaraciones a Intrusos aseguró que “en el teatro me llamaba al camarín y me preguntaba cómo me había ido. Me estaba seduciendo, yo me doy cuenta de esas cosas. Yo lo veía como un hombre solo, carente de afecto. Me dijo que se quería ir a París conmigo. Y yo en vez de decirle que no, le decía: ‘Bueno, lo vemos’. Ese fue mi error”.
Lo que sí remarcó Ayelén fue que jamás tuvo relaciones sexuales con Santiago y que tampoco fue a la casa de la pareja en Ingeniero Mashwitz: “Cuando escuché lo de Maschwitz pensé que era un país”. También aclaró el tema de los supuestos pagos con regalos y los pasajes aéreos que gozaba como privilegio en las giras con la revista y que Mariano Bal confirmó.
“Jamás me dio dinero ni regalos. Sólo me dio un perfume y flores por el día de mi cumpleaños. Y sobre los pasajes, le comenté una vez que viajé muy mal en un micro, con la ventana rota y me dijo que en el nombre de la compañía el próximo viaje lo hacía en avión, nada más. El resto de los pasajes me los pagaba yo”.
“Sí, lo usé a Santiago y pido disculpas. Yo lo escuchaba y trataba de sacar algún beneficio como correcciones en los cuadros, promoción en revistas. Pero nada más, si hubiera sabido que eso iba a generar todo este revuelo no hacía nada. No soy mala mina. Me echan la culpa de todo. Por mí no se terminó su matrimonio, señora. Ellos mismos lo cuentan que dormían separados. Ya ni me interesa”, cerró.
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